SEVILLA- El Consejero de Turismo y Andalucía Exterior de la Junta de Andalucía, Arturo Bernal, ha participado esta mañana en el Foro Regiones Innovadoras dentro de TIS – Tourism Innovation Summit, la cumbre mundial de la innovación turística que mañana concluye en Sevilla. Para el responsable público, la industria se enfrenta al reto de la sostenibilidad medioambiental, económica y, de manera más intensa en los últimos tiempos, social. “Toda actividad económica genera externalidades, positivas o negativas. Son los efectos no deseados los que generan los retos a los que nos enfrentamos, algunos con intereses ocultos detrás”.
Bernal ha detallado cómo la tecnología les ayuda a radiografiar la situación del impacto del turismo con más nitidez. En la idea de llevar a cabo un análisis “casi quirúrgico”, la Empresa de Turismo de Andalucía puso en marcha recientemente la Oficina del Dato. “La intuición y la experiencia son importantes, pero aplicamos una gestión basada en evidencias. Este es el gran cambio del turismo en Andalucía en los últimos años. El dato mata al relato. Y lo llevamos a rajatabla”.
Frente a la turismofobia, la consejería está impulsado acciones de carácter divulgativo y pedagógico. “La idea es que todo el mundo perciba que el turismo es una buena actividad y una industria potente; con más empleados y más ingresos que ninguna y las mejores interrelaciones. El turismo no solo beneficia a la hotelería o a la restauración, sino a 81 actividades más, tan diversas como la metalurgia, el comercio minorista, la fabricación de muebles o la agroalimentación”.
“Algunos argumentan que las ciudades deben ser para las personas. ¿Acaso los turistas no lo son?”
En opinión de Arturo Bernal, es el municipio el que debe decidir qué modelo de ciudad y de turismo quiere. “Desde la administración trabajamos para que nuestras ciudades, destinos, entornos urbanos y rurales, sean atractivos. Cuando creamos marca Andalucía lo hacemos no solo pensando en el turismo, sino en tener buenos lugares donde vivir e invertir”.
El consejero insistía en la pedagogía y en el relato tergiversado. “Se ha elegido un mal culpable de la crisis de la vivienda. El turismo no impide que la gente tenga una vivienda. ¿Con cuántos datos se ha llegado a esa conclusión?”. Bernal ponía como ejemplo la situación de su ciudad natal, Málaga, con una demanda de entre 4.000 y 5.000 viviendas que hoy no puede ser cubierta. Paradójicamente, en la capital de la Costa del Sol hay 16.000 viviendas cerradas. “Los propietarios las han sacado del mercado. La Ley de Derecho a la Vivienda les convierte casi en delincuentes. Todos los derechos son para el inquilino. El propietario prefiere esperar a que pase la tormenta”. La consecuencia de esa menor oferta es una subida de precios.
“Estamos de acuerdo con que las viviendas turísticas deben ser bien ordenadas, como los hoteles y los campings”, añadía. “Pero, tirando por lo alto, en Andalucía la vivienda turística representa un 4 % del total. No es la causante del problema del alquiler. La irresponsabilidad pasará factura a algunos partidos políticos. Deben ser más rigurosos. Algunos argumentan que las ciudades deben ser para las personas. ¿Acaso los turistas no lo son?”
Un nuevo paradigma
El consejero ha explicado que desde su ámbito de actuación están modulando la estrategia de ‘captación’ para alcanzar nuevos públicos, como los integrantes de la Generación Z (nacidos entre 1995 y 2010), “que serán quienes gasten dinero en los próximos 35 o 40 años”, y que parten con la ventaja de la homogeneidad. “Es igual el Z de España, que el de China o EEUU”. Esta perspectiva les ha llevado a utilizar mensajes más disruptivos en sus campañas de promoción y a perfeccionar el marketing turístico.
En paralelo, Arturo Bernal no duda que la inteligencia artificial, “una tecnología que llegó hace muchos años”, servirá para catalizar y extraer el máximo partido al boom de nuevas herramientas innovadoras que en no pocas ocasiones quedan en desuso porque el sector y los propios turistas “no han podido o no han sabido utilizarlas”.