BILBAO. María Martínez Lodeiro se define como actriz y emprendedora. “Sobre todo actriz… de hecho tengo un casting a la vuelta de la esquina”. Aunque nunca ha ejercido como química (estudió la carrera en A Coruña), durante la pandemia decidió que era buen momento para complementar determinados conocimientos y se tituló como Técnica en Procesos y Calidad en la Industria Alimentaria. La semilla de Amarela Leaf Whey, la startup nacida en enero de 2024 de la que es CEO y fundadora, fue plantada cuando preparaba el proyecto de fin de estudios. “Consistía en un packaging inspirado en el que utilizaba mi abuela Manuela, propietaria de una pequeña explotación de vacas marelas (‘rubias’) en el norte de Galicia. Cuando había que transportar al mercado las mantequillas y quesos que elaboraba, los envolvía en hojas de berza. De este modo los protegía y prolongaba su vida útil”.
Hablamos con Martínez Lodeiro durante su paso por Bilbao, donde ha participado en Food4Future como responsable de uno de los proyectos seleccionados para ser parte del programa de aceleración de Business Factory Food, de la Xunta de Galicia. El objetivo de Amarela es llevar más lejos la tradición y revestirla de puro I+D. “Buscamos ofrecer una alternativa a los envoltorios plásticos de la industria láctea”. Su propuesta es una solución en formato papel a partir del excedente vegetal, con el que consigue un material de fibras vegetales que, junto a otros subproductos de la industria alimentaria, se transforma en un packaging biodegradable que no genera ninguna contaminación ambiental y contribuye al desarrollo de la economía circular.
Ideas que se hacen realidad
La emprendedora pasó previamente por Madrid Food Innovation Hub, el centro de innovación Foodtech del Ayuntamiento de Madrid, donde le ayudaron a situar el foco en lo esencial del proyecto y comenzó a dar forma el un producto mínimamente viable (MVP), proceso en el que ahora está inmersa en su aventura gallega. “Para mi sorpresa, ambos programas me seleccionaron sin que les pudiera ofrecer mucho más que una idea. Me han aportado confianza y muchas cosas que desconocía”. El equipo de la startup mantiene viva la investigación para mejorar el papel del envoltorio, testándolo con productos, y combinándolo con otros materiales también sostenibles y biodegradables, 0 % plásticos. Su presencia en el programa de aceleración de la Xunta puede agilizar sus progresos, al estar en permamente contacto con mentores de la industria, centros tecnológicos, universidades y empresas.
Admite que la mayor dificultad para Amarela es convencer a los grandes de la industria para que dejen de utilizar plásticos totalmente. «Albergan dudas relacionadas con la seguridad alimentaria. Es una barrera difícil de derribar». Sin embargo, han encontrado su espacio entre los pequeños productores. «En Galicia, pequeñas empresas del segmento gourmet, tienen una necesidad a la que podemos dar respuesta. Los hay que ya emplean papel biodegradable para envolver sus productos lácteos, pero a día de hoy tienen que importarlo. No hay nada en España que les aporte la calidad que necesitan para conservar el producto con total garantía sin que incluir algún componente plástico. Son ellos los que nos están empujando para que Amarela lance su solución lo antes posible”.
Berzas, coles, brócolis…
Que la abuela Manuela se decantara por la berza no es casual. «Mirar al pasado tiene sentido, no es una cuestión sentimental. Ella la utilizaba porque es un saber tradicional, no se preguntaba nada más allá de la intuición y la experiencia previa. Pero la berza es idónea para mantener frescos los productos. Al tratarse de una variedad crucífera, su poder antioxidante evita que el lácteo que envuelve se enrancie. La berza es válida, pero en el futuro exploraremos las posibilidades de otras opciones iguales o quizá mejores, como la col o el brócoli».