Con una superficie de casi 45 km2 Alcobendas ha sabido sacar partido de su privilegiado emplazamiento, en pleno centro de nuestro país, para convertirse en uno de los epicentros de la innovación empresarial y el emprendimiento de España. Los datos hablan por sí solos: tiene algo más de 113.000 habitantes, pero 15.000 empresas censadas. Y de todas ellas, en torno a 500 son multinacionales, es decir, más que ciudades como Barcelona. De hecho, este municipio madrileño es el segundo de nuestro país en facturación de multinacionales.
Parte del secreto del éxito, según confiesa su alcalde Ignacio García de Vinuesa, es que practican una política de “cuidar a las empresas como si fueran, que lo son, vecinos importantes”. Un concepto que se traduce en “fórmulas de acceso a terrenos donde implantarse muy favorables o una política fiscal muy baja, con tratamiento a los empleados para el uso de los servicios públicos como si de vecinos se tratara”. Pero como las buenas recetas, este crecimiento de Alcobendas se ha cocido a fuego lento. Así lo atestigua Teresa Millán, directora de Asuntos Corporativos en la farmacéutica Lilly, una de las 500 multinacionales aquí establecidas. Esta compañía se trasladó aquí hace más de 50 años buscando “un lugar con proyección de futuro”… y parece que han acertado.
Pero hay vida más allá de las multinacionales presentes en sus diferentes parques empresariales y por eso este municipio impulsa desde hace varios años el emprendimiento a través de programas como el Centro de Nuevas Tecnologías Conect@, Alcobendas HUB Madrid Living Business o Startup Alcobendas que han servido, en opinión del alcalde, como “la plataforma de lanzamiento” para convertir ideas en empresas. Es el caso de Isabel Portero, impulsora de Biohope, compañía con dos años de vida en el mercado, que ofrece medicina personalizada enfocada al trasplante de riñón. Asegura que su paso por esta aceleradora “sería lo que nos hizo pasar de la prehistoria a la historia, de idea a empresa”.
También es el caso de Carlos Artal, impulsor de Tatchi, una aplicación de movilidad para smartphones que conecta a usuarios con personas, marcas y productos con los que hay nexos en común. Según confiesa, “hay muy pocas ciudades en España que tengan tal ecosistema de empresas con las que puedes llegar a acuerdos, colaborar y trabajar y que tenga una población lo suficientemente amplia como para ser un grupo de prueba interesante”.
Entorno motivador
“Qué duda cabe, que estar rodeados por este tipo de empresas es positivo”, sentencia Teresa Millán. Precisamente, contar con un gran parque empresarial formado por empresas de todos los tamaños y de sectores tan dispares como el farmacéutico, las tecnologías, turismo o la energía, es un elemento decisivo tanto para las grandes como para las pequeñas empresas. “Un entorno motivador”, en opinión de Isabel Portero, en el que “podía dar con personas que me entendían”. Pero no sólo eso, ya que “contar con empresas capaces de ser clientes o potenciales partners en un momento dado, es importantísimo”, puntualiza Carlos Artal.
Y ya se sabe que donde hay emprendimiento, hay innovación. “Es el germen de las oportunidades” según resalta García de Vinuesa. Por eso, cree necesaria la apuesta de las instituciones públicas por la creación de empresas, bajo la filosofía de que “un emprendedor que encuentre el terreno abonado podrá desarrollarse. Y si se desarrolla una idea brillante, crea a su alrededor una red de influencia que se traduce en trabajo, actividad económica y en innovación”.
En este sentido, Artal también recuerda que “el mercado se mueve muy rápido y tienes que estar siempre pujando para ver dónde está la siguiente innovación”. Esta opinión la comparte también Portero, aunque en su caso la innovación, al tratarse de una empresa biotecnológica, es un elemento “transversal” con una doble vertiente: “en la parte científica y en la forma de llevar las cosas”, la propia gestión empresarial.
La innovación es una cuestión de actitud y todos coinciden en que encontrar un entorno que la favorezca, ayuda mucho. Lilly, por ejemplo, cuenta en Alcobendas con “un Centro de I+D que se dedica a estudiar las moléculas que un día podrían llegar a convertirse en medicamentos”. Sin embargo, Millán pide “que se apoye el entorno científico” para impulsar el trabajo de los mejores profesionales y la I+D+i, porque “hace a las empresas mucho más competitivas”.
Eso por no hablar de que, si se fomenta la creación de empresas innovadoras, también se retiene el talento. O, como confiesa Portero, surgen empresas que ofrecen “el tipo de trabajo que la gente se va a buscar fuera de España”. Ejemplo de ello son las dos pymes mencionadas. Tatchi llegó a Alcobendas como el proyecto de un emprendedor y tras menos de un año en el mercado, ya tiene un equipo formado por 6 personas, está presente en España y Latinoamérica y cuenta con 30.000 clientes. Por su parte, Biohope aterrizó en Alcobendas como una simple idea y ahora, tras casi dos años de vida, da trabajo a 10 personas… aunque ahora lo haga desde el Parque Tecnológico de Madrid.
El papel de la administración pública
“Si hay una administración que pone al alcance de los emprendedores y los empresarios, medios para que desarrollen de una forma protegida y fomentada esos negocios, van a acudir inmediatamente”. Éste es el mensaje que lanza el alcalde de Alcobendas, en una estrategia que él mismo sitúa en el medio-largo plazo y que no sólo tiene que ver con la creación de empresas sino con apoyar las innovaciones de aquellas que ya están establecidas e incluirlas dentro de las infraestructuras públicas. Ejemplo de ello es que esta ciudad acoge un puente de hormigón, de Acciona, fabricado íntegramente por impresión 3D. Cuando plantearon el proyecto en el consistorio, darle luz verde les llevó “unos minutos”.
Algo más de tiempo llevará ver con más perspectiva en qué se traduce la innovación de las más de 15.000 empresas surgidas y afincadas en Alcobendas a lo largo de estos años.