Hay evidencias sobre los beneficios del ejercicio físico sobre la salud mental y el bienestar emocional. En este contexto, un metaanálisis liderado por profesionales del Instituto de Salud Mental y el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital del Mar ha demostrado que dicho ejercicio puede ayudar a las personas con síntomas depresivos a mejorar, sobre todo, si éste se realiza bajo la supervisión de expertos y con un programa individualizado.
Sobre ello hemos hablado con el entrador personal Juan Ruiz López (licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y en Fisioterapia) que hace ya 10 años abrió su centro en el madrileño barrio de Chamberí.
Liberar neurotransmisores
“Al realizar actividad física liberamos una serie de neurotransmisores que influyen en nuestro estado de ánimo, de manera positiva obviamente, estos son: serotonina, oxitocina, dopamina y endorfinas”, explica Juan Ruiz. “La oxitocina está asociada más con el contacto humano, por tanto, si practicas ejercicio con un entrenador o lo practicas en grupo con otros compañeros, se fomentará en mayor medida que realizando deportes individuales como salir a correr solo”.
La serotonina, cuenta el experto, influye en el control del estado de ánimo y cuando se encuentra en dosis adecuadas ayuda a controlar la saciedad en términos de alimentación. En cuanto a la dopamina y la endorfina, son las que se producen en mayor medida con la realización de actividad física y dónde tiene una influencia mucho más potente. “La dopamina es conocida como la hormona de la felicidad y se estimula con el ejercicio y con la superación de retos. Mientras que las endorfinas generan una sensación de bienestar y tranquilidad”, explica el experto.
¿Pero cuánto deporte debemos realizar para sentir estos beneficios? Según Juan Ruiz “dependerá de la intensidad a la que se realice, de la persona y su nivel de actividad física y otros factores. Mi recomendación genérica sería un mínimo de 2 días a la semana. A partir de ahí, dependiendo de cada persona, podría recomendar hasta 4-5 días semanales”.
Una pauta personalizada y supervisada
Según se desprende de la investigación del Hospital del Mar, para que la actividad física se traduzca en una mejora significativa para el paciente con síntomas depresivos, no vale cualquier tipo de ejercicio. Debe tratarse de una intervención prescrita por un profesional, teniendo en cuenta las capacidades y limitaciones de la persona. En este sentido, Juan Ruiz, recalca los beneficios del ejercicio guiado, ya que “hará que los retos y los objetivos a superar sean realistas y la consecución de éstos desencadenará un mayor progreso y evitará la frustración”.
En cuanto a la modalidad de ejercicio que influye en mayor medida en el bienestar emocional, el experto recomienda el entrenamiento de fuerza. “Además de tener otros beneficios a nivel salud, construye masa muscular y hace que mejore en gran medida nuestra autoestima, pues sentirnos fuertes es uno de los mayores motivos para mejorar la autoestima. Además, si sabes cómo gestionar el entrenamiento, es muy fácil progresar sesión a sesión y cada semana. Ver el progreso también hará que nos sintamos mejor con nosotros mismos gracias a la producción de estos neurotransmisores”.