La tasa de ocupación de los mayores de 50 años en España apenas es de un 50 %, un porcentaje muy alejado de los países de nuestro entorno. “Uno de los retos que tienen ante sí las compañías pasa por emplear a gente mayor”, explicaba ayer Iñaki Ortega, director de Business School. La escuela de negocios y MAPFRE celebraron en Madrid una nueva edición del ciclo ‘Ageingnomics’, donde abordan desde una perspectiva constructiva el cruce entre envejecimiento saludable y transformación digital.
En el octavo encuentro de ‘Ageingnomics’ el eje central fue la Economía Inclusiva. “Los mayores de 65 años son un 20 % de la población española y no olvidemos que representan un 40 % del consumo”, detallaba Ortega. “Sin embargo”, añadía, “aún carecen de una economía de bienes y servicios específicos”. Para el director de Deusto Business School, cambiar el paso y posar la mirada en la generación silver no es una cuestión solo de buenismo. “Merece la pena apostar por los seniors, generar empleo y actividad. Contribuirá a que la sociedad siga funcionando ahora que parece que el mundo se ha parado y hay que reactivarlo”.
El momento del propósito
Arancha Díaz-Lladó es directora de Propósito, Diversidad y Agenda 2030 de Telefónica. El COVID-19 ha acelerado algunos planteamientos sobre la mesa del gigante teleco español desde hace tiempo. “2019 marca quizá el punto de inflexión. Surgen iniciativas muy potentes relacionadas con el propósito o la importancia del reporte no financiero en Francia, Reino Unido y EE.UU. Estos temas empezaron a cobrar especial relevancia en las grandes empresas”, apuntaba Díaz-Lladó.
En Telefónica se han propuesto convertir en tangible la voluntad que expresa unos de sus claims: “Hacer nuestro mundo más humano conectando la vida de las personas”. “Detrás de la belleza de la frase está el corazón de lo que hacemos. Implica situar a las personas en el centro, cuidar el planeta que habitamos, asegurar una gestión ética alejada del corto plazo y tener en cuenta a todos los grupos de interés”, detallaba la responsable de la operadora. Accesibilidad, inclusión digital o formación en competencias digitales son otros aspectos que Telefónica aborda con rotundidad “para no dejar a nadie atrás”.
Riqueza intergeneracional
La compañía decidió analizar internamente la importancia de la transmisión del talento intergeneracional. Han estudiado motivaciones, obstáculos, sesgos y liderazgos en cada franja de edad. “La diversidad generacional es uno de los ámbitos en los que queda aún mucho trabajo por hacer. Estamos empezando, pero es fundamental avanzar”. La tendencia de la pirámide poblacional convive con la necesidad de talento las empresas. Una búsqueda en la que interesa “dar con nuevas fórmulas ya que cada vez menos jóvenes se incorporan al mercado laboral”.
“El estudio nos ha permitido adoptar una visión real de la situación de la empresa y qué medidas nos ayudarían a progresar. Por una parte, tenemos que abordar un programa masivo de reentrenamiento. La vida laboral se alarga y hay que adoptar competencias específicas relacionadas con la digitalización”. Arancha Díaz-Lladó también incluye en la ecuación las implicaciones del teletrabajo y un cambio de paradigma que no retrocederá una vez superemos la pandemia. “Las nuevas fórmulas son una oportunidad, pero tienen una parte de riesgo que hay que gestionar. Hemos de formar a los líderes en la gestión de equipos en remoto y evitar la desconexión digital”.
Banca sostenible
Raquel Azcárraga, directora de Sostenibilidad de Bankinter, se ha remontado a los primeros movimientos firmes del banco en materia de sostenibilidad, cuando a principios de 2012 se comprometieron a poner al mismo nivel los aspectos económicos, sociales y medioambientales. “Algunas de las crisis que identificamos entonces aún nos acompañan, incluso se han acrecentado”, apuntaba Azcárraga. Bankinter apostó por apoyar a los emprendedores como uno de los motores capaces de reactivar la maltrecha economía del país. También pusieron el foco en los mayores y en las personas con discapacidad y en adoptaron medidas encaminadas a preservar el medioambiente. En 2019, Bankinter fue incluido en el Dow Jones Sustainability Index dentro del grupo de los 25 bancos más sostenibles del mundo.
La pandemia les ha pillado por tanto con buena parte de los deberes hechos. “Hemos respondido con inmediatez, analizando qué podíamos aportar en toda la cadena de valor”, señalaba Azcárraga. Acortar los plazos en el pago a proveedores, asegurar los puestos de trabajo, flexibilizar el retorno de préstamos o anticipar el pago de pensiones son algunas de las decisiones que han permitido que Bankiner y el ecosistema que les rodea sorteen mejor los duros envites de la primera oleada del SARS-CoV-2.
En estos meses, la entidad ha reforzado el diálogo con el tercer sector a través de entidades como el Banco de Alimentos o Cruz Roja. “Vivíamos en una carrera de fondo y últimamente se nos exige sprintar”, añadía la responsable de sostenibilidad de Bankinter.
La edad media del banco es de 43 años y las incorporaciones seniors son constantes. “Nuestra cultura empresarial retiene y capta el talento senior”. Entre las herramientas para conseguirlo está el desarrollo de un sistema de accesibilidad universal en el plano físico, digital y cognitivo.