Conesa, principal productor de tomate triturado nacional -que opera en Extremadura- y Unilever, famosos por sus productos Knorr, han llegado a un compromiso para ampliar el uso de la agricultura regenerativa, sobre todo en el mercado de los tomates sostenibles.
Y hablan sobre “ampliar” porque llevan trabajando desde 2010 juntos, basándose en pilares fundamentales como la reducción de fertilizantes sintéticos y los combustibles fósiles y la regeneración del suelo mediante los cultivos de cobertura. Básicamente, nutren y mejoran la estructura del suelo de manera orgánica con otros cultivos como leguminosas y crucíferas, logrando así un suelo enriquecido para la producción de tomates.
La agricultura regenerativa cuenta también con prácticas como el cultivo de cobertura, la rotación de cultivos, el laboreo reducido el compostaje y la reducción de los fertilizantes sintéticos ayudan a promover la salud del suelo y el crecimiento de organismos beneficiosos.
“Las cifras que hemos logrado no son baladí si tenemos en cuenta el contexto en el que nos encontramos. Entre los principales hitos marcados por este proyecto han sido el desarrollo del riego por goteo y el uso de la teledetección satelital que han logrado reducir su consumo de agua en un 35% y aumentar su rendimiento en un 30%, lo que equivale a casi tres millones de litros por hectárea», señala al respecto Laia Barba, líder del Área de Alimentación y Nutrición de Unilever en España.
Entre otros datos, destaca que el 100% de los tomates de Uniliver se producen de forma sostenible a nivel nacional. “Además, parte de la producción de tomates de Conesa se exporta a más de 76 países del mundo en los que la compañía también está presente con sus productos Knorr”, asegura.
Más sostenibilidad en Extremadura
En las Vegas Bajas del Guadiana, en Badajoz, Conesa cultiva la gran parte del tomate para triturar que se consume en Europa. Y lo hacen, como asegura Manuel Vázquez, director general y CEO del Grupo Conesa, “con los más altos estándares en sostenibilidad” a través de Agraz. Cuentan con un total de 2.250 hectáreas de tierra de cultivo y la mayor parte de este terreno lo dedica a Unilever, puesto que produce tomate para la empresa angloholandesa en más del 70% de su superficie.
“En términos globales, Unilever representa para Agraz el 60% de sus ventas, mientras que para el Grupo Conesa representa un 12% del total de su facturación. Conesa procesa casi un millón de toneladas de tomate fresco por campaña”, indican desde la compañía.
Por último, Vázquez señala que, por ejemplo, este proyecto y esta inversión ha permitido, entre otras cuestiones, poder aplicar tecnología como la teledetección satelital para la reducción del uso del agua.
“Se trata concretamente del Sentinel-2 satellite, que puede proporcionar a los agricultores datos sobre la salud de los cultivos, su crecimiento y el uso del agua, incluyendo también diversos índices de vegetación como el NDVI, y la humedad del suelo. A través de sus sensores, nuestros agricultores han podido utilizar esta tecnología para controlar las prácticas de riego de sus cultivos de tomate», resume Vázquez.