La Universidad de Murcia (UMU) ha lanzado un proyecto con el que pretenden contribuir a la recuperación y conservación del Mar Menor. Se llama AgrosimbiosisLab, y promoverá el funcionamiento de fincas a modo de laboratorios que lleven a cabo buenas prácticas de agroecología.
José María Egea, coordinador del proyecto y profesor emérito de Biología Vegetal de la UMU, explica que este proyecto está financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en colaboración con la Oficina Técnica para el Mar Menor. Todo ello, en el marco de las ayudas para la restauración agroecológica y mejora ambiental del Mar Menor.
Sin embargo, el proyecto en sí está coordinado por la UMU, con el CEBAS-CSIC como entidad colaboradora. “En el proyecto participan, además, 9 fincas distribuidas por la cuenca vertiente del Mar Menor. Se cuenta, también, con la colaboración de varios especialistas en agroecología y agricultura ecológica”, especifica.
Según él, el objetivo general del proyecto es contribuir a la recuperación y conservación del Mar Menor a través de un proceso de “Transición Agroecológica” que implique a todo el sector agroalimentario, a las administraciones y a la sociedad civil.
“El nombre AgrosimbiosisLab alude, precisamente, a la necesidad urgente de establecer una relación simbiótica entre todos los agentes implicados en el sector agroalimentario, única alternativa para recuperar y conservar el Mar Menor. Con enfrentamientos entre unos y otros, cualquier esfuerzo que hagamos será prácticamente inútil”, lamenta.
¿Qué pasa en el Mar Menor?
El coordinador del proyecto de la UMU cuenta que la agricultura industrializada que se practica en el entorno del Mar Menor es un modelo “completamente insostenible” desde la perspectiva ambiental, económica y social.
“De acuerdo con numerosos informes científicos -continúa-, una de las consecuencias de este modelo ha sido su contribución, en gran parte, a los episodios de muerte masiva de peces y otros organismos marinos ocurridos en 2019 y 2021, como consecuencia de los fertilizantes que llegan a la laguna. Este hecho, ha generado un movimiento social que ha llevado a más de seiscientos mil ciudadanos a la firma para dotar de personalidad jurídica del Mar Menor».
Pero, según Egea, este modelo industrializado tampoco satisface a los agricultores. “Prueba de ello son las frecuentes huelgas ante la Asamblea Regional y su participación en huelgas de carácter general, por la dignificación del trabajo en el campo. Son frecuentes las quejas entre agricultores por el alto diferencial de precios que hay entre lo que le pagan a los agricultores y el precio que pagan los consumidores por esos productos”.
Por otro lado, en ciertos casos, se tira a la basura la cosecha y con ella, todo el agua y otros insumos utilizados en su producción. “Otra prueba de ello, son los millones de kilos de limones que se han dejado de recolectar en este año, tanto en el entorno del Mar Menor como en toda la Región de Murcia”.
Es por eso que el líder de AgrosimbiosisLab considera que, si se apuesta por cambiar de modelo, se debe tener en cuenta otros desafíos de carácter general, como es la adaptación del sistema agropecuario al cambio climático. «Un informe de COAG-IR, de 2023, alerta de la pérdida de más de mil doscientos millones de euros en la región hasta 2030”, adelanta.
Laboratorios y jardines gastrobotánicos
En AgrosimbiosisLab se pretende nstaurar una red de “jardines gastrobotánicos”, donde se realizarán ensayos con variedades locales en peligro de extinción, cultivos emergentes y de plantas silvestres de interés culinario; así como ensayos sobre estrés hídrico y de calidad.
“Los laboratorios y jardines gastrobotánicos son, en realidad, las fincas colaboradoras que se adecuarán para realizar actividades de investigación agroecológica, relacionadas con la diversificación de sistemas agrarios y de cultivos, la implantación de estructuras vegetales, creación de estanque y charcas de biodiversidad, humedales, mejora de la calidad del suelo; así como, con la reducción de la escorrentía y procesos erosivos”, declara Egea.
Por último, el profesor emérito de la UMU destaca que el proceso de adecuación de las fincas como laboratorios y jardines gastrobotánicos, “se ha iniciado ya”, con el análisis de su situación actual, la sectorización de las parcelas y el diseño y propuestas de cultivos. “Para finales de septiembre, es muy probable que finalice este proceso”.