Más de 6 millones de personas del área metropolitana de Manila, la capital filipina, van a beneficiarse del nuevo proyecto de Acciona: una potabilizadora de agua de sal que supondrá la entrada de la compañía española en el Sudeste Asiático. Su coste será de alrededor de 90 millones de euros, y desde la empresa prevén que la gran obra esté terminada para mediados del año 2018.
Su capacidad, de más de 100.000 metros cúbicos de agua diarios (ampliables a 150.000), también permitirá el tratamiento avanzado de las llamadas ‘aguas brutas’ (“aguas que no han recibido ningún tratamiento”, subrayan en Acciona) de Laguna Bay, el lago más grande de Filipinas. Esto consigue dos cosas: en primer lugar que asegurará durante 18 meses “un agua limpia, de buen sabor y saludable, con una pequeña huella de carbono”, y en segundo lugar, proveerá a 17 ciudades de las zonas más próximas a Manila, aumentando así el número de habitantes que se beneficien de este proyecto. Todo será tratado con varios proyectos técnicos que garanticen que el agua sea 100% potable.
La nueva planta supone “un paso destacado para superar el objetivo de hacer llegar agua potable cada vez a un mayor contingente de población ya que (a pesar de la abundancia de recursos hídricos en el país) son muchos los hogares que en Filipinas no tienen acceso a la misma”, declara la compañía en su mensaje institucional. Explican, además, que las alternativas hídricas suelen ser el autoabastecimiento (pozos privados, captación de ríos y manantiales), servicios de pequeños proveedores independientes o venta de agua por camiones cisterna, entre otros.
Acciona diseñará, construirá y mantendrá (de momento, durante un año) esta gran planta potabilizadora, considerada como uno de sus proyectos más ambiciosos, ya que, según ellos, impulsará su presencia en Asia, “un mercado de gran potencial en proyectos de infraestructuras”.