Catedrático de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Valladolid (Uva), Alfonso Gordaliza (Villafrades de Campos, 1961) es licenciado y doctor en Ciencias Matemáticas por este centro, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Entre otros cargos, ha sido vicepresidente y vocal del Consejo Ejecutivo de la Sociedad de Estadística e Investigación Operativa (SEIO) y gestor del Programa Nacional de Matemáticas de la Secretaría de Estado de I+D+i.
Actualmente es el residente del Comité Español de Matemáticas (CEMat), miembro del Steering Committee de la International Conference on Robust Statistics (ICORS), Vocal del Consejo Asesor de Estadística de Castilla y León, Coordinador del programa de Doctorado en Matemáticas de la UVa y Editor Asociado de la revista Test.
Su línea principal de investigación es la estadística robusta en el contexto del análisis multivariante, habiendo realizado sus aportaciones más notables en el problema del análisis cluster robusto, campo en el que el grupo de investigación de la UVa al que pertenece fue pionero. Ha obtenido numerosas publicaciones de impacto en revistas internacionales de prestigio, entre las que cabe destacar The Annals of Statistics, Journal of the American Statistical Association y Journal of the Royal Statistical Society (Series B).
1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?
Mi actividad profesional siempre se ha circunscrito al ámbito académico. Concretamente, toda mi trayectoria se enmarca dentro de la actividad docente, investigadora y de gestión que lleva asociado el pertenecer a una universidad española. Las decisiones que he tenido que tomar y que han supuesto un mayor grado de innovación son, sin duda, el aceptar los diversos cargos de gestión que he desempeñado y que me han permitido poner mi sello personal en el desempeño de los mismos y digamos "innovar" en relación a la gestión de mis predecesores. Este es el caso de mi paso durante cinco años por la Subdirección General de Proyectos de Investigación de la Secretaría de Estado de I+D+i, como gestor del Programa Nacional de Matemáticas, o mi actual y reciente desempeño como Presidente de Comité Español de Matemáticas.
2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?
Desde mi punto de vista, hay varias claves realmente importantes. En primer lugar, hay que tener un análisis profundo de la situación de partida, manejando toda la información disponible, tanto cuantitativa como cualitativa.
En segundo lugar, hay que rodearse de un equipo de buenos colaboradores cercanos y ejercer un liderazgo inclusivo que movilice a todo el personal que tiene que trabajar en el proceso. Esto incluye tener la generosidad de asumir los fracasos y compartir los éxitos.
Finalmente, la ambición en los grandes objetivos no debe nublarnos la vista para poder ir avanzando con pasos pequeños pero seguros.
3. Tres consejos para quienes estén dispuestos a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno.
Lo más importante es tener la determinación de abordar los cambios cuanto antes, una vez que estamos convencidos de su necesidad. Ahora bien, antes de empezar, hay que tener un plan de acción mínimamente claro y todo lo contrastado que se pueda.
En segundo lugar, hay que proveerse de instrumentos adecuados para ir midiendo los resultados que se vayan consiguiendo para poder replantearse las acciones en función de los avances.
Finalmente, no hay que tener miedo a ningún fracaso parcial; lo que importa es conseguir el objetivo global.
4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?
Sin duda, la mayor innovación en el último medio siglo es todo lo relacionado con la revolución de las TIC, empezando por los ordenadores personales, siguiendo por internet, el fenómeno big data, la inteligencia artificial, etc. Todas estas innovaciones son evoluciones del mismo fenómeno y están haciendo cambiar el mundo a velocidad de vértigo y provocando cambios en el ámbito científico-técnico y también en lo económico y lo social. El impacto de esta innovación es absolutamente transversal y tiene implicaciones en salud, en ocio, en seguridad, en comunicaciones, etc.