Hace cinco años la Fundación Línea Directa lanzaba el ‘Premio Emprendedores y Seguridad Vial’, iniciativa con la que desde entonces ha querido implicar al sector privado y estimular la actividad empresarial en un ámbito que, según su director general, Francisco Valencia, «es de interés nacional porque hablamos de que hay vidas en juego».
La mejora en 2018 respecto al año anterior fue leve. Según datos de la DGT, 1.180 fallecieron en accidentes de tráfico, 18 menos que en 2017. «El índice de siniestralidad depende de las personas que se ponen al volante, de la educación, de las medidas de seguridad adoptadas y de las medidas de vigilancia y control del cumplimiento de la normativa», llegó a afirmar a comienzos de año el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la presentación de estas cifras.
Pese a que como cuenta Valencia «no somos, ni mucho menos, los inventores de la seguridad vial», el Premio ha contribuido a lo largo de sus cinco ediciones a generar innovación en un terreno en el que no valen los fallos. «Hablamos de medidas que pueden salvar vidas y que no solo interesan a la DGT, sino a toda la sociedad», remarca. Desde el primer ganador en 2015, Euraslog, hasta el más reciente en 2018, Closca Design, tanto el ciudadano como la propia iniciativa han ido evolucionando a mejor. «Hay una mayor concienciación, pese a que en algo tan sensible como la mortalidad en carretera, una sola víctima ya es mucho».
En esta V edición, que ha contado con 68 proyectos inscritos, el ganador recibirá una aportación de 20.000 euros (que a diferencia de ediciones anteriores es sin arrastre ni coinversión), formación, mentoring y acceso a rondas de financiación. Además, como novedad, tanto el ganador como el proyecto que el jurado resalte por su carácter innovador tendrán acceso a participar el próximo octubre en South Summit-Spain Startup, plataforma global de innovación para la generación de valor, oportunidad y negocio del ecosistema emprendedor.
Entre las startups presentadas han destacado proyectos enfocados en I+D en infraestructuras, vehículo y producto, apps o formación, entre otros, que desde diferentes perspectivas contribuyen a fomentar la seguridad vial. Aunque solo cinco han podido ser las finalistas, Valencia destaca que «el hecho de presentarte a un Premio como este ya te posiciona en el mercado y ofrece una gran visibilidad. No ser el finalista de esta edición no significa que el proyecto haya fracasado». De hecho, los ánimos del director general no son solo «buenas palabras», sino «una realidad que se acaba demostrando con el paso del tiempo».
En este sentido, la evolución de la industria de la movilidad está generando oportunidades muy diversas, como apunta el finalista Andrés Cencerrado, cofundador de Drivvisor. «Tan solo hay que ver la cantidad de propuestas presentadas en cada una de las cinco ediciones de este premio para darse cuenta de que la inquietud y la sensibilidad respecto a este ámbito es importante, y que hay muchos equipos de trabajo decididos a invertir su tiempo y talento para intentar sacar adelante ideas de alto valor para mejorar nuestra seguridad». En concreto, su apuesta pasa por una app. Su principal innovación reside en la inteligencia artificial para monitorizar y avisar en tiempo real al conductor de aspectos como el estrés, la fatiga o la distracción al volante. Su objetivo principal es sensibilizar y promover buenas prácticas de conducción. «Evitamos hardwares adicionales y eliminamos el coste asociado y las dificultades de instalación. Con Drivvisor no hay necesidad de grabar ninguna imagen y así preservamos la privacidad del usuario».
Otro proyecto que pone a las aplicaciones en el centro de la solución es Rescue on Time. Su función es la coordinación y gestión de emergencias. Entre otras funcionalidades, el sistema, desarrollado por Nubba Informática, geolocaliza en tiempo real los efectivos desplegados, calcula el tiempo de respuesta, envía estatus y partes de traslado y facilita la interacción entre diferentes agrupaciones. «La activación en tres segundos y geolocalización en tiempo real a todos los intervinientes de una gran emergencia (por ejemplo, un accidente dos autobuses con 100 heridos) nos permite activar un gran operativo, no solo con el personal de emergencias que está formando el dispositivo de salida inmediata sino con todo el personal fuera de servicio», destaca Pablo Pérez de Ciriza, líder de este proyecto, que subraya otras ventajas como el mando unificado –»nos permite que los diferentes equipos de emergencias operen de forma coordinada»–, la tecnología satelital y funcionalidades como el botón de pánico.
