Nacida en Madrid, África González-Fernández lleva toda una vida profesional a la vanguardia de la innovación médica porque como ella mismo reconoce, “siempre he tenido el gusanillo de la innovación”. Especialista en inmunología, actualmente es la presidenta de la Sociedad Española de Inmunología y catedrática de la Universidad de Vigo, donde también dirige el Centro de Investigación Biomédica. Y su otra gran pasión es la nanomedicina, donde desarrolló un biosensor para identificar células tumorales.
Pero además de su carrera investigadora, África también ha desarrollado otra faceta emprendedora como cofundadora de Nanoimmunotech, una compañía pionera que tiene varias líneas de trabajo: medicina regenerativa, diseño de nanomateriales para diferentes aplicaciones como biosensores o el desarrollo de un equipo que detecta cualquier analito por calor para identificar, por ejemplo, trazas de salmonela o gluten en los alimentos.
En definitiva, una carrera innovadora y emprendedora por la que ha sido incluida entre las finalistas en los Premios europeos a las Mujeres Innovadoras, que concede la Comisión Europea el próximo 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer.
El premio reconoce la labor de mujeres emprendedoras e innovadoras a nivel europeo. ¿Por qué siempre tenemos la sensación de que hay pocas o de que deberían ser bastantes más las mujeres que apuesten por este camino?
Es cierto que hay pocas mujeres todavía en la empresa innovando. Siempre tenemos un poco la imagen del hombre moviéndose, aventurero y metiéndose más los hombres que las mujeres. Yo creo que Europa, lo que intenta con este premio, es dar visibilidad a las mujeres que nos hemos arriesgado a meternos en este mundo y, por otro, animar a que haya otras mujeres que también lo hagan. Es como decir: si hay otras mujeres que lo hacen, tú también puedes. Entonces, es una selección positiva, intentando captar a más gente.
Yo creo que las mujeres tienen buenas ideas, pero hay que ayudar económicamente y ahí es donde los países tienen que trabajar en dar un soporte, porque montar una empresa no es fácil.
¿Cuál es la mayor dificultad que te has encontrado?
Para nosotros, inicialmente, el tener ideas y querer hacer cosas no fue ningún problema… La mayor dificultad inicial es económica, sobre todo en una empresa biotecnológica que necesita bastante dinero. Yo creo que deberían dar más dinero y que hubiera más gente que apostara, no sólo empresas de capital riesgo. Nosotros tenemos un business angel que está apostando por nosotros, que ha invertido. Pero como yo a veces digo, las empresas de capital riesgo tienen capital pero no riesgo. Entonces, en las empresas de biotecnología hay que arriesgarse porque puede ir bien, pero no es un proceso de dos o tres años, sino más a largo plazo para conseguir beneficios. Creo que en España falta pensar en grande, tener una proyección a largo plazo y no a corto.
Invertir de cara al futuro…
Exactamente. También el tema del mecenazgo… Tenemos muy poca mentalidad aquí de que entre todos podríamos ayudar a las empresas, a la investigación y al desarrollo. No tenemos la mentalidad que pueden tener otras culturas como pueden ser EEUU o los judíos. Ellos, el tema del mecenazgo lo llevan a gala e incluso lo exhiben.
Necesitamos más cultura empresarial a todos los niveles (en los colegios, en los institutos) y más ayuda económica por parte de los distintos estamentos. El mayor inconveniente siempre ha sido el económico: inicialmente está bien, pero cuando la empresa va dando los distintos saltos, se necesita un apoyo económico importante.
¿En el caso concreto de las mujeres hay algo más que añadir a todos estos factores?
Yo en concreto no he sentido nunca el problema del tema de conciliación. He tenido también mucho apoyo… Digamos que todos creen en esta idea y todos están tirando hacia la misma dirección. Entiendo que pueda haber dificultades para determinadas mujeres para las que todavía el tema familiar puede suponer un problema si no tienen ese apoyo cercano.
Por otra parte, eso que se dice de que las mujeres nos arriesgamos menos, yo puedo estar de acuerdo con eso, pero también tenemos una ventaja: cuando nos lanzamos a una aventura, y de hecho hay estadísticas, las empresas lideradas por mujeres suelen vivir más tiempo. Eso, lo que indica es que a lo mejor nos cuesta lanzarnos pero una vez que lo hacemos, quizás damos más estabilidad.
En general, tu trabajo está muy centrado en la biotecnología… ¿Es por donde pasa ahora todo o casi todo lo que tenga que ver con la innovación?
Se puede innovar en cualquier campo. Yo, por mi formación como médico, nos queda todavía muchísimo camino y hay muchos temas que personalmente me interesan como desarrollar vacunas que puedan ser eficaces… Nosotros tenemos ahora un proyecto europeo para desarrollar una vacuna contra la tuberculosis. El tema de los anticuerpos monoclonales es otra línea que me interesa mucho, el tema de los biosensores…
¿Por qué? Porque necesitamos nuevos métodos de diagnóstico, necesitamos nuevas terapias. La medicina ha avanzado mucho en determinados aspectos (vacunas más eficaces, antibióticos…) pero seguimos teniendo enfermedades crónicas que seguimos sin saber cómo curarlas como la diabetes, la hipertensión, etc. Podemos prevenir determinadas cosas, pero una vez que está desarrollada no se puede curar. Por eso también nos estamos intentando meter en vacunas terapéuticas, que puedan curar enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, la diabetes… Es decir, en el ámbito biomédico hay muchísimas cosas todavía que quedan por resolver.
Es el siguiente paso, sobre todo hacia una medicina más personalizada…
Sí. Conociendo más las bases genéticas de las enfermedades y que muchos virus son los causantes de algunos tumores… Cada vez se está conociendo más. Pero cuando el proceso está desarrollado es muy difícil pararlo. Por eso necesitamos métodos de diagnóstico tempranos, conocer mejor las bases de la enfermedad y, por supuesto, tener tratamientos.
Por ejemplo, en el caso de la tuberculosis, Galicia es la región de España con más casos. La tuberculosis es, ahora mismo, la enfermedad que más mata en el mundo, más que el SIDA. Eso hay muy poca gente que lo sabe. Pues seguimos con los mismos fármacos que hace muchísimos años, no hay innovación, mejora ni cambio en ese aspecto. Entonces, a nivel de fármacos no conozco cómo desarrollarlos, pero en el ámbito de las vacunas sí, así que vamos a poner nuestro granito de arena en lo que podamos.