La nanotecnología forestal es la base del trabajo que están realizando investigadores y estudiantes del Departamento de Madera, Celulosa y Papel de la Universidad de Guadalajara de cara a preparar nuevos materiales bioplásticos.
Se trata de películas biodegradables creadas a partir de un biopolímero, que es almidón de maíz, y el reciclaje del cartón de embalaje. Esto da por resultado un bioplástico que podría ser una alternativa de uso a los plásticos sintéticos y, con ello, poder disminuir el daño que provocan a la salud humana y el medio ambiente.
Desde hace un año, la estudiante del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) Magdalena González Pérez y la académica del mismo plantel, María Guadalupe Lomelí Ramírez, modifican la química del almidón con el objetivo de mejorar sus propiedades de resistencia y absorción de humedad.
A base de fécula de maíz y agua, forman un gel con temperatura y agitación. Añaden luego un plastificante para que la película tenga flexibilidad y evalúan otros aspectos, como el blanqueo de fibras, a fin de determinar si mejoran las propiedades.
“Al incorporar entrecruzante y refuerzo es aún mejor, porque con el primero lo que hacemos es que las cadenas de almidón se unen y forman una red tridimensional, y cuando incorporamos las microfibras le dan elasticidad y resistencia”, informa González Pérez. Además, han probado que la adición de fibra disminuye la absorción de humedad y no pierde sus propiedades biodegradables.
Los resultados muestran que el material posee propiedades aceptables y se puede usar para empaques o recubrimientos de alimentos secos. Aún se requieren estudios para definir su uso, el ambiente al que será destinado y de qué forma se va escalar de producción de laboratorio a la industria.