El 35 se ha convertido en un número mágico para AINIA. El Centro Tecnológico afincado en Valencia y asociado a REDIT (Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana) cumple 35 años en plena forma. Innovaspain ha tenido oportunidad de visitar sus instalaciones, en las cuales el centro ha invertido otros 35, esta vez millones de euros, marcando una clara apuesta por la conquista de sus objetivos: aportar soluciones integrales de innovación y tecnología.
Para innovar hay que tener medios. Y esa es la visión de AINIA, al igual que son conscientes de que “invertir e innovar en tecnología conlleva riesgos”, explica Manuel García, director de Marketing del centro. Pero como en tantos otros ámbitos, más riesgo tiene no hacerlo. En 2021, AINIA trabajó en 260 proyectos de I+D+i y dio servicio a más de 1.700 clientes. El resultado: 18 millones de euros en ingresos. “Esperamos cerrar 2022 en 20 millones”, asegura García sin cruzar mucho los dedos, ya que el centro tiene comprobado que innovar al servicio de la gente siempre da resultado.
Por cada euro invertido en innovación, AINIA obtiene un impacto social de 16,7. La filosofía en su nuevo plan estratégico sigue siendo la misma: seguir invirtiendo. En 2023 finalizarán las obras de un nuevo edificio de 2.000 metros cuadrados dedicado exclusivamente a la investigación. “La innovación continua es la esencia de nuestra cultura y nos obliga a impulsar cada día más la colaboración”, sostiene el centro desde su nutrida página web. De hecho, esta colaboración empieza en la propia sociedad, de ahí la importancia de “contar y saber contar lo que hacemos, tanto en nuestra presencia en medios de comunicación como en los distintos eventos que organizamos”, añade García.
“El ciudadano es cada vez más sostenible. Y aquí nuestro papel es clave”, afirma García. Además de estar acertando en el mensaje, las líneas de actuación de AINIA bailan al mismo ritmo que la sociedad. Sus proyectos están enfocados principalmente a la alimentación, la farmacia, el envasado y la cosmética. “La alimentación del futuro, la transición verde, la digitalización… España está inmersa en transformaciones importantes y es aquí donde tenemos que aportar valor”, apunta el responsable.
De las plantas piloto a la sociedad
Desde su nacimiento hace una década, este periódico se ha hecho eco de estas –y muchas otras– transformaciones, en las cuales AINIA ha jugado un papel determinante. Son muchos los proyectos que, desde entonces, ha desarrollado este centro tecnológico, algunos de ellos financiados por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), como el proyecto FOODCOLLECT, que incorpora un robot móvil para recolectar y dar un segundo uso a la fruta caída al suelo. El robot consta de navegación autónoma, un brazo para la recolección y un sistema avanzado de visión para la detección y localización de la fruta. Se trata de un buen primer paso para solucionar el lastre de las 30 millones de toneladas de fruta desperdiciadas anualmente en Europa en producción primaria.
Por ejemplo, en el ámbito agroalimentario, destaca el robot móvil para recolectar y dar un segundo uso a la fruta caída al suelo. Incorporado en el proyecto FOODCOLLECT, consta de navegación autónoma, un brazo para la recolección y un sistema avanzado de visión para la detección y localización de la fruta. Se trata de un buen primer paso para solucionar el lastre de las 30 millones de toneladas de fruta desperdiciadas anualmente en Europa en producción primaria.
El compromiso de AINIA con la sostenibilidad y el medioambiente se dirige especialmente al desarrollo de líneas y proyectos de I+D+i que, bajo criterios de sostenibilidad, supongan un impacto positivo en el entorno. Por ello, sus propuestas van dirigidas a generar soluciones de innovación integrales y alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). También la difusión de este compromiso es pieza clave en su estrategia.
Es habitual ver al centro organizando jornadas demostrativas como la realizada hace menos de un mes, en la que expuso soluciones tecnológicas para consumir frutas y hortalizas de proximidad. Enmarcadas en el proyecto FOX, se trata de una unidad móvil que permite a los agricultores procesar frutas y hortaliza, , para obtener productos de mayor valor añadido, listos para consumir, , promover el consumo de hortalizas de temporada y el Kilómetro 0.. El contenedor móvil cuenta con el equipo necesario para la selección, procesado y envasado de frutas y hortalizas frescas.