Mejor prevenir que curar
Anticiparse a las situaciones es parte del mérito de otro de los finalistas, Structural Deformity Index System (SDI), capaz de predecir la gravedad de las lesiones de los ocupantes de vehículos que han sufrido una colisión de tráfico por alcance, a través de la aproximación del intercambio de energía cinética. Entre sus beneficios, permite reducir los tiempos de respuesta y mejorar la calidad de la asistencia en las colisiones de tráfico. «Nuestra app genera un ahorro de tiempo y una mejora en la asistencia a las víctimas de colisiones de tráfico que se traduce en ahorro de vidas y en la reducción de la gravedad de las lesiones», explica Andrés Escudero, su fundador.
«Las colisiones de tráfico son una epidemia, y como tal las hemos de tratar; creemos que la implantación de soluciones somo SDIS va a suponer una disrupción en toda regla que afectará positivamente tanto a las Administraciones Públicas como a las compañías aseguradoras y fabricantes de Vehículos, posibilitando la generación de nuevas políticas de prevención, nuevos servicios de valor añadido y nuevos productos de valor añadido», añade.
Viaje al futuro (que ya es el presente)
En 1956, los ingenieros de la compañía eléctrica America’s Power imaginaban una conducción autónoma donde los vehículos seguían una pista desplegada en la carretera. Aproximadamente cinco años atrás, Jonas Ekmark, uno de los líderes de Volvo, reconocía en los medios de comunicación que “el posicionamiento preciso y fiable es un requisito previo necesario para la conducción autónoma” y publicaba la solución que había desarrollado Volvo para resolver este problema: imanes incrustados en el asfalto y sensores magnéticos equipados en los coches para poder leerlos. Ahora, la solución de la madrileña Auto Drive Solutions, ha conseguido mejorar lo que en su día Volvo logró, tanto en precisión, velocidad, coste, mantenimiento y capacidad de despliegue en la red de carreteras.
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En lugar de imanes, la empresa emplea gotas de pintura tridimensional que codifican información de una manera similar al sistema Braille (sistema de lectura para ciegos). Se trata de sensores radar instalados en los bajos del vehículo que son capaces de leerlas a velocidades de hasta 360 km/h. «Las gotas de pintura tridimensional permiten posicionar al vehículo en el espacio con un error de solo un centímetro en sus 3 ejes. Así, además de conocer el desplazamiento lateral respecto del centro del carril, se conoce el punto exacto que ocupa el vehículo en la carretera. Otra ventaja de suma importancia es que también se detecta la orientación del vehículo respecto del eje longitudinal de la carretera con un error de un grado», detalla Alejandro Badolato, CEO de Auto Drive Solutions.
Otra de las apuestas de esta V edición del Premio es la seguridad de los niños. En este ámbito, el jurado ha confiado en la idea de Mikel Garrido, un sistema de retención infantil (SRI) fabricado con tecnología Varstiff. Esta propuesta es efectiva para todas las etapas del menor, fácilmente plegable y portátil. «Este producto permite dar solución a sectores desatendidos como son el del Taxi , VTC o carsharing, poder llevarlo contigo a cualquier parte al ser plegable y transportable, emplearlo como segundo SRI en casa por su facilidad de uso y así dar solución a esos viajes esporádicos en el coche no habitual y también el dar solución a esos menores con algún problema o discapacidad (osteogénesis, espina bífida…), ya que permite adaptarse a su morfología particular», explica Garrido, de la empresa Textia Innovative Solutions.
Con más de 20 años de experiencia en innovaciones en seguridad infantil y en seguridad vial, el líder de este proyecto destaca la capacidad innovadora de los pequeños emprendedores en España, aunque lamenta la falta de financiación para muchos de esos proyectos que «lamentablemente se quedan en el camino y, más tarde o más temprano, ideas similares son lanzadas por un gran grupo, normalmente extranjero, con capacidad de desarrollo e inversión». Por ello, su equipo se ha propuesto que la primera fase de lanzamiento de su SRI sea en 2020 y anticipa que la fase 2 será mucho más ambiciosa: «queremos que sea un SRI en origen en el automóvil. Es decir, el asiento tiene una apariencia normal, pero en su interior y al desplegarlo, contamos con un SRI a contramarcha para los más pequeños y un elevador protegido con respaldo para los más mayores. En el momento que se precise se despliega y cuando no se viaje con menores, se pliega y guarda quedando como un asiento normal.