El optimismo del Manifiesto de la Movilidad Activa, presentado recientemente por El Futuro de la Movilidad y en el que se plantea 'desplazar' con éxito a los coches para conseguir un modelo de movilidad urbana más sostenible y saludable contrasta con la visión de Antonio Pérez Peña, coordinador de la Oficina de la Bicicleta, perteneciente Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. "No es una transición que vayamos a hacer de la noche a la mañana y tampoco va a ser sencilla".
Es un hecho que la movilidad a pie y en bicicleta contribuye a la descarbonización de nuestros municipios, como tampoco genera emisiones ni produce ruidos y contribuye al ahorro energético. En este sentido, el Manifiesto señala que la bicicleta y los modos activos son sinónimo de eficiencia energética. "Con los precios de los carburantes y de la electricidad disparados, la movilidad activa se convierte en la alternativa más eficiente tanto para reducir la demanda energética como para mitigar el impacto en los bolsillos", destaca el texto.
Pese "a la veracidad" de estas reflexiones, Antonio Pérez Peña asume que "el cambio hacia la nueva movilidad va a ser doloroso para algunos". El responsable define la movilidad actual como "insostenible" porque "durante décadas le hemos dicho a la ciudadanía que se podía llegar en coche a cualquier sitio. Ahora toca desandar el camino y esto es complejo porque somos animales de costumbres". En este sentido, el papel de la colaboración público-privada, como en tantos otros ámbitos, ha vuelto a tomar protagonismo.
"El proceso de construcción del Manifiesto de la Movilidad Activa ha implicado tejer una estrecha red de colaboración entre un variado número de actores, tanto públicos como privados", narra el texto, que añade que "es el momento de que todos los agentes colaboremos y trabajemos juntos y alumbremos una visión compartida en torno al presente y futuro de la movilidad activa". Pérez Peña aporta que "siempre hablamos de colaboración público-privada, pero es fundamental que también apostemos por la 'colaboración pública-pública'. Esto significa que los partidos, tengan el color que tengan, tienen que ponernos de acuerdo y generar un apoyo institucional sólido".
Antonio Pérez Peña sí coincide con el Manifiesto en que el modelo de ciudad supone un reto de conceptualización y de colaboración entre las diferentes administraciones públicas y el sector privado. "Las actuaciones a nivel de diseño e implementación de un modelo de ciudad tienen un impacto potencial a gran escala a través de desarrollo de infraestructuras, incentivos y políticas, pero necesitan tiempo y esfuerzo para materializarse", reza el informe, a lo que Pérez Peña recomienda "ir creando estas ciudades sin prisa pero con convencimiento".