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Edificio plurifamiliar obra de ARQUIMA en Barcelona.

Tuvieron la valentía de arrancar en 2007. Tras dos crisis globales, y en plena pandemia, ARQUIMA tiene más encargos que nunca. “Somos una empresa familiar; empezamos de cero”, explica a Innovaspain José Antonio González, su fundador y CEO. Más de una década después, la compañía es una referencia en España de la construcción pasiva industrializada y del empleo de un material, la madera, en torno al que han ido derribando un tabú tras otro. “Es el material del siglo XXI y objetivamente el mejor para construir”.

“En los primeros tiempos todo iba muy poco a poco. Asumíamos dos o tres proyectos anuales mientras aprendíamos y nos consolidábamos. Los años pasan rápido y hace un lustro aproximadamente la empresa entró en una dinámica de crecimiento sostenido”. Ubicados en San Andreu de la Barca (Barcelona) y con sede en varias ciudades españolas, de un local pasaron a una nave de 500 metros donde comenzaron a fabricar. “Pronto se nos quedó pequeña”. Hoy cuentan con dos naves de 1.000 metros donde la producción no cesa ni un minuto.

“Los clientes no dejan de sorprendernos con el nivel técnico de sus preguntas”

“Queremos que la mejora sea continua”, añade el CEO de ARQUIMA. Con ese objetivo, el pasado año activaron una línea de fabricación automática que les permite multiplicar la eficiencia, y están inmersos en la optimización de cada proceso. “Si al principio subcontratábamos todo, ahora tenemos un departamento de arquitectura propio. Lo mismo sucede con el equipo de envolventes, la oficina técnica de producción o el departamento de obras”, dice González

José Antonio González, CEO de ARQUIMA.

Alcanzar esta autosuficiencia no ha sido sencillo, pero la evolución de ARQUIMA ha ido paralela al nacimiento de una conciencia social que ahora sí entiende de sostenibilidad, de eficiencia energética o de respeto por el medioambiente. “Hace 15 años éramos los raros del sector. La madera estaba desprestigiada; se asociaba solo a lo prefabricado, a lo económico. Ofrecemos máxima calidad, así que nunca hemos sido baratos. Hoy es distinto. Está de moda. Los clientes no dejan de sorprendernos con el nivel técnico de sus preguntas”, detalla José Antonio González.

Alineados con Europa

En la actualidad están construyendo el primer edificio plurifamiliar pasivo de madera en Baleares y las dos primeras viviendas a nivel europeo con la doble máxima certificación: Passivhaus Premium y 5 hojas VERDE, que otorgan el Passivhaus Institut y Green Building Council España (GBCe), respectivamente. “Hemos sido pioneros en muchas cosas”, dice el fundador de ARQUIMA, y valora los efectos que, “antes o después”, el Pacto Verde Europeo tendrá sobre iniciativas como la suya.

En España, la directiva de edificios de consumo energético casi nulo entra en vigor el 31 de diciembre. “El código técnico español se ha ido actualizando, pero la nueva normativa es mucho más estricta. Pensemos que actualmente, solo entre el 1 y el 3 por ciento de la obra nueva tiene la certificación energética A, y ahora será obligatorio para todas. No están acostumbrados ni los arquitectos, ni los técnicos o los constructores. La tradición de ladrillo y hormigón nos hará avanzar más despacio que otros países”. Lo contrario sucede en países como Francia, donde a partir del año próximo el 50 por ciento de los edificios públicos habrán de construirse con madera.

“La posibilidad de nuevas pandemias lleva a la Construcción a vivir un antes y un después”

Con todo, González admite que propuestas próximas a la de ARQUIMA han ganado adeptos de manera exponencial en los últimos años. “Aunque partimos de muy abajo, cada vez son más las empresas y los promotores que defienden la passive house o el low carbón en sus proyectos”. El CEO de ARQUIMA lamenta la ausencia de ayudas concretas, pese a que todas las normativas transitan la ruta de la descarbonización. “Si pagas más por un coche o una lavadora contaminantes, lo lógico sería que ocurriera lo mismo con la vivienda. No olvidemos que la construcción es la responsable del 40 por ciento del total de emisiones de dióxido de carbono. Las decisiones deben ser drásticas”.

La compañía ha construido un buen número de viviendas unifamiliares.

Además de una crisis sanitaria sin precedentes, la irrupción del COVID-19 ha tenido otra serie de profundas implicaciones que ponen en cuestión cada uno de los elementos de nuestra cotidianeidad, vivienda incluida. “La posibilidad de nuevas pandemias lleva a la Construcción a vivir un antes y un después. Los expertos apuntan a que la tendencia será la apuesta por viviendas más naturales, más sostenibles y más saludables y este cambio de paradigma también se traslada a los equipamientos como escuelas, hoteles, oficinas u hospitales”.   

Industrialización en ARQUIMA y cambio de paradigma

Las viviendas pasivas regulan la temperatura, la humedad, las concentraciones de CO2 y otros patógenos y contaminantes. Además de contar con un aislamiento adecuado, este tipo de viviendas filtran todo el aire que se introduce para la renovación higiénica. ARQUIMA añade el valor diferencial de la industrialización de cada paso. “A diferencia del modelo tradicional de construcción, somos capaces de prefabricar la envolvente completa del edificio y trasportarla”.

Fábrica de ARQUIMA.

José Antonio González aclara que la industrialización no implica que el precio final baje. “Lo que garantizamos es que no hay desviaciones, y esto sí es un cambio de paradigma. Sabemos hasta los tornillos y los clavos que vamos a utilizar. Por mucho que se alargue un proyecto, no hay sorpresas para el cliente. Preparar el proyecto con ese nivel de detalle es una ardua tarea, pero el trabajo a partir de ahí es mucho más ágil”, concluye el CEO de ARQUIMA.

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