Se calcula que en el planeta hay 2.500 millones de videojugadores. En España, alrededor de 20 millones. En una época de digitalización total de la sociedad, el mundo de los videojuegos está en pleno auge. Y este periodo de cuarentena, provocado por el COVID-19, ha hecho que aumente todavía más el nuevo gran entretenimiento de nuestro tiempo. Pero sus clientes del futuro, los más pequeños, necesitan seguridad; al igual que la industria española.
Por ello, la Asociación Española de Videojuegos (AEVI), ha mostrado una serie de propuestas para que la industria del videojuego nacional no decaiga con la crisis del coronavirus. Del mismo modo, han explicado también cómo deben utilizar los niños, de forma saludable, los videojuegos. Si bien siguen “estudiando el impacto de la crisis para el conjunto de desarrolladores y empresas del sector en nuestro país”, estos objetivos pretenden que se alivie la situación para empresas y trabajadores afectados.
Desde AEVI recuerdan que la industria de los videojuegos ya está ayudando a sus empresas, proporcionando, también a los empleados, información sobre los planes nacionales de apoyo empresarial y financiero. Además, según ellos, no hay que olvidar la necesidad de “diseñar y participar en campañas para animar a los jugadores a seguir las normas y directrices de las autoridades de salud pública, utilizando hashtags como #stayhomeplaytogether y el de la iniciativa #PlayApartTogether, apoyada por la la OMS; promover un comportamiento de juego saludable y el uso de controles parentales; ayudar a los padres a encontrar juegos apropiados para sus familias; y diseñar campañas para minimizar el impacto del distanciamiento social en la salud mental”, indican.
Pero en cuanto a la protección de lo que es el tejido industrial de los videojuegos españoles, la ayuda pública es esencial. El propio presidente de AEVI, Alberto González Lorca, se ha reunido con el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, para hablar sobre los retos del sector. Para paliarlos, desde la AEVI defienden que hay que habilitar líneas de crédito en condiciones especiales –"tipos cercanos al cero", especifican– para ayudar a soportar los costes extra y tensiones de tesorería fruto de la crisis; o ayudas directas y subvenciones públicas, así como el establecimiento de incentivos fiscales en el medio plazo orientados a desarrolladores para la producción de videojuegos, de forma que se compense la reducción de actividad y productividad y de las pérdidas por gastos de cancelación de eventos programados.
En definitiva, desde AEVI han pedido “una valoración preliminar del impacto de la crisis del COVID-19 en términos económicos y de empleo, así como una batería de propuestas concretas en nombre de la industria a fin de aliviar la situación para empresas y trabajadores afectados. Entre las medidas, se encuentra la aplicación de una moratoria en el pago de impuestos y supresión de los pagos de cuotas orientado a los desarrolladores autónomos durante el periodo de la crisis, la flexibilización y reducción de cuotas del pago de impuestos para pymes o la agilización del cobro de la prestación por desempleo para trabajadores afectados”.
También piden campañas de apoyo e impulso al sector en el marco de la crisis. Del mismo modo, quieren que se visibilice ‘The Good Gamer’: la plataforma que fomenta el juego seguro y responsable en familia desde el hogar.
Cómo controlar lo que juegan los hijos
Por otro lado, la AEVI, haciéndose eco de la federación Interactive Software Federation of Europe (ISFE), que representa a las principales compañías de software interactivo y asociaciones patronales de toda Europa, resume, en cinco pasos, lo que tienen que hacer los padres para fomentar un buen comportamiento ante los videojuegos.
En primer lugar, comprobar la clasificación PEGI; esto es, la clasificación por edades, género y plataforma, que sirve para “encontrar el juego perfecto y obtener instrucciones detalladas sobre cómo configurar los controles parentales en una serie de dispositivos". En segundo lugar, utilizar los controles parentales: “hay que seleccionar los juegos a los que puedan jugar tus hijos; controlar y vigilar el uso de las compras digitales; limitar el acceso a la navegación por Internet aplicando un filtro; controlar la cantidad de tiempo que los niños pueden pasar jugando; y controlar el nivel de interacción en línea (chat) y el intercambio de datos (mensajes de texto, contenido generado por el usuario)”, explican.
Además, hay que jugar con los más pequeños. "Todas nuestras investigaciones –afirman– muestran que las familias que juegan juntas o se toman el tiempo de discutir el juego de los videojuegos con sus hijos tienen la relación más saludable con el juego de los videojuegos, lo aprovechan al máximo y tienen menos discusiones sobre el tiempo de juego”. “Hay que aprovechar la oportunidad del encierro para jugar juntos y disfrutar del pasatiempo de su hijo con ellos”, aconsejan.
En cuarto lugar, piden utilizar los recursos proporcionados por las asociaciones nacionales de comercio de videojuegos para estar plenamente informados sobre el juego seguro y responsable, para aprender sobre los más populares, los juegos para jugar en familia, consejos y orientación. Y, por último, comprobar los videojuegos y recursos disponibles en este periodo de confinamiento. Y es que, según AEVI, las empresas de videojuegos “están haciendo lo que pueden durante la crisis para comunicar los mensajes de seguridad de COVID-19 a su enorme comunidad mundial de jugadores. Y muchas también están poniendo juegos gratuitos a disposición de los jugadores, las familias y profesores”.