El peso de la gran ciudad nos hace olvidar en demasiadas ocasiones uno de los sectores básicos para el mantenimiento de esa gran urbe y su entorno, que tampoco es pequeño. Agricultura y ganadería están adaptándose al crecimiento de la población y no solo con una adecuación al espacio abierto con posibilidades agrícolas y ganaderas, sino también a través de la investigación, uno de los puntos centrales de la Comunidad de Madrid. En este caso, a través del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), uno de los centros más interesantes de la I+D+i madrileña.
Con una plantilla de 335 trabajadores, promueve proyectos innovadores para generar empleo en el entorno rural e implantar cultivos y actividades rentables, contribuir a un abastecimiento estable y sostenible de alimentos de proximidad y hacerlo mejorando la protección del medio ambiente. Porque el cambio climático debe mitigarse y toca adaptarse a él. Para dar respuesta a preguntas como si la biotecnología puede ayudar a la fabricación de piensos de bellota o si Madrid tiene un clima y terreno idóneos para introducir el pistachero o cualquier otro cultivo está el IMIDRA.
Dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, este organismo autónomo posee entre sus dependencias laboratorios y fincas dedicadas a la explotación agropecuaria, la investigación y transferencia tecnológica. En total, el IMIDRA tiene siete departamentos, coordinados a través de la Subdirección General de Investigación y Desarrollo Rural.
El departamento de Investigación Agroambiental realiza estudios y actuaciones sobre la sostenibilidad de la producción agraria, tecnología de cultivos no alimentarios que eleven las rentas agrarias y la gestión integral de los recursos naturales desde la óptica del respeto medioambiental, el mantenimiento y la mejora de las zonas rurales para fijar en ellas población.
En Investigación Agroalimentaria buscan respuesta a las necesidades de empresas cuya finalidad es procesar materias primas agrícolas para la alimentación, además de recuperar y mejorar la calidad de productos tradicionales de Madrid. El IMIDRA participa en la convocatoria del Proyecto de Desarrollo Rural 14-20 (PDR) e innova en desarrollos vinculados al nuevo Centro de Innovación Gastronómica (CIG), inaugurado el pasado 30 de noviembre de 2018.
Conecta a los investigadores del sector agroalimentario, a los productores primarios, la industria alimentaria y los cocineros y hosteleros de la Región. Las innovaciones son variadas: lúpulo ecológico para la cerveza artesana madrileña; el desarrollo de yogur y kéfir de leche de yegua en producción ecológica y con uso de subproductos de la uva como aditivos en productos lácteos; quesos artesanos sin lactosa de cabra y oveja; o el cultivo de la uva de mesa.
El Departamento de Investigación Aplicada y Extensión Agraria pone a disposición de los agricultores un equipo multidisciplinar de expertos en sanidad vegetal, conservación de suelos, cultivos extensivos y desarrollo rural. Además cuenta con un Departamento de Transferencia para un mejor trasvase entre el sector público y el privado del conocimiento generado.
Desde el Área de Producción Animal se gestionan y coordinan las explotaciones ganaderas patrimonio de la Comunidad de Madrid, que comprende una serie de fincas agrarias de vocación ganadera, cuyo objetivo principal es trabajar en la selección, mejora genética y conservación de especies y razas, principalmente autóctonas. Algunas de estas razas, tanto de ovino como porcino, forman parte del Patrimonio Genético exclusivo de la Comunidad.
También gestiona y coordina las actividades del Centro de Selección y Reproducción Animal (Censyra), que es Centro Nacional de Referencia para la Reproducción Animal y Banco de Germoplasma Animal, y cuenta con laboratorios de Control Lechero, Reproducción y Genética. En el caso del ganado porcino se colabora activamente con la comunidad científica de los centros de experimentación biomédica, al producir y proporcionar ejemplares de cerdo miniatura.
En el Departamento Agroforestal se ocupan de la gestión del patrimonio agrario público repartido en ocho fincas que sirven de soporte a la investigación de la propia institución. En ellas se desarrollan actividades y proyectos de prácticamente todos los subsectores de la agricultura, como la horticultura o los cultivos herbáceos y leñosos, además de disponer entre otros de un centro de olivicultura y uno de viticultura que son una referencia nacional e internacional. El IMIDRA mantiene también el Banco de Germoplasma de Vid, que conserva más de 3.400 variedades de vides nacionales y extranjeras. Es el más extenso de España y el tercero del mundo. También se encarga de la gestión y el mantenimiento de los sotos históricos y paseos arbolados de Aranjuez, con 30 kilómetros de recorrido y 9.000 árboles de distintas especies.
Control de Calidad tiene su área específica. La financiación de la investigación en el Instituto, antaño, no dependía de los resultados obtenidos. Ahora, el marco normativo de la investigación a nivel europeo, nacional y madrileño sí persigue objetivos y el Instituto ha introducido modelos de cuantificación y cualificación que consolidan los recursos en virtud de las mejoras que se demuestran año a año.
