Arthromodel: la empresa murciana que revoluciona la cirugía con modelos anatómicos hiperrealistas únicos en el mundo

Hablamos con el biólogo José Antonio Acosta, cofundador de la empresa que ha cerrado acuerdos con Johnson & Johnson y otras multinacionales del sector
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José Antonio Acosta (derecha) Y Pedro Enrique Martínez, fundadores de la empresa.

El máximo realismo ha llegado a los modelos anatómicos artificiales. José Antonio Acosta, biólogo, doctor en ciencias de la salud e inventor, y Pedro Enrique Martínez, técnico universitario en anatomía, han unido sus conocimientos para cubrir una demanda no satisfecha de cirujanos y estudiantes de medicina. El resultado es Arthromodel, la empresa instalada en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Murcia (CEEIM). Dos años de andadura han bastado para posicionar el carácter único de sus modelos sintéticos y despertar el interés de empresas como Johnson & Johnson, Stryker o Smith & Nephew.

“Ofrecemos un servicio para que los profesionales puedan ensayar y hacer prácticas casi inédito en España”, explica José Antonio Acosta a este periódico. “Nos ajustamos a aquella parte de la anatomía humana que nos pida el cliente. Lo abordamos con una formulación propia de materiales; material rígido que puede ser mecanizado. Más tarde dimos un paso adelante y logramos recubrirlo de tejido blando”. Las técnicas que emplean van desde el modelado por ordenador y la impresión 3D a la pura artesanía.

Johnson & Johnson

El acuerdo con Johnson & Johnson Institute fue un hito para Arthromodel. “Les llamó la atención nuestro recubrimiento de esqueleto y nos propusieron llevarlo más lejos”, detalla Acosta. “Lo que tenemos claro es que replicar la anatomía al completo es imposible, pero sí es factible hacerlo por partes”. Y la ‘parte’ que les pide la multinacional norteamericana fue un modelo realista del pie de una paciente que había sufrido además una fractura complicada.

“Fue un éxito para nosotros y para ellos. Reunieron a 20 cirujanos en Madrid y operaron el mismo pie patológico todos a la vez. Pusieron en común los resultados, debatieron posibles abordajes… El modelo era hiperrealista: incluimos líquido sinovial, incluso sangraba”, relata el cofundador de la empresa.

La compañía murciana viene a cambiar las dinámicas asentadas hasta el momento. “Normalmente, estos profesionales trabajan con piezas de cadáver. Pero el modelo natural no tiene necesariamente una patología, y menos tan específica. Con el material blando somos capaces de ofrecer una enorme fidelidad morfológica. Cuando el cirujano hace una incisión encontrará fragmentos de hueso fracturado, podrá desplazarlos y recolocarlos, etc”.

Valor diferencial

Cada modelo desarrollado por Arthromodel es totalmente diferente. Los protegemos sobre todo con Secreto Industrial. "De todos modos, no es lo mismo lo que nos pide un cirujano de trayectoria contrastada que un estudiante de medicina. Y todo depende del presupuesto. Si no es un proyecto exclusivo, la idea es venderlo a otros clientes. Innovar también es optimizar los procesos y reducir los tiempos”.

En cuanto a los materiales, una de las joyas de la corona de la empresa, José Antonio Acosta confirma que son un verdadero “dolor de cabeza” ya que no existe un mercado específico. “Los materiales son de una diversidad brutal. Depende del cliente; si pretende que incluyamos nervios, tendones, ligamentos… A veces la inspiración llega en un puesto del mercadillo donde venden cordones que podrían servir para un uso específico por consistencia y flexibilidad. Hablamos de un intenso trabajo de I+D dirigido a combinar, ensayar, probar adherencia y compatibilidad o evitar inhibiciones”.

El biólogo celebra que el sector de la salud se mueva en una corriente favorable a la innovación. “Cuenta con recursos y con personas dispuestas a apostar por cosas nuevas. A menudo, el cliente no sabe a ciencia cierta lo que va a recibir. Ellos nos dan la carta de los Reyes Magos y tratamos de cumplir, pero por el camino establecemos una relación de confianza y generosidad mutua. No está todo reglado, sino que recibimos unas pautas, enviamos prototipos que son evaluados, seguimos perfeccionando… Es un trabajo largo”.

Lo próximo

Acosta es cauteloso con el corto plazo de Arthromodel. “Estamos contentos, pero necesitamos dos o tres años enlazado proyectos para consolidarnos definitivamente. No está entre nuestros objetivos prioritarios, pero no cerramos la puerta a posibles inversores que nos ayuden a escalar. Poco a poco, percibimos la llegada de posibles competidores. Por el momento no existe un modelo tan personalizado y sofisticado como el que somos capaces de fabricar. Se trata de un trabajo tan complejo que la competencia nos da igual; hay trabajo para todos”.

El experto recuerda que, cada movimiento de bisturí, en cualquier parte de la anatomía humana, requiere de un ensayo previo. “Asistimos a una revolución de la cirugía. Empresas y profesionales quieren pasarse al modelo artificial”. José Antonio Acosta alude a una problemática añadida. “Trabajar con cadáveres implica muchas limitaciones. Solo es posible hacerlo en universidades u hospitales después de infinitos trámites burocráticos. Nuestros clientes pueden reunirse para operar en el salón de un hotel. Además, con el COVID, muchas personas que habrían donado su cuerpo a la ciencia, fueron incineradas. Es una coyuntura trágica que ha provocado un déficit de modelos naturales”.

De muchos proyectos que Arthromodel tiene en cartera, Acosta no puede dar muchos detalles. El cofundador de la empresa anuncia que, en septiembre, durante el 59 Congreso SECOT que se celebra en Valencia, presentarán nuevos modelos de mano y antebrazo, también con fractura, mejorados y perfeccionados. “Es una continuación del trabajo previo. La idea es que sea material traslúcido, que el hueso asome, incorporar tendones… es realmente avanzado”, concluye.

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