El actual modelo de agricultura intensiva -insostenible debido a las elevadas emisiones de carbono-, el incremento en el precio de los combustibles y fertilizantes o los ya palpables efectos del cambio climático nos abocan a una crisis ecosocial de magnitudes globales. Para intentar evitar el colapso, en 2020, y en plena pandemia, nacía en Barcelona Azolla Projects.
“La solución a todos estos problemas la encontramos en la agricultura regenerativa”, explica a este periódico Jerónimo Pellicer, CMO y uno de los fundadores de la startup. “Debemos secuestrar carbono en vez de emitirlo. Tratamos de incentivar a los agricultores en la transición hacia un nuevo modelo que se adapte al cambio climático y mitigue sus efectos produciendo alimentos de forma sostenible”.
Su propuesta para lograrlo no es usual en España. El programa de carbon farming de Azolla Projects pone en contacto a agricultores que capturan carbono y reducen emisiones en sus explotaciones, con empresas que han demostrado tener conciencia climática y planes de descarbonización activos. “Los agricultores crean créditos regenerativos que adquieren las empresas para alcanzar la neutralidad de emisiones”, argumenta Pellicer. “Nuestro principal valor es la calidad del crédito. No competimos en precio, precisamente para poder pagar al agricultor una cifra que cubra su transición sostenible”. Los créditos regenerativos de Azolla Projects consisten en compensaciones Km 0. “Inciden directamente en el ecosistema local, a diferencia de los créditos forestales”, añade.
2023, año clave para el carbon farming en España
Países como Australia o Estados Unidos acumulan experiencia en carbon farming, no así España. “Lo que nos diferencia de las demás iniciativas es nuestra proximidad local. Pensamos que es necesario abordar las metodologías con esta cercanía. No es lo mismo realizar carbon farming en Suecia que en España. Por otro lado, en Azolla Projects queremos actuar como garantía anti green washing, basándonos en resultados y no en modelos matemáticos”.
Después de tres años de andadura, la startup dispone de una primera versión de su metodología, dos pilotos en marcha y han firmado colaboraciones “importantes” con “organizaciones referentes” del sector. “Estamos en contacto con distintas administraciones para avanzar en la regulación del carbon farming en España. Detectamos interés por lo que hacemos. Quizá lo más complejo sea tener que innovar con recursos limitados mientras seguimos en la constante búsqueda de financiación para continuar con nuestra hoja de ruta”.
La empresa formó parte del programa Seedbed de EIT Food en Bilbao. Allí se hicieron una idea más clara de la estructura de costes que debían asumir y conectaron con centros tecnológicos y partners. También entraron en contacto con el equipo de Regenerative Revolution. “La relación con el EIT Food ha continuado y seguimos recibiendo valor por su parte. Ser parte del programa nos ayudó a poner el foco en lo que realmente necesitábamos y a plantearnos cosas que no habíamos contemplado. No hay duda de que aceleramos”, asegura Jerónimo Pellicer.
A lo largo de 2023, Azolla Projects prevé iniciar el primer proyecto de carbon farming de España en como mínimo 3.000 hectáreas de cuatro comunidades autónomas: Cataluña, Aragón, Andalucía y Comunidad Valencia, y constituir la Alianza por el Escalado de la Agricultura Regenerativa en España, que desde la empresa están impulsando.