En febrero de 2019, Elena Vecino, catedrática de Biología Celular e Histología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU, vio casi en directo cómo una ballena quedaba varada en la playa vizcaína de Sopelana. Aquella fue una noticia más del telediario en un domingo de invierno. Para Vecino, sin embargo, comenzaban unos meses frenéticos de divulgación e investigación.
Después de tres décadas estudiando los ojos de los peces, la experta no dudó en avisar esa misma tarde a sus colaboradoras del Grupo de Oftalmo-Biología Experimental (GOBE) de la UPV/EHU para que dejaran lo que estaban haciendo. “Fuimos a por el ojo”, explica a Innovaspain. “Era una oportunidad única. Tuvimos suerte, porque la ballena -un rorcual de 16 metros y 30 toneladas- acababa de morir y se encontraba en buen estado, pero nos pilló trabajando en el laboratorio”.
Hoy Elena Vecino pasa parte de las vacaciones escribiendo el artículo en el que el grupo expone los resultados de la investigación. Los requisitos fijados por ‘Science’ impiden que pueda adelantar demasiados detalles, pero avanza que las conclusiones son muy potentes. “Es el ojo más grande estudiado hasta el momento con tanto nivel de detalle. La microscopía nos ha permitido ir muy lejos”, apunta la investigadora.
Animales singulares
La experta en sistemas visuales señala que los peces son los únicos animales con un nervio óptico capaz de regenerarse. Las ballenas son mamíferos, pero viven en ‘ambiente’ pez, y someten a sus ojos a altísimas presiones. “Aunque ven en blanco y negro y con muy poca nitidez, tienen muy desarrolladas las células con las que detectan la intensidad de la luz. Gracias a ello, las ballenas son capaces de distinguir si es de día o de noche”, explica Vecino.
En un camino inverso al habitual, la potencia divulgativa del proyecto se antepuso a las conclusiones científicas definitivas de la investigación. Con altas dosis artísticas, en febrero de 2020 se inauguraba la exposición ‘El Ojo de la Ballena’ en el Bizkaia Aretoa. Un panel de una enorme ballena impresa presidía la sala. Elena Vecino explicaba entonces que pretendía que quien visitara la exposición, sintiera las dimensiones que tiene un animal de estas características y su grandiosidad.
Además del mural, la muestra la completaban 16 fotografías y vídeos obtenidos durante la investigación, y dos maquetas. Las imágenes fueron tomadas con distintos microscopios de gran aumento, lo que permitió a los investigadores ver con detalle partes minúsculas del ojo de la ballena.
Los secretos de la imagen y una gira poscoronavirus
Desde entonces, una de estas fotografías, `Arcoíris de retina de Ballena’, cuya autoría corresponde a la propia Elena Vecino y a su hijo Luis López Vecino, no ha dejado de dar alegrías a los integrantes del GOBE. Recibió el primer premio en NeuroArt2020, el certamen anual de imágenes y videos artísticos relacionados con el sistema nervioso organizado por la SENC (Sociedad Española de Neurociencia).
“Es una foto especialmente bonita que además acumula mucho valor científico”. Tomada en 3D y en blanco y negro -ya que la microscopía electrónica emplea electrones y no luz- representa un corte trasversal de la retina de la ballena que permite diferenciar las distintas capas y sus correspondientes grupos celulares. “Para darle color son necesarios conocimientos estructurales y moleculares; mi hijo me ayudó con el apartado técnico. La imagen aporta información útil. Demuestra que la organización, tamaño y proporcionalidad celular, se mantiene en el sistema nervioso incluso en el mamífero mas grande del planeta”.
Hace solo unos días, la fotografía también fue galardonada con la mención de honor ‘selección del editor’ de la revista ‘Scientific American’ en la décima edición del Art of Neuroscience Contest. El concurso es organizado anualmente por el Instituto Neerlandés para la Neurociencia (NIN) con el objetivo de generar imágenes inspiradoras y provocativas mezclando la neurociencia y las artes visuales.
Los planes iniciales incluían un ‘tour’ que llevaría a ‘El Ojo de la Ballena’ a distintas ciudades de todo el mundo. Oporto, Cambridge, Philadephia o Madrid tendrán que esperar a que pase la pandemia. “Lo retomaremos seguro”, dice Elena Vecino, que prefiere reactivar la iniciativa con seguridad. Cada imagen de la exposición tenía además una réplica adaptada para invidentes, en relieve y con mensajes en braille. La muestra había recibido financiación de FECYT y de la UPV/EHU.