Actualmente, más de 1 millón de españoles sufre algún tipo de arritmia cardiaca y uno de cada tres adultos la padecerá a lo largo de su vida. Hasta el momento, la mejor herramienta que tienen los médicos para conocer qué le pasa al corazón es una tecnología con un recorrido de casi 100 años. El electrocardiograma estándar (ECG) es útil para detectar arritmias, pero sus 12 señales limitan la capacidad de los clínicos para decidir cuál es el tratamiento más adecuado, especialmente en arritmias de la aurícula tales como la fibrilación auricular, la arritmia más prevalente.
En los últimos tiempos se ha desarrollado una nueva tecnología, conocida como Imagen por Electrocardiografía (ECGi). La ventaja que aporta es que permite ver los mapas de actividad cardiaca de forma no invasiva, sin necesidad de cirugías o catéteres. Sin embargo, este ECG del siglo XXI tiene un hándicap importante: precisa que el paciente se someta a una tomografía axial (TAC) y un ECGi combinado. Ello lleva a que su uso esté limitado a pacientes con alta complejidad en centros punteros a escala mundial.
Este contexto de complejidad puede cambiar radicalmente a corto plazo. Un estudio publicado en ‘Journal of Electrocardiology’ por el grupo de investigación #COR – integrado por el instituto ITACA de la Universitat Politécnica de Valencia y la empresa Corify Care- ha validado la tecnología ACORYS. Como explica a Innovaspain Andreu Climent, CEO de Corify Care, los resultados del estudio demuestran que son capaces de mostrarle a los cardiólogos una imagen completa de la actividad eléctrica del corazón sin necesidad de cirugías, de forma no invasiva y en cualquier consulta.
Multiplicar la efectividad
“Los avances de los últimos 20 años nos permiten curar a muchos pacientes gracia a sistemas para crear mapas de actividad eléctrica cardiaca. Lo malo es que los sistemas no invasivos actualmente disponibles requieren cirugía e introducir catéteres dentro del corazón”, detalla Climent.
El investigador añade que estos procedimientos son complejos, caros, y no están exentos de riesgos. “Lo peor es que no siempre funcionan. Cerca del 50 % de las cirugías acometidas para tratar la fibrilación auricular no son efectivas”. ¿El motivo? “Hasta que no introducen los catéteres en el corazón no pueden ver cuál es la región causante de la arritmia y si dicha región puede ser aislada para resolver el problema”.
Gracias a ACORYS, los cínicos pueden observar las regiones cardiacas dañadas, decidir si la cirugía es el procedimiento más apropiado y planificar la cirugía maximizando la eficiencia. “El objetivo es asegurar el mejor tratamiento para cada paciente y optimizar los recursos sanitarios”, asegura Climent. “Aumentaremos el número de pacientes curados y reduciremos el gasto en cirugías no efectivas”.
Comercialización inminente
La tecnología ahora validada fue patentada en 2015. Desde entonces ha sido desarrollada como un producto médico. “Este mes estamos siendo auditados para que, desde Corify Care, podamos empezar a comercializarla, esperemos que durante 2023”, avanza Andreu Climent. El terreno médico “no es rápido ni fácil” y, como toda nueva tecnología, tendrá una curva de implementación. “Pese a todo, estamos convencidos de que en pocos años todos los pacientes serán mapeados con ACORYS antes de pasar por el quirófano”.
La empresa ya trabaja en tres hospitales españoles y, a lo largo de este año, desembarcará en centros de Alemania, Suecia y Portugal en fases de validación clínica. “Confiamos en dar el salto a Estados Unidos a lo largo de 2024”. Antes, tienen una importante tarea por delante. “El primer hito que queremos cumplir es regulatorio. De nada sirve desarrollar una tecnología si no puede llegar a todos los pacientes. Para ello es necesario superar auditorias que validen que es un equipo eficaz, seguro y eficiente”.
Climent indica que también en 2023 serán publicados diversos estudios clínicos que han elaborado relacionados con las arritmias auriculares y ventriculares. “Confiamos en que nos ayuden a mostrar todo el potencial de ACORYS. Lo más importante es que este año esperamos poder ayudar a más de 1.000 pacientes”, concluye el CEO de Corify Care.