Bajo la idea de que “el arte es un ejercicio político”, el joven artista colombiano Andres Frix Bustamante trabaja el concepto de cultura desde todo tipo de instalaciones. “Me refugio mucho en la ficción para escapar de lo que sucede en Colombia”, afirma tras apostar por la ironía y el humor para afrontar, por ejemplo, la recta final del conflicto armado interno que viene sufriendo su país desde hace años.
“Unos están hablando de lo políticamente correcto y otros estamos trabajando por encontrar otras alternativas para seguir el camino y no quedarnos pensando siempre en el conflicto –afirma Frix-. Estamos intentando generar otros caminos, tratamos de refrescar un poco porque ya son muchos años con este tema”. Y no deja al lado la critica para afrontar un problema en el que existen, según sus palabras, “muchos intereses de por medio”.
En opinión de Andres Frix, para que una obra sea innovadora “primero tiene que haber una necesidad puntual del artista como persona, no como un concepto artístico”. Se trata de “buscar nuevamente a la persona, obviamente dentro de un contexto social” y esto es una cuestión más de lenguaje que de tendencias o técnicas porque “ya casi todo está hecho, estamos en un remake constante”.
Defiende que a los artistas colombianos les interesa el color y la propuesta de mostrar distintos estados de ánimo en un mismo cuadro. “Estamos en el trópico y hay otras lógicas diferentes, desde las estaciones al ritmo de la gente, y eso es algo que se nota en las composiciones”, afirma el colombiano.
JustMAD
Forma parte de La Ramona Proyectos, un espacio artístico de Bogotá que, según palabras de Frix, quiere “rescatar la idea de lo formal como concepto”. Esta galería ha estado presente en la última edición de JustMAD mostrando la obra de este creador colombiano y de otros dos, Viviana Cárdenas y Esteban Mantilla.
Además, Frix Bustamante ha sido uno de los siete artistas que han participado en la tercera edición de Just Residence. La actividad de residencia, patrocinada por la Fundación Banco Santander, permitió la convivencia de distintos creadores, durante un mes, en Málaga. “Es un lugar especial y tiene mucha energía; a pesar de que es una ciudad movida, me dio la calma para poder producir –continúa-. Y también está muy bueno relacionarse con gente de todo el mundo”. En el programa se contó con la presencia de autores de Brasil, Venezuela, Estados Unidos, Polonia, Francia y Colombia.
