Por María Soledad Bos, Alison Elías, Emiliana Vegas y Pablo Zoido - Esta columna fue publicada originalmente en el blog Enfoque Educación del BID.
Los resultados de la edición 2015, en la que participaron más de medio millón de jóvenes de 72 países y economías del mundo, resaltan que América Latina y el Caribe vuelve a quedarse en la cola del ranking internacional de calidad educativa. Sin embargo, como en todos los estándares internacionales, existen matices que deben considerarse para dimensionar la información adecuadamente. Por ejemplo, se destaca un mayor nivel de inclusión y el posicionamiento de países de la región en la lista de sistemas educativos que más rápido mejoran.
Les compartimos 7 claves que ayudan a entender mejor cómo le fue a la región en PISA:
¿En qué se destacó?
- Cada vez más países de la región participan en la prueba PISA.
Mientras que en el 2000 solo participaron cinco países, en 2015 participaron diez. En 2018, Panamá participará en la prueba y, a través de la iniciativa PISA para el Desarrollo, se espera la participación de Ecuador, Guatemala, Honduras y Paraguay. Con estos cinco países adicionales, América Latina y el Caribe estarán representados en un 50%, dando muestras del claro compromiso de la región con la calidad educativa.
- Más jóvenes entran y permanecen en el sistema educativo.
En los países de la región aumentó el porcentaje de jóvenes que están en el sistema educativo y tomaron la prueba. Esto no solo tiene consecuencias en términos de la cantidad de estudiantes que se representan en los resultados, sino que da señales de una mayor inclusión en los sistemas educativos y hace que los avances sean más destacados.
- El ritmo de mejora de los países de la región es elevado cuando se compara con todos los países participantes.
Perú, Colombia y Trinidad y Tobago están entre los 10 países con un mayor ritmo de mejora en ciencia, disciplina que fue el foco de PISA 2015. Adicionalmente, Perú muestra mejoras consistentes en matemática y lectura.
¿En qué se debe mejorar?
- En las tres materias, América Latina y el Caribe se ubica en la cola del ranking internacional.
En ciencia, por ejemplo, Chile está a la cabeza de los países de la región, pero se ubicó hasta el puesto 44; le sigue Uruguay (47), Trinidad y Tobago (53), Costa Rica (55), Colombia (57), México (58), Brasil (63) y Perú (64). República Dominicana cierra el ranking global con el puesto 70. Similares posiciones se observan para lectura y matemática.
- Las diferencias con los países líderes son muy marcadas.
La diferencia en desempeño entre los países de la región y la OCDE o los países que lideran el ranking son pronunciadas. En ciencia, la brecha entre los resultados de la región y el promedio de la OCDE equivale a más de 2.5 años de escolaridad. Esta diferencia se amplía a casi 5 años de escolaridad cuando se le compara con Singapur, país líder del ranking.
- La región debe acelerar la mejora para alcanzar el desempeño de los países de la OCDE.
Con el ritmo actual de mejora, solo algunos de los países de la región ven en el horizonte alcanzar el desempeño de la OCDE. Perú tomaría 21 años en alcanzar esta meta, mientras que a Trinidad y Tobago y Colombia les tomaría 29 años. Por otro lado, al ritmo actual de crecimiento en el nivel de desempeño, para Uruguay, México, Chile, Brasil y Costa Rica esta meta sería inalcanzable.
- La mitad de los alumnos de la región tiene bajo desempeño en la prueba PISA.
El 50% de los jóvenes de 15 años de la región no cuenta con los conocimientos y habilidades esenciales para participar plenamente en la sociedad. Si se incluyeran a los jóvenes de 15 años que están fuera del sistema educativo y a los estudiantes con extra edad que aún están en primaria (grado 6 o inferior) el porcentaje total de bajo desempeño aumentaría a 66%.
Sin duda, a la región le queda mucho camino por mejorar en materia de calidad, pero también es importante reconocer que en los últimos 15 años estos países han mantenido índices similares de desempeño en la prueba al mismo tiempo que han llevado a cabo la expansión de cobertura de sus sistemas educativos y la inclusión de poblaciones vulnerables que cuentan con el nivel más bajo de competencias.
PISA 2015 nos da indicios de que vamos en la dirección correcta, pero todos los países deberán acelerar el paso para alcanzar la meta de sistemas educativos de calidad.