Aprendices Visuales: cuentos y apps para luchar contra el autismo en todo el mundo

Miriam Reyes, cofundadora de Aprendices Visuales

En 2009, Miriam Reyes estudiaba arquitectura sin saber que un problema familiar iba a derivar en la actividad que hoy ocupa su día a día. “Tras el diagnóstico con autismo de nuestro primo, le regalamos un cuento con pictogramas para dejar el pañal e ir solo al baño”- explica Reyes. El cuento funcionó y decidieron compartirlo en un blog y hacerlo accesible a otras familias. Así, “El Calzoncillo de José” supuso un alivio para personas en una situación similar en todo el mundo. “Muchos nos decían que no encontraban material de trabajo adaptado a pictogramas para poder trabajar con sus hijos”. Reyes asegura que estudió arquitectura porque le apasionaba poder llevar ideas a la realidad. “La carrera me formó en todas las herramientas que necesitaba para hacer esto posible, y es lo que he aplicado a cada uno de mis proyectos”. “Creo que un arquitecto diseña una respuesta creativa a una demanda social, y ese es mi trabajo en Aprendices Visuales”.

Tras detectar que existía una demanda importante por parte de un colectivo amplio y después de tres años de trabajo, en 2012 nacía la Asociación de Aprendices Visuales. “Poco a poco se sumaron asociaciones colaboradoras y llegaron los primeros reconocimientos como el premio Nestlé a la Solidaridad”- añade Reyes, quien habla de los amigos más cercanos como pieza clave para difundir la idea y para colaborar en los primeros pasos del proyecto. Hoy todo el mundo puede sumarse al proyecto, bien a través de diferentes campañas de crowdfunding –encaminadas a lograr el desarrollo de una nueva aplicación interactiva gratuita-, sumándose con 1€ al mes en su grupo de Teaming o haciéndose socio de la ONG Aprendices Visuales.

Photo: Christian Colmenero MartÌn/Zona IV Producciones. www.christiancolmenero.com

Pese al poco apoyo recibido por parte de la Administración –“debería estar mucho más atenta a las soluciones ya existentes que han demostrado un impacto positivo e implementarlas lo antes posible”- Reyes entiende que ha llegado el momento para que tecnología y educación sumen fuerzas en aras de mejorar el modelo de enseñanza existente. “Estamos hablando del futuro de miles de niños. Avanzamos hacia una educación más personalizada y a la vez más inclusiva. Lo que comprobamos con nuestros materiales es que, aunque se diseñan específicamente para las características de los niños con autismo, pueden usarse con niños que tienen otras dificultades, o incluso con pre-lectores, niños que aún no saben leer, y comprenderán la historia gracias a los pictogramas”.

Acompaña a Miriam Reyes, Amélie Jézabel Mariage (cofundador a del proyecto). Consideran que 2016 va a ser un año “apasionante”. Se han propuesto el reto de llegar al millón de lecturas de sus cuentos. Para ello, su web estará disponible en 6 idiomas y están preparando una campaña de impacto en más de 20 países. “Queremos que todos los niños con autismo del mundo tengan acceso a nuestros materiales y puedan desarrollar al máximo su potencial”- concluye.

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