MADRID
Fundación ONCE: la innovación social que hace líder a España en accesibilidad
Julio Huete
Durante 80 años, la ONCE ha creado un modelo de prestación social único en el mundo. Su Fundación, impulsada en 1988, representa a la perfección la filosofía de una organización siempre abierta a la cambiante realidad social.
“Lo que ahora se llama innovación, para nosotros ha sido desde siempre buscarnos la vida”. Jesús Hernández es el director de Accesibilidad Universal e Innovación de la Fundación ONCE y por él pasan todos los proyectos de impacto social en torno a los dos conceptos que definen su cargo. Cuando la Fundación comenzó a dar sus primeros pasos, allá por 1988, España no era ni mucho menos un referente en materia de accesibilidad; más bien todo lo contrario.
“Estábamos a la cola del mundo, tanto en cultura de accesibilidad como en conocimientos técnicos, y prácticamente sin legislación”, recuerda Hernández. No hubo más remedio que ponerse manos a la obra. La Fundación comenzó a mejorar en esta carencia de conocimientos técnicos y analizar cuáles eran las mejores soluciones centradas en derribar barreras arquitectónicas, urbanísticas y de transporte.
A comienzos de los 90 se produjo el gran hito innovador: el convenio de colaboración con el IMSERSO, que Hernández describe como “la gran colaboración público-privada a nivel mundial que ha hecho a España ser líderes en accesibilidad”. Al mismo tiempo, durante estos años, el trabajo codo con codo con los ayuntamientos ha sido fundamental para la evolución de la Fundación. “Les ayudamos a redactar planes de accesibilidad en función de las necesidades de los diferentes municipios. Si algo hemos conseguido es que la sociedad aprenda haciendo”, celebra Hernández.
"Lo que unos llaman innovación nosotros lo llamamos buscarnos la vida", asegura Jesús Hernández, director de Accesibilidad Universal e Innovación de la Fundación ONCE
El hecho de que España se haya situado como referente en accesibilidad –siempre hablando en términos relativos, como destaca Hernández, ya que “en términos absolutos no estamos tan bien, y es aquí donde hay que poner el foco”– incrementa incluso más los retos que el país tiene por delante. “Durante estas últimas décadas hemos ido generando muchísimo conocimiento pero tenemos que conseguir que se ponga en práctica y que la legislación avance”.
Para la materialización de estos objetivos, la Fundación ha ido trabajando cada vez más en tecnología con la innovación abierta como líder de los cambios. “Somos usuarios y profesionales de la accesibilidad, pero trabajamos con muchos actores. La innovación social no solo mejora la vida de los colectivos más vulnerables, sino de toda la sociedad en general. Por eso hay que involucrar a todo el mundo”, subraya Hernández. Sin embargo, la propia tecnología también tiene sus contras. “Es capaz de lo mejor y de lo peor; puede resolver problemas o ser exclusiva”, avisa el responsable. Y es que sin concienciación, la tecnología “se queda a medias”. Por ejemplo, en el caso de las nuevas modalidades de transporte urbano como los patinetes eléctricos, Hernández sostiene que “es un avance, pero si la gente sigue aparcándolo en mitad de la acera o conduciendo a velocidades excesivas, ¿entonces de qué sirve?”.
Más que un hub
A Jesús Hernández no le termina de convencer la palabra hub a la hora de definir el papel que hace la Fundación en el emprendimiento. “Prefiero llamarlo nodo de conexión de grupos de investigación y de personas que quieren cambiar el mundo”. Más largo, sin duda, pero también más fiel a la realidad, ya que la Fundación ONCE se ha convertido en ese ojo de halcón necesario para captar talento. Su nueva aceleradora de startups, ‘espacIA’, así lo confirma.
