Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

El gran reto: sensibilizar a la ciudadanía

Por Ángel Niño, concejal delegado de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid
Ángel Niño, concejal delegado de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid
Ángel Niño, concejal delegado de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid.

A pesar de los numerosos beneficios que la IA puede aportar a las ciudades, su implementación no está exenta de desafíos. Sin darnos cuenta, la inteligencia artificial se ha colado en nuestro día a día ayudando a optimizar la gestión del tráfico, la seguridad urbana o agilizando las tareas más cotidianas y repetitivas. 

Probablemente, uno de los principales retos que tengamos por delante sea el de sensibilizar a la ciudadanía. Muchas personas pueden sentirse intimidadas ante la falta de comprensión de algo completamente nuevo y disruptivo para ellas. Para que la transformación tecnológica sea exitosa es crucial que sea abordada de manera inclusiva y participativa. Sin ir más lejos, una de las líneas de reconocimiento dedicada al emprendimiento con impacto social que impulsamos desde el área de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid ha premiado este año un proyecto cuyo eje es adaptar, o como ellos dicen, aplicar sencillez a la tecnología para eliminar las barreras de edad en su uso. 

Del mismo modo, debemos brindar a las personas la oportunidad de expresar sus preocupaciones y sugerencias y de participar activamente en el diseño y la implementación de soluciones tecnológicas. 

“Debemos brindar a las personas la oportunidad de participar activamente en el diseño y la implementación de soluciones tecnológicas”

La educación y la sensibilización son sólo algunos ejemplos éticos con los que la tecnología debe cumplir para garantizar que la IA se utilice de manera que beneficie a la sociedad en su conjunto y respete los derechos y valores fundamentales. En esta misión, la colaboración entre gobiernos, empresas, académicos y la sociedad civil es crucial. ¿Cuántas veces hemos escuchado eso de que Estados Unidos crea, China copia y Europa regula? 

Hace poco, Mario Draghi advertía sobre la importancia de mantener al continente europeo a la vanguardia de la innovación para no quedarse atrás. A muchos se nos viene a la mente su famosa frase “whatever it takes” hace ya más de diez años cuando el Banco Central Europeo pasaba por uno de los momentos más críticos de su historia. Las palabras de su último informe sobre el riesgo al que se enfrenta Europa si no consigue cambiar su hoja de ruta en materia de innovación tienen matices de similitud con las pronunciadas en 2012. 

En su informe destaca el potencial de Europa en lo que respecta a ideas innovadoras, pero al mismo tiempo las dificultades que enfrenta para llevar estas innovaciones al mercado. ¿La solución? Puedo estar más o menos de acuerdo con la hoja de ruta de Draghi para llevar a cabo este propósito, no creo que endeudar más a la UE sea la mejor manera para conseguirlo, pero no cabe duda de que el mensaje es premonitorio. 

“La inteligencia artificial puede ayudarnos a construir un Madrid más inteligente, sostenible y habitable para todos”

La realidad del futuro al que nos dirigimos tiene un marcado componente tecnológico y es crucial que Europa reduzca su dependencia tecnológica. Con una implementación adecuada, la inteligencia artificial puede ayudar a construir ciudades más inteligentes, sostenibles y habitables para todos. De hecho, Madrid es una ciudad puntera en ello. Esta tecnología es aplicada para la gestión del tráfico permitiendo que los semáforos se adapten a las necesidades de movilidad por afluencia en tiempo real, en la automatización de licencias, reduciendo hasta en un 80% los plazos, y cuenta con el primero centro municipal de inteligencia artificial de España por el que cada año pasan diferentes proyectos que aportan soluciones con casos de uso reales. 

Al final la tecnología trata de eso, de aplicaciones reales y de estar al servicio de las personas. En Madrid llevamos tiempo trabajando en desarrollar un entorno controlado de pruebas para testar la innovación en las calles. Los primeros pasos de una ordenanza sandbox ya se han llevado a cabo y en los próximos meses seguirá evolucionando hasta que veamos a la ciudad convertida en un lugar donde se puedan llevar a cabo desarrollos relacionados con materias como sostenibilidad, economía, energía, seguridad, movilidad, accesibilidad o elementos de mobiliario urbano en un entorno seguro y controlado. 

Esto permitirá evaluar las futuras innovaciones y avances tecnológicos con vistas a su posible implementación, además de fomentar la atracción de talento y la actividad económica en la ciudad. Y por otro lado, facilitar el proceso innovador mediante la simplificación de los trámites a la hora de encontrar un espacio real en el que llevar a cabo las pruebas de las nuevas soluciones y desarrollos tecnológicos.