En los últimos 5 años, 3,5 millones de españoles han sufrido el robo de una bicicleta. En el caso de José Julio Becerril (cofundador de All in Biking junto a Juan Antonio Cano), el hurto se produjo por partida doble en verano de 2020, cuando tenía previstas una serie de excursiones ciclistas junto a su hijo. “Si te roban la bici no solo pierdes algo material, sino muchas otras cosas”, asegura a Innovaspain.
Consejero delegado de una empresa energética, Becerril se propuso entonces indagar un poco más mediante un exhaustivo estudio de estas prácticas delictivas en España, Europa, EEUU y Latinoamérica. Comprobó que se trataba de una problemática global y múltiple. Y confirmó que, al igual que le ocurrió a él, muchos robos no son denunciados por la incapacidad tecnológica de las fuerzas de seguridad a la hora de hacer un seguimiento de la bicicleta sustraída en una hipotética venta dentro del mercado de segunda mano, destino mayoritario de estos robos. “Era imposible asociar la bicicleta a su propietario y saber si era o no robada”.
En el desempeño de su actividad anterior, trabaja en la aplicación de tecnología blockchain en entornos industriales para mejorar la trazabilidad. Con la bombilla bien encendida, cambió el cargo directivo por dar forma a un proyecto personal. Una decisión que cristalizó en noviembre de 2021. “En All in Biking los usuarios pueden registrar el número de serie de su bicicleta además de todas sus características técnicas (en su base de datos, la app aglutina más de 100.000 modelos). Este documento es indestructible e insustituible a escala mundial”, detalla el emprendedor.
Saltan las alarmas
De este modo, cuando alguien compra una bicicleta de segunda mano puede comprobar si es robada antes de adquirirla y alertar del delito. Si a pesar de todo decide seguir adelante con la compra y después es descubierto el fraude, además de tener que devolverla, puede ser imputado por un delito de robo. José Julio Becerril admite que este es un camino que nadie había transitado antes. All in Biking se ha propuesto orquestar a las distintas partes para que el mensaje cale. “Acabamos de empezar -la app fue lanzada en marzo- pero dentro de unos meses contribuiremos decisivamente a dejar clara una cosa: si compras una bicicleta robada, antes o después vas a ser descubierto”.
Esta problemática -que ha afectado en los últimos 5 años al 17,7 % de los usuarios de la bici- no ha salido a flote a nivel social y las administraciones la han mirado de reojo. “Las cosas van a cambiar. Por una parte, vamos a involucrar a todo el canal de distribución de la bicicleta en España. La app actuará como ‘libreta de mantenimiento’ de la bici. Cuando el usuario llegue a un taller y la información sea escaneada, saltará una alerta si se trata de un vehículo robado”.
En paralelo, All in Biking está cerrando acuerdos con Policía, Guardia Civil o el Ministerio del Interior. Lo hace mediante acciones que potencien la divulgación o alineándose en la resolución ágil del problema. “Tendrán lugar controles, como ocurre en la detección de las bicis eléctricas trucadas o con los hurtos de motos y coches. La conclusión es que, en un futuro no muy lejano, alguien a lo largo de la cadena constatará el robo de la bicicleta”.
Vamos a divertirnos
Becerril señala que el segundo pilar de All in Biking también cubre un espacio que permanecía desierto. “A nivel particular, la bicicleta es mi pasión, pero nunca di con una aplicación o plataforma que uniera a la comunidad ciclista”. Es por ello que desde la startup es posible interactuar con otros usuarios próximos o ubicados en cualquier lugar del mundo y organizar quedadas. “Conectamos a personas con una filosofía y unos intereses comunes”. Después de cada salida, el usuario puede consultar sus métricas y compararlas con los demás integrantes de la grupeta.
En otro nivel, la aplicación permite lanzar un SOS a ciclistas cercanos en caso de avería, pérdida, accidente o detección de peligro. “Nos gusta pensar que ningún ciclista estará solo nunca más”. Existen razones para celebrar este hecho: según el Barómetro de la Bicicleta en España (datos de julio de 2022), un 16,7 % de los cliclistas ha sufrido un accidente en los últimos 5 años.
