Interacción y diálogo. Esto es lo que han aportado las redes sociales al panorama político de nuestros días. “En la medida en que conocemos más la voz de la ciudadanía, la podremos representar mejor; es lo que se llama la democracia de las audiencias, que supone importar un concepto de métrica a la vida política”, afirma Antoni Gutiérrez-Rubi (@antonigr), asesor de comunicación y consultor político.
“La tecnología ha cambiado la política porque ha incorporado la voz de la ciudadanía –continúa-. Ya no pueden ser nuestros representantes si no nos escuchan ni interactúan con nosotros”. Del mismo modo, también es importante, por parte de la ciudadanía, conocer mejor a sus líderes. Así podremos valorarlos o criticarlos cuando se lo merezcan. “Esa capacidad de fiscalización, de vigilancia democrática, es algo fundamental en la vida de las redes sociales”.
En las primarias de Estados Unidos se va a realizar un gasto de 1.100 millones de dólares en anuncios en redes sociales. “Cuatro años antes, la inversión fue de 150 millones, es decir, se ha multiplicado por diez”, afirma este consultor político para subrayar la importancia de estar presentes en plataformas como Twitter o Facebook.
Menos distorsión
Fundador y director de la empresa Ideograma, Gutiérrez-Rubi desarrolla su trabajo en España y en Latinoamérica. Profesor de los másters de comunicación de distintas universidades, sus últimos libros son ‘La política vigilada. La comunicación política en la era de Wikileaks’, ‘Tecnopolítica. El uso y la concepción de las nuevas herramientas tecnológicas para la comunicación, la organización y la acción política colectivas’ y ‘La política en tiempos de WhatsApp’.
Reconoce que “hay una representación desigual en las redes sociales en relación al conjunto de la sociedad española”, ya que hay sectores, sobre todo personas mayores, que están fuera de estas plataformas. Sin embargo, cree que “esa distorsión cada vez es menos relevante”. “Incluso aquellos votantes que no participan en la conversación digital no pueden escapar de la agenda pública que se crea fundamentalmente a través de la conversación digital”. Lo que ocurre en Twitter, por ejemplo, te llega “aunque no quieras” porque “tanto los medios de comunicación, como tus vecinos o tus hijos están construyendo la agenda pública”.
En contra de lo que muchos opinan, no cree que las conversaciones en las redes sociales sean banales por la propia condición del medio. “Hay personas que son superficiales online y offline, y respecto a la brevedad, lo bueno, si breve, dos veces bueno”, defiende este asesor de comunicación, que participó en la última edición de iRedes en un debate con María José Canel y Núria Vilanova.
También considera que WhatsApp influye “muchísimo” en la política. “Con la creación de los grupos hay una parte de eficiencia organizativa, tanto política como administrativa”. Además, en esta aplicación se mueven fácilmente fotografías, vídeos y memes “que hacen que la viralidad del grupo a tu agenda se convierta en un efecto muy potente”. Por si fuera poco, WhatsApp “es una fuente de creatividad extraordinaria”.
La última pregunta es que ponga nota al comportamiento de nuestros políticos en las redes sociales. “Los emergentes, Pablo y Albert, lo están haciendo muy bien; Pedro está aprendiendo muy rápidamente, y Mariano sigue anclado en la lógica analógica”, concluye Antoni Gutiérrez-Rubi.