“Aceleración solo en cifras, no hay velocidad ni sé dónde estamos” (Into Orbit/En Órbita).
“No hay un lugar neutral entre la Tierra y la Luna” (Flotando)
Aunque son muchos los que podría elegir, Antonio Arias (Granada, 1965) se queda con estos dos versos de Al Worden (1929-2020). El astronauta y poeta, Comandante del Módulo Orbital de la misión Apollo 15, ha inspirado al fundador de Lagartija Nick en ‘Hola Tierra’ (Multiverso IV), su nueva obra, en cuyo lanzamiento ha contado con el apoyo del Instituto Cervantes y del Instituto de Astrofísica de Andalucía.
Arias detalla que otros astronautas de la Era Apollo como Alan Bean (Apollo 12) o Edgar Mitchell (Apollo 14) ya abrazaron expresiones artísticas o religiosas al regreso de su misión como vía para digerir sus experiencias en el espacio. Pero desde que el poemario de Worden ("Hello Earth. Greetings from Endeavour", escrito en el 71 y publicado en el 74) llegó a sus manos, Arias supo que tenía que contactar con él.
“Quería que oyera mis canciones sobre sus poemas y conseguir su permiso para editar un disco. De algún modo, pretendía entrar en su obra; todo un reto”, explica a Innovaspain. Tras la muerte de Al Worden en 2020, la familia del astronauta dio luz verde al proyecto ¿Las razones de esta poderosa atracción? “Son textos que te introducen en su traje, en su nave y en su mente. No es poca cosa. Sus visiones, sueños e intuiciones se mezclan de forma magistral en un viaje sicodélicamente real”.
Arias destaca otros canales que han facilitado la conexión entre su música y los poemas de Worden. “En general, son poemas con una estructura muy pop que los hace fáciles de cantar. Tenían todo lo que andaba buscando sobre la experiencia de salir al espacio. De sus palabras extraigo una conclusión: el astronauta sale al espacio y señala hacia la Tierra mientras nos demuestra que el conocimiento de nuestro vecindario solar puede curar muchas de las heridas que resaltan de manera tan evidente vistas desde ahí fuera”.
‘Hola Tierra’ es un capítulo más de una trayectoria musical marcada por innovadores cruces de caminos que se han convertido en un elemento inherente a su arte. Así surgieron obras como ‘Omega’ (donde se Enrique Morente se cita con Lorca y Leonard Cohen) y trabajos previos en la línea de ‘Hola Tierra’, los Multiverso I, II, y III. “La poesía siempre ha sido mi guía artística, me dejo llevar por el espíritu o la personalidad que estoy leyendo y me muestro atento con el lugar al que me lleva”, apunta Arias, quien no recuerda cuándo empezó su pasión por la astronomía. “Ha estado siempre ahí”.
En 1999, con Lagartija Nick colabora informalmente con el astronauta, hoy ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, y escribe la canción “Newton”. El punto de inflexión llega una década después, coincidiendo con la celebración en Granada del Año de la Astronomía. José Antonio Caballero (astrofísico del Centro de Astrobiología) y Antonio Arias llevaron a cabo una intervención basada en la poesía astronómica que nos rodea. En la experiencia también participaron Carlos Marzal, Natalia Carbajosa o David Jou. “Fue tan intenso que terminó plasmándose en el disco Multiverso I”.
La música de Antonio Arias también ha acompañado al proyecto hispano-alemán de búsqueda de exoplanetas “C.A.R.M.E.N.E.S.” (CSIC, MPG, MINECO) así como al proyecto de estudio de fondo de radiación cósmica “QUI Joint Tenerife” (QUIJOTE).
Coincide el artista con Eva Villaver, la astrofísica y también investigadora del Centro de Astrobiología, cuando lanza la pregunta: “¿Alguien puede afirmar que el universo no es poesía?”. “La poesía ha viajado al espacio. Podría decirse que ha transitado desde la imagen metafórica del cosmos hacia una nueva ciencia poética. Creo que el Big Bang es en sí mismo un concepto metafísico al incorporar la gran incógnita acerca de qué existía antes de la explosión. Puede que los conceptos que lo explican sean una mezcla de ciencia y arte”.
En esa enriquecedora mezcla de disciplinas, Antonio Arias percibe que hay más lazos de los pensamos. “La curiosidad del artista interesado por la ciencia, y el alma de artista que se busca dentro del científico dan como resultado una tercera cultura que define mejor el tiempo presente. Si, antiguamente, ciencia, música y arte en general compartían una misma rama desde la que tomaron distintos caminos, Arias considera que hoy “gritan de nuevo” para acercarse.
Sus próximos pasos seguro que nos seguirán sorprendiendo. “Como artista, siempre estoy un poco lejos del artista que quiero ser. Se necesita tiempo para lograrlo. Mientras, el mundo avanza, y nosotros con él. Por lo tanto, no hay manera de evitar el desarrollo, la evolución, el cambio y la metamorfosis. No sólo se trata de tener una curiosidad insaciable, sino de reconocernos dentro de los cambios que nos impone la propia vida”, concluye Antonio Arias.