Despegue
La empresa está afincada en Alicante y la mitad de su 30 trabajadores se dedica a labores de ingeniería. En tres meses han sido capaces de captar 30.000 usuarios y esperan sobrepasar el millón de fieles este primer año. “Es brutal. Demuestra que hemos lanzado algo que no existía y que los ciclistas demandaban”. A seguir creciendo ayudará un nuevo as en la maga de All in Biking: en un par de semanas lanzarán su propia red social. “Se parece a Instagram, pero es algo distinto, muy segmentado y dirigido al público ciclista, teniendo en cuenta sus intereses”.
La app es 100 % gratuita para el usuario (descargar aquí). “Nuestra prioridad es cubrir las necesidades de los ciclistas y ayudarles en su día a día, aunque sin perder de vista que esto es un negocio”. A finales de verano integrarán un market place dentro de la app donde las tiendas especializadas podrán vender sus productos a un precio muy competitivo. De estas ventas, All in Biking obtendrá una comisión. Otro margen vendrá de las licencias de uso de la app que adquieran los ayuntamientos. “Gracias a nuestra comunidad recibirán información de servicio muy valiosa sobre el estado del pavimento, las vías ciclistas u otros problemas y podrán acelerar su resolución”, indica José Julio Becerril.
Seguir creciendo
“Aún somos una startup”, asegura Becerril cuando recuerda que el proyecto se puso en marcha con fondos propios. Unos 300.000 euros salieron del bolsillo de los fundadores. Sin embargo, el horizonte cambió en poco tiempo. En marzo de 2022 cerraron una primera ronda de ampliación de capital cifrada en 600.000 euros con compañeros de viaje como Sete Gibernau o Juan Carlos Ferrero además de otras figuras del ámbito tecnológico-empresarial.
“Nos sorprendió muy positivamente porque era una fase muy inicial, semilla, con el desarrollo tecnológico aún por hacer. Pero lo vieron claro. Ahora estamos preparando una segunda ronda que comienza el 20 de junio, más ambiciosa, fijada en 2 millones, y a la que se van a sumar el ex tenista David Ferrer, otros deportistas de élite y referentes del sector de la bicicleta”.
Una industria al alza y el papel de las administraciones
El mercado de la bicicleta venía creciendo de manera sostenible -entre el 5 y el 9 %- a lo largo de la última década. La salida del confinamiento disparó las ventas en España y en 2020 el incremento fue del 39 % respecto a 2019. El buen momento se mantuvo en 2021 y ha sufrido un lógico freno en 2022. “Es una tendencia imparable motivada por otros condicionantes como el cuidado de la salud (principal atributo ligado al uso de la bicicleta), la sostenibilidad, la práctica deportiva o la diversión en familia. Muchos la han descubierto como medio de transporte barato y rápido. También han facilitado las cosas las políticas verdes europeas y las ayudas públicas a la compra”.
Becerril opina que, de forma generalizada, las administraciones públicas tienen un amplio margen de mejora para sintonizar con las demandas ciudadanas en lo que se refiere al uso de la bicicleta. El principal inconveniente que expresan los usuarios a la hora de coger su bici tiene que ver con el hecho de compartir espacios con tráfico motorizado.
“Los ayuntamientos se esfuerzan por mejorar y ampliar las ciclovías. El problema es cuando estas infraestructuras son fruto de intereses políticos y de imagen en lugar del resultado de haber escuchado a la comunidad ciclista. La consecuencia es que la planificación estratégica falla, y muchos carriles bici no son construidos en las zonas de más tránsito ciclista. All in Biking puede ayudarles a ser más eficientes gracias al uso inteligente de los datos. De igual modo que, a nivel nacional, tenemos previsto colaborar con la DGT cuando se trate de incidencias y desperfectos en carretera. Conectados con entidades locales, autonómicas y nacionales, los propios usuarios de la app se convertirán en una fuente de información primordial”, concluye.