La alimentación sostenible es otra de las líneas destacadas de AINIA, que se encuentra actualmente investigando nuevos análogos cárnicos con proteínas vegetales alternativas. Un informe reciente de Bloomberg Intelligence calcula el valor del mercado de los alimentos sustitutivos de la proteína animal en 26.000 millones de euros y estima que su valor superará los 143.000 millones en 2030, el 7,7 % del total del mercado de proteínas. Los datos empujan a buscar en la innovación soluciones en este sentido. Por ejemplo, desarrollar nuevos productos que mimeticen a los productos lácteos (leche, yogur o queso) a partir de fuentes vegetales de la Comunidad Valenciana como la chufa, la almendra, el altramuz y el lino, al igual que nuevos análogos lácteos a partir de fuentes vegetales locales.
La importancia de innovar en el ‘packaging’
No se entiende la alimentación del futuro sin un envasado acorde a los retos del cambio climático y el respeto medioambiental. Según la Estrategia Europea para el Plástico en una Economía Circular, en 2030 todos los envases de plástico existentes en el mercado comunitario deberán ser reutilizables o poder ser reciclados de manera rentable. El pasado verano, AINIA arrancaba uno de sus proyectos estrella en esta rama: diseñar envases que maximicen el impacto del producto en el consumidor.
El objetivo del proyecto EYETRACPACK es predecir el comportamiento del consumidor mediante el seguimiento ocular, con el fin de entender cómo procesa la información. El envase supone una experiencia emocional para el usuario final. Es decir, aplicar la neurociencia al diseño de envases. De este modo, AINIA quiere asegurar que sus productos serán funcionales al cien por cien y no solo disruptivos.
“Y hay veces en que diferentes disciplinas presentes en el centro se juntan”, comenta con orgullo Manuel García, para quien la colaboración “se ha convertido en la columna vertebral” de AINIA. En este sentido, recientemente AINIA ha diseñado un envase cosmético a partir de residuos orgánicos. La producción de este bioplástico se ha conseguido mediante dos procesos biológicos: un primer proceso fermentativo sin oxígeno, que permite transformar los residuos orgánicos en sustancias volátiles (AGV´s). En el segundo proceso, esas sustancias han sido transformadas por microorganismos en un biopolímero. Con el biopolímero obtenido se han realizado varios prototipos de envase para productos cosméticos que han sido testados por las empresas cosméticas Walla (Alemania) y Welleda (Suiza). Los resultados son prometedores.
La cosmética, farmacia y sector químico tienen gran protagonismo en los laboratorios de AINIA. Son tres ámbitos que conviven en armonía y que tienen gran impacto a la sociedad. Tanto es así que el centro llevó el pasado mes de abril sus últimas innovaciones cosméticas a la feria In-cosmetics Global, uno de los certámenes internacionales más importantes de esta industria.
Los expertos expusieron sus últimos avances en soluciones de microencapsulación para productos cosméticos mediante la combinación de diferentes tecnologías (pulverización, gelificación, SCF, liposomal,…), así como las posibilidades de diferentes materiales de recubrimiento, considerando factores como el enmascaramiento de olores, la eficiencia y la mejora de la vida útil de los ingredientes.
También presentaron su planta industrial ALTEX, de extracción y purificación de CO2 supercrítico para obtener de forma limpia, aceites vegetales naturales y mantecas de uso cosmético para cremas hidratantes, suavizantes y productos antienvejecimiento. “La innovación siempre se relaciona con el futuro. Y así es. Pero en AINIA también nos hemos puesto el reto de anticiparnos a los cambios y eso también supone ir un paso más allá”, ratifica García. Por ello, adentrarse en cualquiera de los laboratorios o plantas piloto de AINIA es realizar un viaje al futuro de todo aquello que la sociedad acabará consumiendo (alimentación, farmacia, cosmética…). Un viaje a la innovación del futuro.