En el mundo hay 83 millones de personas amputadas que no pueden acceder a ningún dispositivo de ayuda. Esta situación acarrea problemas, ya que tienen menos probabilidades de ser escolarizadas. El desempleo y la vulnerabilidad sobrevuelan constantemente su día a día. Guillermo Martínez, CEO de Ayúdame3D, se propuso cambiar para siempre una realidad que parecía inamovible, pero a la que la tecnología de impresión 3D y la buena voluntad han dado un giro de 360 grados.
Constituida como entidad social, Ayúdame3D creó el primer brazo mecánico para personas sin codo. Desde entonces, sus famosas trésdesis de manos y brazos han cambiado la existencia de más de 500 personas en 55 países. Martínez y su equipo se encargan del diseño, la fabricación y la entrega de cada una de estas ayudas. Todo de forma gratuita. “Nuestra filosofía es que la innovación y la tecnología deben ayudar a mejorar el día a día de la gente”, explica a Innovaspain Laura Martín Torruella, cofundadora y responsable de Comunicación de Ayúdame3D.
Del voluntariado a la profesionalización
El proyecto nació en 2017, en la habitación de Guillermo Martínez. En el año 2020, Ayúdame3D entra a formar parte del programa de aceleración de La Nave, el centro de innovación del Ayuntamiento de Madrid. “De pronto todo cambió. Del voluntariado que habíamos practicado hasta entonces, pasamos a un modelo que nos permite incrementar las ayudas y, además, hacerlo de manera sostenible económicamente. Descubrimos que se puede vivir de hacer el bien”, afirma Laura Martín.
En La Nave, formaron un equipo profesional (hoy lo integran entre 10 y 12 personas, depende del proyecto). “Allí pudimos poner en marcha nuestra propia fábrica. De tres impresoras pasamos a las actuales 30, por lo que nuestra capacidad productiva se ha multiplicado. En La Nave, mentorías y formaciones aparte, nos retroalimentamos con otros emprendedores e intercambiamos experiencias a lo largo de distintas fases. El mundo del emprendimiento es bastante solitario: no sueles ver más allá de tu realidad y la de tú empresa. Los responsables de La Nave se preocupan de que las startups que alojan extraigamos toda la riqueza posible del camino compartido”.
Colaboradores
La gratuidad de las trésdesis es posible gracias a distintas acciones. Además de las aportaciones mensuales de los socios y las donaciones esporádicas, Ayúdame3D se ha posicionado como una referencia en el diseño y fabricación de trofeos y merchandising solidario para empresas, productos siempre elaborados con material reciclado y 100 % personalizados.
Entre sus clientes encontramos corporaciones como Amazon, Coca-Cola o PlayStation. Adicionalmente desarrollan programas de Responsabilidad Social Corporativa donde los empleados participan en la creación de las trésdesis. “Favorecemos un ambiente empresarial más ético y solidario. Comprueban de primera mano la labor que hacemos. A partir de ahí, el boca-boca está funcionando muy bien”, argumenta Martín.
En colegios y centros educativos, además de mercadillos solidarios, Ayúdame3D, orquesta el Programa Helping, basado en el aprendizaje tecnológico-social que nace de la filosofía learning by helping. Dirigido a estudiantes de 4 de primaria a 4 de ESO, el alumnado se forma en diseño e impresión 3D. El programa atiende al desarrollo de competencias sociales, cívicas, tecnológicas y emprendedoras. “La implicación de los estudiantes es brutal. Si conseguimos plantar en ellos esta semilla, avanzaremos en un cambio de mentalidad necesario para plantearnos las cosas de una manera diferente. Nos esforzamos para crear impacto positivo. Los beneficios que obtenemos los reinvertimos en nuevas ayudas”.
I+D
El proyecto atraviesa un buen momento. “Recogemos los frutos después de años de mucho trabajo”. Martín Torruella explica que han crecido lo suficiente como para permitirse crear un departamento propio de I+D. “Es fundamental. Las trésdesis están maduras, pero sabemos que hay mucho por avanzar en la ideación y el desarrollo de nuevas ayudas”.
La responsable de Comunicación de Ayúdame3D recuerda que la gran fortaleza que atesoran es poder crear dispositivos que no existían. “Hay problemas que solo afectan a una persona o a un grupo muy pequeño. A nadie le interesa investigar y darles una solución porque no es rentable; ahí entramos nosotros. Ahora podemos pasar un año y medio trabajando en un dispositivo. Ese es nuestro mayor orgullo”.
Las trésdesis son la joya de la corona, pero no integran la única propuesta de Ayúdame3D. La entidad ha colaborado en el proyecto Chemobox, consistente en cajas personalizadas para cubrir bolsas de quimioterapia en hospitales. Por otro lado, los 3DLabs les facilita llegar más lejos mediante la creación de aulas tecnológicas en países en vías de desarrollo. De este modo, tejen redes de ayuda independientes.
Existe otra vía para contribuir al crecimiento de Ayúdame3D. La iniciativa ofrece la opción de voluntariado para los propietarios de impresoras 3D, dentro del programa HELPERS3D. Se trata de una opción solo disponible para personas residentes en España, por motivos logísticos. “Estamos muy contentas, pero no vamos a bajar la guardia. Seguiremos trabajando ubicando siempre a las personas en el centro. Es hora de actuar y de demostrar que el emprendimiento genera impacto social”, concluye Martín.