Tras una ruptura de cadera, las personas mayores tienen por delante un complicado proceso de rehabilitación. Abordarlo tampoco es sencillo ni para las residencias de ancianos ni para el sistema sanitario en su conjunto. Mejorar las alternativas habituales hasta la fecha fue lo que llevó a la compañía Werium Solutions a dar forma al proyecto SWalker-VR, del que forma parte la ingeniera biomédica por la UPV Ana Rojo.
“El proyecto nació hace unos cuatro años, después de una serie de reuniones con Grupo Albertia, desde donde nos expusieron una problemática para la que no habían logrado una solución óptima”, explica Rojo en una entrevista con Innovaspain. “La rehabilitación de una fractura de cadera suele precisar de un empleo intensivo de recursos; con dos fisioterapeutas que mueven y sostienen al paciente”, apunta. La investigadora añade un problema añadido que no es baladí: “La literatura científica evidencia que la tardanza en la recuperación de la movilidad está ligada a una mayor mortalidad”.
SWalker-VR
Después de concluir sus estudios en ingeniería, Ana Rojo cursó el ‘Máster en Computación Gráfica, Realidad Virtual y Simulación’ del Centro Universitario U-tad, institución adscrita a la Universidad Camilo José Cela. “Pensamos que lo más idóneo era automatizar el sistema y por eso les propusimos un andador robótico”. Las opciones disponibles consisten en sistemas estáticos: una cinta de marcha con dos barras-barandilla a los lados y una grúa para suspender el peso del paciente. “Asistimos a un déficit de alternativas que posibiliten al paciente caminar sobre el terreno, que es donde tendrá que desenvolverse una vez recuperado. Nuestro sistema permite que la persona gane velocidad y estabilidad”.
Para su validación, el piloto de andador robótico de Werium Solutions fue probado en las residencias del Grupo Albertia con unos resultados muy positivos. “En tiempo de cada sesión y la rehabilitación completa se redujeron a la mitad”, asegura Rojo. “Es un sistema mucho más rápido y eficiente”. Pero en la compañía quieren ir más lejos. “Los pacientes mejoran, pero rara vez se sitúan al mismo nivel que antes de la fractura. Las tecnologías inmersivas contribuyen a modular patrones, ajustando la marcha hacia uno más funcional y normativo”.
Eficiencia multiplicada
La introducción de la realidad virtual y la gamificación da forma definitiva al proyecto SWalker-VR. “Hemos comprobado que el uso de estas tecnologías motiva al paciente. Se implica más en los movimientos y repeticiones solicitadas por los profesionales”. Un visor de realidad virtual se comunica con el andador y una serie de sensores situados en cadera y tobillos monitorizan todos los movimientos del paciente, aportando una información valiosa sobre su estado y evolución.
El andador genera un escenario virtual, pero seguro. “El sistema conoce la trayectoria de la persona, dónde tiene que girar, la posición de un hipotético obstáculo virtual… Construimos un bucle cerrado”. Esta segunda evolución del andador está siendo testada por más de una veintena de mayores. “Aún no podemos aportar resultados oficiales, pero el feed back que recibimos nos hace pensar que vamos en la buena dirección. Los profesionales nos explican que la cadera mejora más rápido gracias al establecimiento de los nuevos patrones modificados en los videojuegos. Por otro lado, los mayores -salvo casos con deterioro cognitivo severo- están sorprendidos e ilusionados, pese a no pertenecer a una generación habituada a estas tecnologías”.
Realidad virtual para todos
SWalker-VR refleja el principio de un tiempo en el que la realidad virtual empieza a entrar con fuerza en el ámbito de la salud. El sistema de Werium Solutions aporta valor añadido porque considera las extremidades inferiores, algo casi inaudito en realidad virtual aplicada a la rehabilitación. “Muchas terapias de pacientes neurológicos necesitan de este tipo de actividades y la adherencia al tratamiento resulta clave”.
En Werium Solutions proponen democratizar estos sistemas, lejos de los “cientos de miles de euros que cuestan los productos monopolizados por un pequeño grupo de empresas multinacionales”. Rojo defiende que, “si logramos que el paciente se motive, e incluso pueda practicar en casa, habremos dado un paso enorme”.
Según la ingeniera, los visores son cada vez más económicos, y evitarán visitas constantes a la clínica o al hospital. “Lo importante es que proyectos como el nuestro lleguen a la sociedad y no se queden en el laboratorio. Por ahora, la explotación comercial ha sido escasa, pero sistemas de realidad virtual sensorizados, menos costosos, más cómodos y eficientes, pueden provocar un alto impacto en las residencias y también en clínicas de rehabilitación para tratar otras patologías, como el Párkinson”.
«Las mujeres tenemos mucho que aportar en este campo»
Aplicada con asiduidad a la psicología, la educación o la aeronáutica, Ana Rojo tuvo claro desde muy pronto que la realidad virtual tenía su espacio en la biomedicina. La experta ultima su tesis doctoral en el grupo de Neurorehabilitación del Instituto Cajal – CSIC, de donde proceden varios integrantes de Werium Solutions. “En nuestro ADN está especializarnos para acelerar la transferencia tecnológica”, apunta.
La ingeniera admite que llegó a la biomedicina casi de casualidad. “Por suerte salió bien. A medida que avanzaba en la ESO y el Bachillerato, veía como cada vez éramos menos chicas en las opciones de ciencias. Aunque se sientan en el desierto, recomendaría a todas las niñas y adolescentes amantes de la física, la química o las matemáticas que no se dejen influir por lo que suceda y opinen a su alrededor”. Ana Rojo quiere ejercer como referente joven y activo y servir como espejo para las más jóvenes. “Dar con soluciones importantes requiere trabajar en entornos diversos y multidisciplinares. Las mujeres tenemos mucho que aportar además de una creatividad y una sensibilidad muy particulares”, concluye.