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Alberto Muñoz de las Heras: "Nacer en un pueblo me ha ofrecido una perspectiva más amplia del mundo"

El investigador, integrante de la tercera edición del programa ComFuturo, desarrolla su proyecto en el Instituto de Física Fundamental del CSIC, donde trabaja para conseguir nuevas interacciones entre luz y materia que se traduzcan en ordenadores cuánticos más robustos
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Durante mucho tiempo, el investigador Alberto Muñoz de las Heras,pensó que su origen rural (nació en el municipio conquense de Iniesta) había jugado en contra de la satisfacción de su insaciable curiosidad. “En la ciudad tienes acceso a muchísimos recursos. Es más probable que coincidas con otros chavales cuyas inquietudes sean parecidas a las tuyas”. Hace 20 años, con internet aún en ciernes, cada libro de divulgación que caía en sus manos era un tesoro. “Creía que crecer en un pueblo era un factor limitante, pero no, ahora me doy cuenta de que me ha ofrecido una perspectiva más amplia del mundo”.

Ya asentado en Madrid, cursó el grado de Física en la Universidad Autónoma (UAM). Según avanzaba, confirmaba sus sospechas. “La mayoría de los estudiantes empezamos esta carrera atraídos por la astrofísica o la física de partículas. A mí lo que realmente me gustaba era la física de la materia condensada”. Muñoz de las Heras alude a la rama de la física que estudia el comportamiento de sistemas complejos, formados por muchas partículas que interactúan entre sí. “Una de las principales ventajas de esta área es la gran cantidad de experimentos en los que podemos comparar nuestras teorías”.

Vocación

Su formación continuó con el Máster en Física de la Materia Condensada y de los Sistemas Biológicos, también en la UAM, y realizó su tesis doctoral en Italia, en la Universidad de Trento. “Allí me dediqué a estudiar el comportamiento de la luz en estructuras geométricas particulares. Son las que los físicos conocemos como topológicas, y pueden servir para fabricar láseres y fibras ópticas mucho más eficientes e inmunes a ciertos defectos de fabricación”.

Una vez concluido el doctorado, el investigador se incorporó al Instituto de Física Fundamental del CSIC, donde Alberto Muñoz de las Heras desarrolla su proyecto científico como parte de la tercera edición de ComFuturo, el programa de colaboración público-privada creado por Fundación General CSIC. Lo hace dentro del Grupo de Información y Fundamentos Cuánticos, QUINFOG), cuyos integrantes son expertos en el desarrollo tanto de algoritmos como de hardware cuántico, así como en el estudio de las interacciones entre luz y materia. “ComFuturo me ha dado la primera oportunidad para desarrollar mis propias ideas. De otra forma, no tendría tanta libertad creativa. Seguramente habría sido contratado dentro del proyecto de un investigador senior”.

El proyecto

El objeto de la investigación de Alberto Muñoz de las Heras es la computación cuántica, un campo que ha despertado grandes expectativas. “Creemos que un ordenador cuántico podría resolver problemas que son inabordables con los superordenadores actuales más potentes. Esta tecnología traerá avances disruptivos en IA, ciberseguridad, farmacología o finanzas”, detalla.

Por el momento, no disponemos de ordenadores cuánticos lo bastante grandes como para resolver problemas complejos. “La causa la localizamos en la fragilidad de estos sistemas; muy sensibles a la interacción con el entorno que los rodea”.  En este proyecto, el investigador tratará de aportar su granito de arena para desbloquear la situación. “Estudiamos sistemas donde la luz interacciona con la materia; ya sean átomos, iones, o circuitos eléctricos hechos de materiales superconductores”.

Estos sistemas incluyen ciertas ventajas que pueden resultar útiles en la creación de nuevos diseños de tecnologías cuánticas que ofrezcan una mayor robustez frente a la interacción con el entorno. El experto añade que, además, trabajan con algoritmos variacionales, inspirados por las redes neuronales artificiales empleadas en inteligencia artificial, y que combinan hardware cuántico y software clásico. “Podrían implementarse inmediatamente en los ordenadores cuánticos que ya funcionan”.

No obstante, en la actualidad, la mayoría de los ordenadores cuánticos utilizan un paradigma basado en puertas lógicas de forma bastante análoga a cómo operan los ordenadores clásicos que todos utilizamos. “Nosotros proponemos algo distinto: usar las interacciones entre luz y materia que aparecen de forma natural en estos sistemas para realizar los cálculos. Se trata de una estrategia que tiene el inconveniente de ser algo específico de estos sistemas: son interacciones que solo se dan ahí. Al mismo tiempo, permitirá construir ordenadores cuánticos mucho más fuertes frente al ruido y las imperfecciones”.

Lidiar con la incertidumbre

En el apartado meramente práctico, el investigador indica que, “al menos en la primeras etapas”, y “a pesar de trabajar para las instituciones públicas”, el trabajo científico es más parecido al de un autónomo que al de un funcionario. “Tienes que ser consiente de que, si no publicas resultados relevantes, por muchas horas que le dediques, jamás vas a llegar lejos. Y esto a veces implica sacrificios, como no desconectar totalmente los fines de semana”.

El manejo de la incertidumbre tiene una doble cara en el caso de la actividad investigadora. “Trabajamos en los límites del conocimiento humano, en problemas que nadie ha resuelto hasta la fecha.  Cuando llego al despacho por la mañana, nunca sé cómo va a terminar el día. Es muy emocionante, peto no todo el mundo es capaz de tolerar ese nivel de incertidumbre”. Alberto Muñoz de las Heras opina que la gran barrera es la burocracia, la permanente justificación de cada paso. “Lo más gratificante es que alguien me felicite por lo mucho que ha aprendido con mi tesis o alguno de los artículos que he publicado”.

Investigar en España

Desde una perspectiva más amplia, al investigador analiza la situación de la ciencia en España. “En primer lugar, existen pocas oportunidades para que los jóvenes científicos podamos estabilizarnos. El camino es cada vez más largo. Por ejemplo, para conseguir una ayuda Ramón y Cajal (supuesta antesala de la estabilidad laboral), es necesario un currículum tan competitivo que, en muchos casos, es imposible de cumplir antes de los 35 años”.

Alberto Muñoz de las Heras lamenta que parezca que “la única opción” sea vivir “una vida desarraigada”, encadenando contratos postdoctorales de país en país, hasta casi cumplir los cuarenta. Por otro lado, considera que en España contamos con pocas empresas privadas que dediquen fondos a la ciencia, una práctica muy habitual en otros países europeos.  “El programa Comfuturo es pionero en este sentido, ya que nos da la oportunidad de hacer estancias en compañías privadas”.

El físico regresa a la burocracia y sus dolores de cabeza anexos. “Contratar a un investigador o investigadora que haya completado sus tesis en otro país puede ser un calvario. Es necesario homologar y traducir el texto, incluso cuando está escrita en inglés y ha sido obtenida en un país de la UE. “Asi es imposible atraer talento internacional a nuestro país”.

Dentro de unos dos años, cuando concluya el programa ComFuturo, Muñoz de las Heras muestra su voluntad de seguir investigando, ya sea en el CSIC o en una universidad. “En todo caso, no descarto el sector privado. Algunas de las ideas en las que estoy trabajando son directamente aplicables a la tecnología actual”, concluye.

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