BARCELONA. Simplificar los dispositivos de la familia de los exoesqueletos, hacerlos más asequibles, ligeros y sencillos. El equipo de Able pensó en que determinados lesionados medulares tendrían así una nueva herramienta a su alcance gracias a la cual podrán levantarse y caminar por sí mismo durante unas horas al día.
“No es un dispositivo que rehabilite, pero sus beneficios en salud física y emocional son enormes”, explica Alex García, co-fundador y CTO de la empresa. Otros exoesqueletos, pensados para lesiones más severas necesitan una base en la espalda y motores en las caderas y en los tobillos. “Nosotros nos dirigimos a un paciente concreto, lo que nos ha permitido bajar el peso, el coste y diseñar dos piernas independientes que potencian la autonomía ya que podrán ponérselas ellos solos”.
Actualmente, Able tiene un acuerdo con el Instituto Guttman para la validación clínica y cuenta con socios industriales para el diseño de baterías y el sistema electrónico. Nacida en la UPC, en la facultad de Ingeniería Industrial dentro del grupo de Investigación Biométrica, la empresa quiere cerrar una ronda de financiación de 500.000 euros. “En España hay cada vez más ayudas, pero es más complicado gestionarlas y justificarlas que en Europa o Estados Unidos”, apunta García. En 2019 quieren pasar de un prototipo a un dispositivo comercial que pueda certificarse con las exigencias requeridas y en 2020 concluirán con la validación clínica de las citas certificaciones.