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Adriana M. Valencia, especialista en la División de Energía del BID

“La energía renovable no ha competido en pie de igualdad con la energía convencional”
Adriana M. Valencia, especialista en la División de Energía del BID
Adriana M. Valencia, especialista en la División de Energía del BID

En el marco del evento ‘Energías renovables: compartiendo la experiencia de Mesoamérica y El Caribe’, Adriana M. Valencia, especialista en la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha conversado con la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC-Colombia) sobre los avances y retos de América Latina y El Caribe en el desarrollo de fuentes de energías renovables no convencionales.

Valencia, que ha participado en el primer panel del encuentro #EnergíasRenovables2015, defiende que “el potencial de energía renovable de América Latina y el Caribe (ALC) excede ampliamente la demanda”. “La mayor fuente renovable de electricidad ha sido la energía hidroeléctrica, que genera más del 64% de energía en la región según la Agencia Internacional de Energía –afirma-. Aun así, estudios estiman que más del 70% del potencial técnico hidroeléctrico está aún sin explotar en la región”.

La especialista del BID defiende que hay varios países que se han puesto metas de incrementar su generación de fuentes de energía renovable. “Costa Rica aspira alcanzar una meta de obtener cien por cien de su electricidad de fuentes renovables en el 2021, aunque ya este año llevan 255 días continuos de producir energía eléctrica con fuentes renovables –continúa-. Honduras se fijó una meta en el 2010 de transformar la matriz de generación al 80 por ciento renovable para el 2034; Uruguay en el 2015 ha superado su meta de generar más del 90 por ciento de su electricidad con fuentes renovables”.

“La energía renovable no ha competido en pie de igualdad con la energía convencional”, denuncia. “Su implantación ha encontrado diversos obstáculos, tales como subsidios a los combustibles fósiles, un sistema de precios del carbón que no refleja el costo de los daños ambientales y sociales, recargos por combustible en los precios de la electricidad que transfieren el riesgo de precios de los proveedores a los consumidores, y una infraestructura y normatividad diseñada para la energía convencional”. 

Atraer inversión

Los sectores público y privado, en opinión de Adriana Valencia, “son importantes para el desarrollo energético sostenible”. “Por un lado, se requieren reglas claras y facilidades de acceso al mercado”, afirma. También ayuda “establecer metas de porcentaje de energía renovable”, pero todo debe ir en paralelo a “una apertura del mercado”.

“El sector público tiene una labor importante para atraer inversión y en asegurar que la tecnología a instalar cumpla con los más altos estándares de calidad y sean adaptadas para condiciones locales, para suministrar la energía esperada, con alta duración de los equipos”, afirma.

Respecto al programa ‘Mercado de Energía Sostenible para apoyar el desarrollo de proyectos  de energías renovables en América Latina y el Caribe’, Valencia asegura que estará disponible “para las personas involucradas en desarrollar, financiar y mantener proyectos de energía sostenible en América Latina y el Caribe”. 

“Esta plataforma, desarrollada por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) con el apoyo del BID, es gratuita para los dueños del proyecto, los gobiernos, los financiadores y los proveedores de servicios y tecnología, y pretende ayudar a desarrollar e impulsar las inversiones en nuevos proyectos de energía renovable –afirma-. Contará con información pública que permitirá evaluar oportunidades de proyectos relacionados con financiamiento, desarrollo de proyectos y provisión de servicios y tecnología”.

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