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Aulas Tecnópole, protagonistas del Exporecerca Jove de Barcelona

Exporecerca Jove

Los alumnos de las Aulas Tecnópole han participado en el Exporecerca Jove de Barcelona, el mayor certamen científico de España, con un gran resultado, ya que quedaron en primer y tercer lugar, además de lograr un áccesit. Estos puestos les permitirán participar en la principal feria científica de Europa y a otra de referencia en los eventos científicos, localizada en Latinoamérica (Expo-Sciencies y la feria científica de Natal). En segundo lugar quedaron los estudiantes de Vizcaya que ganaron la Galiciencia 2015.

Sin duda alguna, Clara Mingyue López e Iria Ollero han sido las grandes protagonistas de este certamente. Ganaron el primer premio de la categoría de segundo ciclo de la ESO en la Exporecerca, con un kit de bajo coste para realizar prácticas de genética. “Las alumnas desarrollaron su propio prototipo utilizando la impresión en 3D y con un coste muy inferior a los dispositivos de estas características que existen en el mercado”, destacan desde las Aulas. Gracias a este galardón, Clara e Iria mostrarán en la Expo-Sciencies Europe (que tendrá lugar en julio en Toulouse, Francia), la segunda fase de su proyecto, que consiste en realizar pruebas en los centros educativos para evaluar si se cumple el objetivo de mejorar el aprendizaje de los estudiantes de Secundaria sobre genética gracias al uso de este kit. Además de este galardón, el proyecto de Iria y Clara se ha llevado tres premios especiales, otorgados por entidades colaboradoras en el certamen: la Fundación Ciència en Societat, el diario Ara y la empresa RICOH American Corporation.

Los otros finalistas de las Aulas Tecnópole, Martín Ansia y Miguel Rodríguez (tercer premio), han trabajado sobre la espectrofotometría, la medición de la cantidad de energía radiante que absorbe o transmite un sistema químico en función de la longitud de onda. Los dos inventores han sido capaces de determinar cuándo debe ser sustituido el aceite para evitar las alteraciones químicas provocadas por una reutilización excesiva que resultan tóxicas para el consumo. “De los análisis se desprende, como norma general, que el aceite que se usa a un ritmo de tres veces por semana no debe conservarse más de tres semanas en la freidora”, explican.

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