Un total de 232 equipos de purificación en establecimientos y centros comunitarios de 12 provincias de Argentina. Con estas cifras cerrará el año 2017 el Proyecto Agua Segura, desarrollado con la colaboración del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA).
El trabajo permitió que 10.907 chicos de escuelas rurales y centros comunitarios accedieran a agua potable. En todos los casos, la entrega de los filtros microbiológicos estuvo acompañada por talleres educativos.
Ademas, en la visita al departamento tucumano de Burruyacú se ha contado con la presencia convocante del conductor Julián Weich, cofundador del Proyecto Agua Segura, una empresa social que trabaja para dar soluciones concretas ante la crisis del agua en el país.
La principal labor de esta organización es trabajar con escuelas rurales, centros comunitarios y hogares para que accedan a agua segura, a partir del diseño de una cadena de valor junto con los sectores público y privado y la sociedad civil. Con esta finalidad, técnicos del INTA acompañan la tarea y facilitan la llegada del proyecto a las escuelas y centros de la región.
Para Nicolás Wertheimer, también cofundador del Proyecto Agua Segura, la problemática del acceso al agua potable tiene distintas dimensiones. “Afecta a la salud, pero también impacta en la vida social y económica de las familias, ya que las personas destinan horas en llegar a una fuente de agua y pueden contraer enfermedades provocadas por el consumo de agua no segura que los llevan a faltar al trabajo o a la escuela”.
En este contexto, advirtie de que “la situación es compleja y requiere una solución integral, que combine tecnología de acceso y calidad de agua, educación para comprender la importancia del agua segura y los hábitos de higiene, y trabajo en equipo para poder alcanzar estos logros”.
Los filtros implementados facilitan que el agua de fuentes sin tratamiento se transforme en apta para consumo humano.