El último South Summit sirvió a la Fundación para presentarla. “En España hay muchos emprendedores con grandes ideas que, por diferentes razones, no logran desarrollarlas. Nuestra misión es lograr que las ideas de impacto social se materialicen”. En búsqueda permanente de talento y de emprendedores que hayan constituido startups o que lideren proyectos con un prototipo y la intención de sacarlo al mercado, el programa pretende que los proyectos alcancen su máximo potencial y, como apunta Hernández, “acabar con el miedo de la sombra del fracaso que siempre está en el mundo emprendedor”. Ante este “valle de la muerte” al que muchas startups tienen que enfrentarse, Hernández recomienda que “es mejor esperar y madurar la idea antes de emprender si la solución no termina de ser adecuada”.
De hecho, el primer cliente de los proyectos es la propia Fundación. “Como expertos en accesibilidad, compramos productos y los usamos como pilotos; es la mejor manera de saber si funcionan”, cuenta Hernández, a lo que añade que “lo único que le pedimos a los emprendedores es que cuando empiecen a ganar dinero aporten un 5 por ciento de sus beneficios a un proyecto social junto a nuestra Fundación durante cinco años”.
Del Camino de Santiago a la lengua de signos con IA
2019 ha estado repleto de desafíos y logros para la Fundación ONCE. Tras más de cuatro años analizando tecnología orientada a mejorar la señalética para personas con discapacidad visual e intelectual, el proyecto ‘Camino de Santiago para todos’ incluirá una aplicación móvil con información accesible y fácil de entender.
Como icono de la iniciativa se ha diseñado un elemento en 3D que representa a una peregrina y que será la imagen identificativa de los puntos del camino que contengan información accesible (carteles y balizas beepcons). Además, habrá una Guía del Peregrino que detalla lo que se debe conocer antes de comenzar a realizar alguna de las rutas. Tanto el sistema de beepcons como el tamaño de la cartelería permitirán que los peregrinos detecten el punto informativo sin necesidad de acercarse demasiado a él, o, incluso, sin que esté visible. De esta forma, podrán detectar balizas en un radio de entre 15 y 30 metros mediante un sistema que les conducirá hasta ellas. Estas balizas se utilizarán para señalizar puntos clave del Camino, como bifurcaciones o entradas a municipios.
"La tecnología es capaz de lo mejor y lo peor: puede resolver problemas o excluir"
CILIFO ha sido otra de las conquistas destacadas del año. Este proyecto, liderado por la Junta de Andalucía, tiene como fin promover la prevención y la lucha contra los incendios forestales. El papel de la Fundación ONCE consiste en el diseño de servicios tecnológicos orientados a la gestión de emergencias en entornos forestales en los que se tengan en cuenta criterios de accesibilidad y diseño para todos, así como en la elaboración de un libro blanco sobre la evacuación accesible de este tipo de entornos. Por otro lado, Hernández se enorgullece del papel de la Fundación como organizador del Congreso Internacional de Tecnología y Turismo para la Diversidad de Málaga, “el más importante del mundo” y donde pudo demostrarse cómo la tecnología, los destinos turísticos inteligentes, los productos y servicios mejoran la vida de todas las personas.
Dentro de las soluciones tecnológicas, la inteligencia artificial (IA) tiene cada vez mayor importancia en los proyectos de la Fundación, hasta el punto de que en 2020 será una de las que lidere la estrategia de innovación social. “Estamos trabajando en proyectos de lectura que gracias a la inteligencia artificial la facilite”. Pero no solo a personas con discapacidad. Como señala Hernández, este proyecto va a beneficiar también a “personas con dificultades a la hora de leer, analfabetos funcionales, extranjeros o incluso gente cansada o con dificultad de concentración”.
En paralelo, la IA intervendrá también en el lenguaje de signos –el próximo objetivo de la Fundación es desarrollar un traductor en esta materia– y también en las discapacidades físicas. “Estamos trabajando en una malla inteligente para saber los puntos de presión en las prótesis de miembro inferior. De esta forma queremos acabar los dolores que producen las prótesis”, explica Hernández. También la robótica asistencial forma parte del plan de innovación: el objetivo coincide con uno de los valores tanto de la ONCE como de su Fundación: mejorar la accesibilidad en el entorno de trabajo.
