José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica y de la GSMA, principal asociación representante de las operadoras, ha inaugurado el Mobile World Congress (MWC) 2022. En su intervención ha estado muy presente la guerra en Ucrania; algo normal, ya que ha explicado la era de conflicto en la que vive la sociedad actual o lo que nos espera de que aquí a unos años -siempre desde una perspectiva tecnológica-.
Según él, vivimos en una era de conflicto, entre todos y entre todo: entre el este y el oeste, la verdad y las fake news, privacidad y servicios abiertos, soberanía y grandes plataformas digitales, viejos modelos industriales y cambio climático, automatización y creación de empleo, digitalización e igualdad. “Nuestra sociedad ha perdido el optimismo. Nuestros jóvenes creen que el cambio climático es irreversible. Muchos de nuestros ciudadanos creen que el progreso tecnológico destruirá sus trabajos, erosionará sus libertades o les impondrán valores que consideran ajenos. Muchos piensan que el futuro será peor para casi todos”, ha lamentado.
Y para Pallete, lo peor de todo es que esta desilusión global llegar “a pesar del inmenso material de progreso que la tecnología ha traído a la humanidad en los últimos doscientos años. A pesar del hecho de que nuestras vidas son hoy más largas, saludables y cómodas que las de todos nuestros abuelos. A pesar de que la completa erradicación del hambre y la pobreza por primera vez en la historia ha sido posible gracias a estos logros. A pesar de que el mundo está hoy más conectado. A pesar de todo esto, hemos perdido la fe en nosotros mismos y nuestro futuro”.
Y ese no es un sentimiento arbitrario, asegura. Hay razones que explican este estado mental. El principal, para él, es que la unión entre el progreso material y el progreso ético ha estado difuminado. Y es que “las convulsiones del siglo XX y los desconciertos de los eventos en el amanecer del siglo XXI, como lo que está ocurriendo ahora mismo en Ucrania, nos recuerda que la tecnología carece de valores”. Pero ese poder puede ser usado para el bien o para el mal.
“Cuando la tecnología promueve valores individualistas en detrimento de la solidaridad, empatía social o el mero contacto entre personas la sociedad decae, y esto lo demuestra”, ha declarado. Ahora vivimos en una nueva era, la más grande revolución tecnológica que ha habido, según hacer. ¿Qué nos espera?
“Los mayores progresos están por venir”
Esta gran revolución tecnológica de la que habla Pallete ha sido acelerada aún más la pandemia. Y espera, de hecho, que su impacto sea “cuatro veces mayor” que el de la Revolución Industrial. Además, ha asegurado que ”esta nueva era ya está mostrando su potencial, pero los mayores progresos están aún por venir”.
Por ejemplo, que “la conectividad de ultra banda ancha ya está aquí. La capacidad de procesamiento y almacenamiento crece exponencialmente y se traslada a la nube. La realidad virtual, aumentada y mejorada está cambiando la forma en que experimentamos todo. El Internet de las Cosas y el big data están produciendo y manejando enormes cantidades de datos. Y aún hay más: blockchain, computación cuántica, ciberseguridad, edge computing y 5G e inteligencia artificial. Un nuevo mundo inmersivo está casi aquí con la Web3 y el Metaverso. Ya están produciendo una disrupción súbita”, ha añadido.
Del mismo modo, para Pallete se necesita un nuevo marco que logre una nueva era de superconductividad. “Una nueva era de colaboración hipersectorial en la que se sume el esfuerzo y el trabajo conjunto como palancas con las que construir un mundo mejor, basado en un nuevo contrato social entre ciencia, empresa y sociedad.
Esto es, la importancia del progreso: “Las mejoras siempre han llegado cuando hemos impulsado el progreso. Cuando hemos confiado en el futuro. Cuando nuestra sociedad ha sentido como propios los avances de la comunidad científica y del ecosistema empresarial. Esto es lo que permite industrializar el conocimiento y crear nuevos servicios. Cuando los Estados y las empresas han trabajado juntos. Siendo positivos. Soy optimista. Quizás, optimista preocupado, pero optimista”.