Un equipo internacional, que cuenta con participación española del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha desarrollado un proyecto pionero que combina la tecnología dron con la astrofísica para ayudar a la conservación de especies en peligro de extinción. Para ello, se han empleado aviones no tripulados equipados con cámaras infrarrojas y técnicas de detección utilizadas para analizar las imágenes astronómicas.
El uso de drones para vigilar la distribución y densidad de las poblaciones de animales no es nuevo. Sin embargo, hasta ahora, los drones empleados en estos estudios tienen cámaras en el rango visible (la luz que detecta del ojo humano), lo que tiene ciertas limitaciones. Por ejemplo, estas cámaras son útiles sólo durante el día, por lo que se pierde la actividad de muchos animales nocturnos y tampoco sirven para controlar la caza furtiva. Sin embargo, las cámaras infrarrojas pueden utilizarse tanto de día como de noche y, además, al diferenciar entre la temperatura corporal de los animales y el entorno, distingue también mejor entre los objetos que debe investigar y los que no.
En este estudio, publicado en la revista International Journal of Remote Sensing, la innovación más importante está en haber aplicado un software libre de detección de fuentes astronómicas para identificar animales en imágenes infrarrojas obtenidas con drones. Steven Longmore, primer autor del artículo, ha explicado que, si bien «los astrofísicos hemos usado cámaras infrarrojas desde hace décadas”, el factor decisivo ha sido “que las técnicas que hemos desarrollado para encontrar y caracterizar los objetos más distantes del Universo son exactamente las que hacen falta para encontrar e identificar animales en imágenes térmicas con drones”.
Longmore también ha afirmado que, como cada especie animal tiene un perfil de calor diferente que actúa como una huella térmica, el objetivo ha sido “construir una completa base de huellas y un programa automatizado de identificación que sirva como base para todos los esfuerzos futuros en este campo». Por su parte, el investigador del IAC Johan Knapen, ha destacado que esta nueva aplicación de estas dos tecnologías, “también introduce el uso de los drones en el conjunto de herramientas tecnológicas que utilizamos para obtener imágenes térmicas, incluyendo telescopios espaciales y terrestres”.
Pérdida de biodiversidad, gran amenaza
La pérdida de biodiversidad y el consecuente colapso de los ecosistemas es uno de los diez peligros más importantes que enfrenta la humanidad. Y con este avance, los investigadores creen que se podrá luchar de forma más eficiente contra la deforestación ilegal, la caza furtiva y la fragmentación del hábitat, que afectan a muchas especies en peligro de extinción.
No obstante, tal y como ha enfatizado el investigador Serge Wich, el equipo espera que, a la larga, este avance permita “que cualquier persona en cualquier lugar del mundo pueda cargar sus datos aéreos y, en tiempo real, tener las geo-localizaciones de lo que haya fotografiado, ya sean supervivientes de desastres naturales, cazadores furtivos acercándose a especies en peligro de extinción o, incluso, el tamaño, peso y salud del ganado”.