Actualmente, se conoce más a los robots por su carácter lúdico o, por otro lado, por su parte más científica. Sin embargo, la empresa asturiana Adele Robots ha querido ir más allá: dedicarse a la robótica social para mejorar la calidad de vida de las personas. Sanidad, educación o comunicación son algunas de las áreas donde la compañía dirige sus innovadoras soluciones.
Así, con solo seis años de vida, ya han hecho los primeros contactos para vender sus productos en la “meca” de la robótica internacional, Japón. De hecho, acudieron al CEATEC JAPAN (la exposición internacional sobre inteligencia artificial de Asia) como la única empresa española, estando rodeados de gigantes multinacionales.
Su paso por el país nipón no pudo ser mejor. Aprovecharon su estancia para presentar, por ejemplo, la plataforma FIONA (Framework for Interactive-services Over Natural-conversational Agents), un sistema de desarrollo colaborativo para la creación de la próxima generación de asistentes virtuales o avatares, ahora más interactivos y más inteligentes. “Estos robots virtuales facilitan la forma en la que las personas se relacionan con la tecnología, y tienen múltiples campos de aplicación, como asistentes para atender visitas en una página web, acompañantes para personas mayores, en la enseñanza de niños con trastorno del espectro autista o como guía turístico en una SmartCity”, explican desde la compañía.
Pero no es la única solución que han desarrollado, ya que también tienen The Client Relation Factory, una web donde se puede crear “de forma sencilla” un robot virtual e integrarlo en la web, por ejemplo, de una empresa como atención al cliente. Pero quizás, la mejor de sus innovaciones sea un robot físico que se encuentra actualmente en más de 10.000 aulas españolas, Next.
“Next complementa las necesidades pedagógicas de las aulas de infantil, con diseño y desarrollo en exclusiva para Edelvives por nuestra empresa. Es una prueba fehaciente de cómo la robótica educativa es ya una realidad en los colegios de España”, aseguran. “Su función es ayudar a repasar y afianzar contenidos curriculares, así como trabajar la resolución de problemas e iniciar a los alumnos en la programación direccional”. Según Adele Robots, las tendencias educativas apuntan a que la robótica ha llegado para quedarse en los colegios. Y puede que estén en lo cierto, pues ya está la asignatura de Programación y Robótica, que junto con Next puede ayudar a esa iniciación en el mundo del lenguaje de programación.
Productos afianzados, contratos potentes, contactos para venta en Japón… y sin embargo no quieren estancarse en este momento, por lo que se han presentado como opción de asistencia virtual en el escenario de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. “El feedback ha sido muy satisfactorio. Ambas plataformas pueden crear un avatar interactivo: una plataforma de asistencia virtual autónoma para proporcionar a los asistentes de Tokio 2020 de información en tiempo real, asistencia de guía turístico, puntos de interés, horarios de los servicios públicos, las condiciones de tráfico, etcétera”, apuntan.
Pero, ¿por qué ese “rechazo” a los robots en nuestro país? “En España se tiene el conocimiento necesario para el diseño y construcción de robots sociales, de hecho, algunos grupos de investigación españoles cuentan con un importante prestigio internacional en este campo. Sin embargo, uno de los principales motivos de rechazo en nuestro país viene dado por la apariencia de los robots: se desarrolla su tecnología pero no se presta la atención necesaria al diseño y no producen empatía. Consideramos que para la aceptación de los robots sociales su diseño físico es un tema prioritario, tanto como el desarrollo de la tecnología necesaria. Es por lo que trabajamos con otros profesionales relacionados con aspectos más artísticos, no solamente ingenieros, para lograr la aceptación social que buscamos con nuestros robots, que es una de nuestras obsesiones. En España, por ejemplo, todavía no hemos aceptado la idea de entender un robot social como un compañero que ha sido creado para hacer tareas cotidianas automatizables o simplemente proporcionarte compañía”, consideran. Además, apuntan que las bajas tasas de natalidad y el aumento de la esperanza de vida, que están teniendo como consecuencia un envejecimiento creciente de la población española, podrían solucionarse con robots sociales, perfectos asistentes para personas de la tercera edad.
De hecho, además del proyecto de Tokio 2020, la compañía está trabajando en el desarrollo de un robot asistencial para el hogar centrado en el cuidado de la salud de la familia que “contará con la capacidad de ofrecer servicios a quien está con ellos, como recordarle la toma de un medicamento, la cita con un médico o, simplemente preguntarle si se encuentra bien”. Sea como fuere, parece que la robótica social, o mejor dicho, Adele Robots, ha dado el gran paso para situarse como punta de lanza de la innovación española.