La experiencia de Alsa con el hidrógeno verde no es nueva. "Llevamos más de tres años trabajando de forma intensa con esta renovable", asegura Miguel Angel Alonso, su director de Ingeniería y Fondos Europeos. La compañía lleva desde 2007 trabajando en el objetivo de la descarbonización a través de diferentes ámbitos. Comenzó con los primeros autobuses eléctricos y le siguieron muchos otros: bioetanol, híbridos, gas natural licuado, autónomo eléctrico... Y ahora el hidrógeno verde.
Éste, utilizando un símil 'autobusero', no es la última parada del recorrido. "Los valores de Alsa son la seguridad, el espíritu innovador y la rentabilidad. Y el hidrógeno verde aporta una solución sostenible en lo social, medioambiental y económico. Estamos ante una solución con un potencial enorme", explica Alonso.
Alsa es consciente de que este elemento goza de garantía suficientes para ser la gran solución de la década para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación en las ciudades y la dependencia de los combustibles intensivos en carbono. Ya sea como materia prima para fabricar combustibles sintéticos de cero emisiones netas o como fuente de alimentación en vehículos de pila de combustible, el hidrógeno se postula como uno de los pilares estratégicos de la descarbonización del transporte.
Por el momento, la experiencia de Alsa ligada estrictamente al hidrógeno es "muy positiva", subraya Alonso. Hace algo más de un año la compañía presentó su primer autobús de hidrógeno. La estrategia medioambiental de Alsa prevé que todos sus autobuses urbanos en España sean cero emisiones en 2035 y los interurbanos en 2040. Para ello, a partir de 2030, todas sus adquisiciones de autobuses serán cero emisiones.
Actualmente, Alsa cuenta ya con una hidrogenera en su sede central de Operaciones y Mantenimiento en Torrejón de Ardoz (Madrid) para poder recargar hidrógeno en su H2 City Gold LHD. Es la primera hidrogenera de la Comunidad de Madrid para el transporte público y tiene una capacidad de carga de 50 kilogramos al día. "El vehículo de hidrogeno parece muy complejo pero es muy sencillo, más que uno de batería", apunta Alonso.
Aunque no todo son ventajas. La oferta de autobuses en España con hidrógeno es limitada y todo lo que rodea a esta apuesta sostenible requiere de una inversión bastante grande, debido especialmente al alto precio del hidrógeno. "Dependemos mucho de las ayudas europeas y hasta ahora ha sido difícil acceder a ellas", sostiene Alonso. Por otro lado, el coste de la infraestructura de recarga continúa siendo un hándicap y todavía no hay una red de producción y distribución a nivel nacional. Todos estos escollos no cambian la perspectiva de Alsa. "El autobús de hidrógeno nos va a permitir un transporte de cero emisiones, silencioso, fiable y se posicionará como la solución necesaria para los trayectos de largo recorrido", valora Alonso.
El éxito de esta energía renovable, no solo en Alsa sino en el conjunto del transporte español, pasa por cinco claves, en opinión del responsable: un reparto equilibrado de los fondos entre los diferentes medios de transporte y entre empresas públicas y empresas privadas; estructuración coordinada en tiempo y forma entre diferentes componentes del Plan, con ayudas homogéneas a toda la cadena de valor; visión integral y coordinada entre las diferentes administraciones, para adecuar y desarrollar las infraestructuras necesarias, asegurando la sostenibilidad; enfoque hacía la agregación de demanda de los diferentes sectores, para conseguir economías de escala; y desarrollo de nuevas tipologías de autobuses y autocares H2.