A medio camino de conseguir el objetivo de un 30% de mujeres directivas para 2020, la mayoría de las pocas que han llegado a esos puestos en nuestro país se quejan de discriminación. Al menos esa es la opinión de las seiscientas directivas de distintos sectores que han ayudado a trazar la radiografía de la situación laboral de las mujeres en los puestos de dirección. Casi el 80% se quejan de que sigue habiendo discriminación salarial, una percepción que ha aumentado 13 puntos desde 2015. Son datos de la VII encuesta Adecco a mujeres directivas.
Otra opinión unánime expresada en la encuesta de Adecco es que aún hay que trabajar bastante para lograr la igualdad en las empresas. El principal obstáculo para lograrlo reside, desde el punto de vista de las encuestadas, en los consejos de dirección de las empresas, en su mayoría dominados por hombres. Para empezar, la mayoría desconoce el impacto positivo que tener mujeres en puestos de dirección tiene para la empresa, creen que son medidas difíciles de implantar o tienen la sensación de que la Ley de Igualdad compromete el funcionamiento de los órganos decisores de la empresa.
Ante este panorama, aumenta en 12 puntos el porcentaje de mujeres que se muestran favorables a la imposición de cuotas (53,6%), pese a que es una medida que no acaba de convencer a las propias implicadas. Pero las cifras parecen dar la razón a quienes las creen necesarias para lograr la igualdad.
Otra medida interesante en los procesos de selección es el uso de currículos ciegos, que el 60% de las encuestadas considera que ayudaría a lograr la igualdad. Aunque un 40% ven con escepticismo esta medida.
La conciliación de la vida laboral y familiar sigue siendo el caballo de batalla de las mujeres que trabajan en cualquier nivel de la escala laboral. Y esta preocupación se agrava en los puestos de alta dirección, como refleja la encuesta.
Seis de cada 10 directivas confiesan que tiene dificultades para compatibilizar familia y trabajo. Un porcentaje que crece en comparación con las estadísticas de 2015, cuando sólo 4 de cada diez mujeres en puestos de alta dirección reconocían el problema. Sólo un 3,5% asegura no haber tenido nunca este tipo de problemas. El resto reconoce que en algún momento ha encontrado difícil atender al trabajo y a la familia simultáneamente.
Pese a que en la actualidad la maternidad se retrasa y el número de hijos se reduce en las familias, ocho de cada diez ejecutivas está convencida de que reducir la jornada laboral después de ser madre repercute negativamente en su promoción. Y siete de cada diez mujeres prefieren renunciar a los ascensos para dedicarse más a su familia…
En cuanto a las bajas por maternidad y la posibilidad de alargarlas siguiendo el modelo de otros países europeos, a seis meses o un año, las encuestadas están divididas. El 43,6% está a favor y el mismo porcentaje cree que esa opción debería ser voluntaria y sin que alargar suponga ningún tipo de represalia laboral.
En el capítulo de represalias, un 29,1% de las encuestadas denuncian que muchas mujeres son víctimas de prácticas abusivas para recibir menores salarios que sus colegas masculinos. Aunque el 22% de las directivas españolas no cree que exista esa discriminación.
Una década después de promulgarse la Ley de Igualdad en nuestro país, las cifras reflejan de forma abrumadora que la desigualdad sigue existiendo y queda mucho por trabajar. Casi la mitad de las directivas reconoce haber sufrido algún tipo de discriminación a lo largo de su trayectoria profesional. Y una de cada tres ha tenido algún problema de insubordinación por parte de sus empleados varones.
Pese a todo, hay un privilegiado 5,5% de mujeres que no creen en la discriminación a la hora de incorporarse a la empresa…