Ayer se presentó en el espacio DayOne, de LaCaixa, una nueva edición del Anuario de la Innovación en España de Innovaspain. La publicación, única concesión al papel que se hace durante todo el año, y que cumple ya once ediciones, ha tratado sobre la inteligencia artificial: pero no es una recopilación de cifras, de inversión o del papel de las ciudades, sino de historias muy concretas desde todos los ámbitos de la sociedad. De ahí que este evento tuviera como protagonistas a distintas personalidades del sector público y del privado que, con sus acciones, llevan a la IA a múltiples visiones.
Como indicó María Lacalle, directora de Proyectos de Innovaspain, “no queremos sacar pecho, sino dar voz a los demás”. Por ello, la presentación del Anuario contó con dos mesas redondas, moderadas ambas por ella misma. En la primera, ‘Escalar talento y negocio’, hubo cuatro participantes: Ángel Niño, concejal de Innovación del Ayuntamiento de Madrid; Inma Moretón, directora de Comunicación de Enisa; José Quesada, CEO de Solardrone, y Pedro Muñoz, CEO de WhiteBox. Todos ellos dieron su visión sobre cómo la IA cada vez está más presente en la economía real de empresas, superando el llamado “hype” y dando alas a nuevas startups que hacen de esta tecnología su bandera.
La capital de la IA
Ángel Niño, fue el encargado de inaugurar la mesa hablando sobre uno de los centros más emblemáticos dedicados a la IA: el Madrid Innovation Lab, nacido en 2022, en pleno Bravo Murillo. Este espacio, dedicado a la divulgación de la inteligencia artificial, no siempre tuvo la misma percepción. Y es que, cuando se presentó ante la sociedad, la IA que se conocía no era la del ChatGPT, sino la de ‘Yo, Robot’.
“La percepción de la ciudadania ha cambiado mucho. El centro ha resultado ser un lugar donde ayudamos a superar la brecha digital. ¿Sólo sirve para eso? Pues sí para conocer mínimamente esta tecnología hay que conocer el propio móvil o la innovación que nos rodea. Funciona, aunque se debe y puede mejorar. Al fin y al cabo, hablamos del dinero de todos”, explicó, destacando también que en España, al menos que él sepa, “sigue sin haber un centro parecido”.
Niño es, además, un gran defensor del papel de las ciudades como epítomes del futuro tecnológico, aunque en realidad poco tengan que decir en cuestiones como la ‘Ley de la IA’. “Las leyes que vienen de cualquier administración emanan, primero, de la comunidad europea; luego va al país con sus transposiciones, con leyes para las regiones, y estas autonomías dan más tarde formas de trabajo para las administraciones locales, que estamos abajo del todo. Esto, en tecnología, es muy importante, porque lo que viene de la UE se debe cumplir y nosotros hacer que se cumpla”.
Concordó en que su propio partido votó este ley, “aunque la alternativa era peor”. El propio Niño contó que incuban a más de 500 empresas y que estas se han planteado irse de la influencia europea porque no podrían funcionar aquí. La biometría, por ejemplo, o los modelos de lenguaje, serán más restrictivos. “Es un debate complicado, pero también tendríamos que pensar a medio y largo plazo las consecuencias de la Ley de Protección de Datos”. Europa, afirmó, no puede ser Black Mirror, pero tampoco debe perder tanta competitividad con otros polos económicos.
Por último, sobre el famoso Sandbox que quiere llevar a cabo el Ayuntamiento de Madrid adelantó que para 2025 ya tendrán la ordenanza aprobada. Por ello, la capital se convertirá por fin en ese deseado campo de pruebas para todos los innovadores que, con un prototipo viable, deseen testar sus soluciones fomentando la innovación, atrayendo empleo y dando valor añadido a la ciudad. “Es una apuesta arriesgada… pero quien no apuesta, no gana”.
Cabe destacar también que, por su parte, Inma Moretón, directora de Comunicación de Enisa, informó a los presentes que ya han concedido 91 préstamos por 15 millones de euros a empresas con inteligencia artificial en sus negocios. No sólo eso, sino que además las startups españolas están creciendo por encima de la media de la UE en cuanto a uso de la IA -un 9,2% frente a un 8%-. Pero ¿dónde están esas startups?
Los casos reales
Dos de ellas, de las que usan la IA en sus procesos, estuvieron presentes en la presentación del Anuario. La primera fue Solardrone, comandada por José Quesada, que se dedica al mantenimiento predictivo de las placas solares con drones. Extremeño, de Trujillo, ha seguido en esta región para innovar. “Es una tierra donde se instalan muchas placas solares, y nos dimos cuenta de que se tardaban varios meses en detectar pérdidas de energía. Conocida la tecnología y conocidos los drones, ahora sobrevolamos las placas y tardamos 24 horas en señalar los problemas. Si no adaptas toda la tecnología disponible a tu disposición, no vas a poder competir. Multiplicamos por diez la detección de problemas y reducimos por diez los costes”, afirmó.
En cuanto a la ventaja competitiva que supone la inteligencia artificial, indicó que ha mejorado también el proceso de captación de inversión. “Obviamente, hay que tener un base, un modelo de negocio rentable, con departamento técnico y clientes… al final, la IA es una herramienta más”, especificó.
Según él, le han ofrecido comprar Solardrone porque muchas veces las empresas grandes no son capaces de tener un departamento interno, no pueden tener esa capacidad de ación y además les gusta tener el “conocimiento” de una empresa emergente. “Pero el ambiente ‘startupero’ se rompe al entrar en una grande. Mejor aprender, mantenerse humilde, colaborar con las que saben más y seguir para adelante”.
La segunda fue WhiteBox, una consultora de inteligencia artificial con una solución premiada por el Ayuntamiento de Madrid -llamada BidGenius- que, mediante algoritmos de IA, es capaz de generar pliegos que tardarían más de seis meses en realizarse. Pedro Muñoz, su CEO, lo explicó así. “Nosotros siempre utilizamos una analogía. ¿Qué cuesta más? ¿Crear un documento de 100 páginas? ¿O revisar un documento de 100 páginas”. Ni siquiera habló de aquellos contratos copy-paste en los que se pueden pasar por alto ciertos datos, sino de empezar desde cero uno y, a partir de ahí, tener un humano que pueda, mediante su experiencia, comprobarlo minuciosamente.
“Nosotros no hemos tenido financiación pública por varios motivos”, aseveró. “El primero es porque, si necesitas financiación para sacar un producto, no has bajado a la tierra, puede alejarte del mundo real. Conozco varias empresas que lo primero que han hecho después de una ronda es alquilar un coworking, cojines chulos y una videoconsola. Eso lo haces cuando el dinero no es tuyo”.
Del mismo modo, incidió en que si se enfocan los esfuerzos en hacer una primera solución que de verdad le sirva a alguien, a un primer cliente, todo irá bien. Y que pensar en grande “puede ser un problema”, porque pensar que puedes vender un producto por miles de millones de euros “aleja del mundo real”. Para él, todos los proyectos “deberían empezar con cliente a cero euros. Es mi criterio. Polémico, pero mío”.
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