La Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y la Universidad de Valencia (UV) han evaluado los efectos del cambio climático en la productividad de dos especies de aves: el carricerín real y el carricero común. Para ello, han llevado una metodología de muestreo que ha consistido en la captura de aves mediante redes de niebla, para su caracterización biométrica, datación, sexado, anillamiento -identificación que suele poner en las patas- y su posterior suelta. Unas redes, cabe destacar se despliegan al amanecer y con sesiones de duración de hasta cinco horas.
Pau Lucio es profesor asociado del Departamento de Ciencia Animal en el Campus de Gandía de la UPV, y este trabajo, publicado en Bird Study, forma parte de su tesis doctoral. Según él, se ha podido llegar a las conclusiones a través de la utilización de un modelo llamado Smarts Multiple Adaptative Regression Splines, que es un modelaje donde la variable respuesta ha sido la productividad en nombre de juveniles por adultos que se han encontrado en diferentes estaciones de anillamiento alrededor del país y se ha comparado con la temperatura media y la precipitación acumulada.
El objetivo de la investigación, ha declarado, ha sido comprender en qué medida diferentes factores climáticos o geográficos están afectando a la productividad; esto es, “a la relación entre el número de individuos juveniles nacidos un determinado año y el número de adultos de ambas especies, utilizando para ello una gran base de datos con 25 años de anillamientos en los humedales españoles”.
Con estas dos variables se han podido llegar a las conclusiones, pero antes de hacer este modelaje lo que han analizado es qué periodo es el sensible, porque muchas veces en los estudios se comparan un mes, dos meses o un periodo determinado. “Nosotros lo que hemos hecho primero es localizar y encontrar el período más sensible para estas dos especies, tanto de temperatura como de precipitación y hemos procedido al modelaje con las diferentes precipitaciones y temperaturas de cada estación meteorológica más próxima a cada estación de anillamiento”, ha explicado.
Así, su estudio se ha centrado en comparar dos especies simpátricas -es decir, con poblaciones reproductivamente aisladas-, dos especies que habitan los marjales. “Por una parte, el carricerín real, que es una especie que tiene un requerimiento ecológico digamos más restrictivo, un hábitat menos general y más específico, con un mosaico de plantas acuáticas con espacios abiertos dentro de los marjales, con composición que no sea únicamente de carrizo. Es una especie también residente o de corta migración, que se mueve por poca distancia”.
Y por otro, el carricero común. “Este carricero común tiene una amplia distribución, mucho más amplia que el carricerín real, ocupa toda Europa y aparte tiene un componente que es la tecnología migratoria, porque pasan en el invierno en África. Y su requerimiento de hábitat es mucho más general, habitan en hábitats no tan específicos, no tan bien conservados como es el caso del carricerín real”, ha comparado el investigador de la UPV.
El impacto del cambio climático
En cuanto a los resultados, según él, el cambio climático tiene un gran efecto sobre las aves en numerosos estudios. “Lo que se ha visto, por ejemplo, es que un desacople entre el pico de alimento, pongamos como ejemplo el pico de emergencia de orugas, con el pico de demanda que tienen las aves para conseguir insectos para alimentar los pollos”. Ese desacople, al parecer, viene por la temperatura, básicamente. Así, al aumentar las temperaturas, se produce un adelanto de esta producción máxima de alimento que no se ajusta, se desacopla a esa demanda máxima que necesitan las aves.
“Y también tenemos ejemplos con la precipitación -continúa el investigador-. Las lluvias torrenciales durante la época de nidificación lo que producen es una gran mortalidad de los individuos en los nidos, no tanto en los adultos, pero sí los pollos. Porque por una parte se enfrían, se humedecen, pierden el aislamiento térmico que les proporcionan los padres y el plumaje». Y lo que ocurre también es que, durante ese periodo, si se prolonga bastante, los padres no pueden encontrar alimento e insectos y mueren de inanición.
De este modo, el estudio concluye que, dada la situación actual de emergencia climática, es probable que las poblaciones de carricerín real disminuyan, mientras que las poblaciones de carricero común podrían aumentar.