“Mi padre, ya jubilado, volvió a Segovia y se convirtió en el alcalde de Lastras de Cuéllar”. Así empieza, más o menos, la historia de Photonitras, una startup fundada por Alicia L. García, que cuenta a Innovaspain que, al mismo tiempo, ella estaba empezando las primeras investigaciones de su doctorado.
“Fue en mayo de 2015, y mi padre, poco después, descubrió que el agua de es acuífero estaba contaminada con arsénico. Mi tesis era sobre aguas industriales pero, paralelamente, abrimos esta nueva vía de investigación. También descubrimos que había un exceso de nitratos… Durante seis años, los vecinos de Lastras de Cuéllar no podían hacer algo tan fácil como abrir el grifo y beber un vaso de agua”.
Ya en 2021, gracias a varias financiaciones, se dio un impulso al proyecto y empezaron las primeras pruebas de concepto y la creación de diferentes prototipos para transferir la tecnología. Y es que la propuesta de Photonitras es sencilla: se trata de crear productos químicos de transformación de los contaminantes.
“Hasta ahora era ósmosis inversa e intercambio iónico, trasferir agua, básicamente. Nosotros los transformamos a nitrógeno gas, el arsénico lo pasamos a arseniato y convertimos plaguicidas. Damos respuesta a muchos de los parámetros del agua. Esta se separa, está en una corriente residual, y lo que hacemos es transformarla químicamente para que dé subproductos no peligrosos. Generamos menos residuos porque por fotoxidación se elimina todo de forma segura”, explica.
Una solución alternativa
En Photonitras están todavía en fase de preparación del prototipo, un proyecto con dos fotoreactores donde tienen un catalizador. García tampoco puede hablar mucho más, por aquello de las patentes, pero sí asegura por otro lado que el arsénico es un problema “muy grande” en la España Vaciada.
“La presencia de arsénico en el agua afecta a más de 200 pueblos de España y hace más acusados los problemas de la España Vaciada, que haya más éxodo rural…”, indica García. “Hay que poner recursos y nosotros proponemos esta solución alternativa. Que por lo menos haya agua potable en los pueblos, que haya fijación de la población, más allá de que haya empleos o no”.
Cabe recordar por qué el arsénico es tan problemático: esta sustancia es cancerígena y es un grave problema para la España rural. Los límites para el consumo de arsénico son muy bajos, según lo propuesto por la OMS. No hay que superar los 10 microgramos por litro.
“Había zonas donde, por la composición geológica del suelo, tenían concentraciones de arsénico de entre 4 microgramos y 10 microgramos por litro, algo bajo. Pero en otras zonas se superan los 50 microgramos, algo que ya es un problema. En zonas rurales relacionadas con el ganado porcino, por ejemplo, es normal utilizar los purines como abono. Estos van pasando a los acuíferos y así se van contaminando”, cuenta García.
“Hay que dar visibilidad al emprendimiento”
Alicia L. García es graduada en Ingeniería química por la Universidad Autónoma de Madrid, con un máster en Ingeniería química también en la UAM y un doctorado en el desarrollo de procesos avanzados para aguas industriales. Como la mejor opción para seguir estudiando era irse fuera, García se fue a Oporto –“de penitencia”, bromea-.
Fue en Women Emprende cuando empezó su faceta emprendedora, cuando vio las oportunidades para transformar sus investigaciones en algo real. “En mi sector esta todo viciado, para optar a plazas hay que publicar artículos sin parar. Está muy bien para avanzar, no digo que no, pero todo lo que se publica no se puede patentar. Tanta presión por la publicación no es buena, se pierde talento”, lamenta.
“Hay que dar visibilidad al emprendimiento. Está muy bien estudiar en el laboratorio. Pero no seamos ratas de laboratorio, saquemos nuestras investigaciones. Espero que la gente abra más la mente en ese sentido”, señala.
Por último, la fundadora de Photonitras adelanta que su roadmap es que, en un año, tengan el prototipo para validar la tecnología con agentes industriales. Y, de ahí, dar el paso y formar una empresa basada en el conocimiento, ya con todas sus patentes, y hacer accesible su tecnología. Y dar salida, cómo no, a lo que empezó en un laboratorio.