Este departamento es de reciente creación y está ubicado en El Encín, en Alcalá de Henares, convertido en una meca de la I+D+i agraria, pues allí se encuentran también el Laboratorio Alimentario (vinos y aceites); el Laboratorio de Suelos, que es un referente nacional e internacional en la investigación más puntera sobre tratamiento y descontaminación de suelos; el Laboratorio Regional de Sanidad Vegetal para proteger los cultivos; y el Laboratorio de Biología Molecular, que identifica y caracteriza variedades de vid.
En la localidad de Colmenar Viejo se encuentran el Centro de Selección y Reproducción Animal (Censyra) y el Recinto Ferial Agropecuario. A estas instalaciones se suman otras como la finca Riosequillo, en Buitrago de Lozoya, para la mejora genética y selección del ganado vacuno de raza Avileña Negra Ibérica. El IMIDRA también pretende innovar en materia socioeconómica, analizando y ofreciendo resultados sobre aspectos claves como la comercialización de productos agrícolas o la integración rural urbana. En materia de canales cortos de comercialización el Instituto plantea crear una red de colaboración con otras autonomías y con otros países, tanto de la Unión Europea como de América Latina.
Agrolab, la alternativa de generación de empleo y emprendimiento
Como experiencia piloto comandada por el Instituto, destaca Agrolab, un laboratorio de agricultura abierta que busca promover el desarrollo de la actividad agraria como alternativa de generación de empleo y emprendimiento. Centra su atención en los jóvenes y en las mujeres, y es un espacio para la práctica de la agricultura social con colectivos desfavorecidos.
El futuro de la agricultura familiar de Madrid pasa por la innovación en toda la cadena y así, desde Agrolab, se identifican los productos que pueden tener mejor acogida en los diferentes nichos de mercado, estudian su proceso de elaboración y transformación hasta llegar a la distribución y promoción de los productos, sin olvidar los aspectos medioambientales. En este contexto, el IMIDRA es el socio español de un proyecto de investigación e innovación financiado por la UE dentro del programa marco Horizonte 2020, que cuenta con 5 millones de euros y cuyo fin es abordar el reto social de la bioeconomía europea. Integra a 26 socios (13 entidades de investigación y 13 entidades de acción sobre el territorio) de 12 países de Europa.
En cuanto a las patentes, modelos de utilidad y royalties desarrollados por el IMIDRA destacaban, al cierre de 2018, la inclusión en los registros de la Oficina Española de Variedades Vegetales tanto trigos duros como triticales, una cebada, avenas, varias de garbanzos y de tomates. Además, en este mismo año se presentaron dos solicitudes de registro de dos variedades de garbanzo, denominadas Carmen y Lola. También se registraron varias cepas desarrolladas para su empleo en la elaboración, por fermentación alcohólica, de bebidas y otros productos alimenticios, concedidas como patente Europea y un sistema automático de análisis en continuo de la evolución del vino.
En palabras de José María Moreno, director gerente del IMIDRA, la “finalidad del Instituto está en colaborar con el sector agrario, alimentario y gastronómico madrileño, mejorando su materia prima, sus procesos y en definitiva su rentabilidad. Para ello, desarrolla proyecto I+D concreto, con asociaciones, cooperativas, PYMES del ámbito de la agricultura y de la ganadería, y del sector de la alimentación y la restauración, poniendo a su disposición los recursos y profesionales, de sus ocho centros de trabajo”.
Más presupuesto
En 2019, el IMIDRA cuenta con un 16% más de presupuesto. El incremento del presupuesto para el próximo ejercicio en un 16 % también permitirá, según sus declaraciones seguir avanzando y fomentando “la agricultura y el desarrollo rural y periurbano, que permiten acercar el campo a la ciudad. La fijación de población rural en nuestra Comunidad se consigue generando actividades de agricultura y comercialización a nivel local, de forma que exista una alternativa viable, para el emprendimiento en este ámbito”.
“El hito más relevante en este año 2019 está en consolidar un nuevo Centro de Innovación Gastronómica en el centro de nuestra capital, en noviembre de 2018, y que desde la química culinaria, la promoción, la formación y la gastronomía, conecta el campo y sus productos con el sector de la restauración. Asociaciones del sector han premiado esta iniciativa pionera en España, que mejora la competitividad de los productos de Madrid”, ha declarado José María Moreno.
Para ello, añade el director gerente del IMIDRA, “será necesario seguir con el control oficial del aceite de oliva y del vino Denominación de Origen de Madrid y, cómo no, con la recuperación de variedades hortícolas perdidas, incrementando sus propiedades y su calidad y asesorando en cultivos novedosos en Madrid, como el pistacho, para lo que contamos con instalaciones adecuadas y laboratorios de sanidad vegetal, alimentario, de suelos y de biología molecular entre otros, para prestar un servicio público de calidad”. “Todo ello impulsando siempre la sostenibilidad ambiental, tanto en cultivos con residuos cero, como en el manejo de plagas, eficiencia del riego y uso de fertilizantes adecuados”, concluye.
Este reportaje ha sido publicado en la edición impresa del Anuario de la Innovación en España 2018