Cuando Alba González (lee aquí la entrevista en profundidad) llegó a la universidad, la carrera de Ingeniería Biomédica aún no existía. “Siempre me ha gustado estudiar, ya fuera biología, matemáticas o filosofía, así que no me resultó nada fácil decidir qué rumbo tomar”. Premio Nacional de Diseño 2022 por sus implantes óseos personalizados, finalmente estudió Ingeniería Industrial e Ingeniería de Diseño Industrial. Consiguió un trabajo en plena crisis, pero tenía una espinita clavada, la que consideraba que completaría la otra mitad de su verdadera vocación. “Me frustraba no haber estudiado medicina”, aseguraba hace unos días en la presentación del programa Ciencia y Tecnología en Femenino en el Parque Científico de la UC3M.
Así que lo dejó todo y se marchó rumbo al Reino Unido para disipar dudas. Allí pasó seis años formándose y trabajando como Ingeniera Biomédica, doctorado incluido. “En Reino Unido tuve la suerte de ser parte de un proyecto Marie Curie donde diseñamos implantes de columna vertebral. Fue entonces cuando empezó mi carrera como investigadora; una faceta que yo no busqué, pero que por fortuna descubrí por el camino”.
En las islas desarrolló I+D disruptivo para empresas y hospitales del todo el país. “En un momento dado sentí que había llegado la hora de volver a España y trasladar aquí todo ese conocimiento”. La oportunidad, “aunque el proceso no ha sido nada sencillo”, llegó con un proyecto Marie Curie CONEX-Plus en la UC3M, con el que desarrolla, “en condiciones óptimas”, los implantes personalizados que la han convertido en una referencia de la biotecnología y la biomedicina a escala mundial. “Estoy muy orgullosa, aunque no es una tarea fácil. La innovación en salud es una carrera llena de obstáculos”.
La influencia de los docentes
Ciencia y Tecnología en Femenino es una iniciativa promovida desde la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE) y entre sus objetivos está analizar la brecha de género STEAM y exponer soluciones para terminar con esta problemática. “No he sufrido discriminación a lo largo de mi carrera, pero eso no significa que no existan barreras para las mujeres”, apuntaba Alba González. El campo de la biomedicina es de los pocos en los que es posible hablar de una mayoría femenina. “Quizá se debe al afán de las mujeres por ayudar al prójimo. En mi persona, es un terreno en el que he podido aplicar mis capacidades técnicas para mejorar la vida y la salud de las personas”.
La investigadora considera que, en las actuales condiciones -"muchas trabajamos por proyectos concretos donde la llegada de la financiación se dilata demasiado en el tiempo"- la maternidad es una barrera. “La conciliación es una tarea pendiente de abordar”. Por otro lado, recordaba la importancia de los docentes como personas que influyen de manera decisiva en el fomento de las vocaciones y en la elección de unos estudios u otros. “Para mí resultó fundamental una excelente profesora de matemáticas”, añadía Alba González.
Sin salir de la esfera educativa, percibe que el alumnado debe recibir información competa y veraz sobre la relevancia de la tecnología. "Vivimos en una sociedad digitalizada en todos los ámbitos, desde la salud a la agricultura. Además, es necesario que, sobre todo las niñas, puedan descubrir referentes, mujeres reales, científicas e ingenieras, que reflejen lo que pueden llegar a ser en un futuro. Mujeres que las inspiren y empoderen”, concluía González.
