Baby Safety, el sistema anti muerte súbita de lactantes creado por una estudiante gallega

Con 17 años, Iria Ollero desarrolló en las Aulas Tecnópole un completo dispositivo de carácter preventivo
El sistema preventivo contra la muerte súbita en bebés denominado Baby Safety
El sistema preventivo contra la muerte súbita en bebés denominado Baby Safety

Quedó impactada por una noticia que leyó en el periódico sobre la muerte súbita del lactante. Tanto como para preguntarse si podía hacer algo para combatirlo. La respuesta llegó en forma de un dispositivo de alerta que ella misma, Iria Ollero Cadilla, ha desarrollado para la prevención de este tipo de fallecimientos repentinos.

“Decidí buscar información acerca de este síndrome porque era desconocido para mi y, al leer que no existen causas conocidas por las cuales sucede, surgió mi deseo de intentar reducir el número de casos con el desarrollo de un sistema propio”, recuerda esta joven gallega.

El proyecto, que ha denominado Baby Safety, nació en el marco de las Aulas Tecnópole. Como ella misma señala, sin este parque tecnológico nunca hubiera desarrollado el sistema por el que ha recibido varios reconocimientos. Además, otro “pilar fundamental” en todo este trabajo ha sido David Ballesteros, su tutor en dicho centro. “Siempre hay momentos en los que las cosas no salen o no son como quieres y él siempre estuvo ahí ayudándome y aconsejándome”, dice esta universitaria de 19 años que actualmente está estudiando ingeniería biomédica en la Universidad de Vigo.

Al detalle

El proyecto lo comenzó hace dos años, cuando cursaba segundo de Bachillerato. Por eso tiene tanto mérito su capacidad para diseñar con total precisión técnica cuatro dispositivos integrables en la cuna y en la ropa del bebé que permitan controlar la posición, la temperatura y el pulso mientras duerme. El objetivo es reducir la probabilidad de que un lactante padezca la muerte súbita infantil.

Iria Ollero Cadilla explica el funcionamiento de Baby Safety a unos escolares

“Aunque sean cuatro sistemas que fueron diseñados para trabajar de manera conjunta, ya que unos se complementan con otros, se pueden utilizar de manera independiente según las necesidades de los padres y madres”, explica ella misma. “Además se podrían incorporar en guarderías y hospitales, y de esta manera se puede conseguir que, controlando una serie de parámetros, como son la posición, temperatura y el pulso del bebé, se pueda reducir el riesgo de padecer este síndrome”.

Prima en todo momento el bienestar del lactante, ya que, como apunta Ollero Cadilla, “si el bebé no está cómodo, los sensores no van a realizar su función”. En general ha tenido que cuidar hasta el más mínimo detalle de todo el proyecto. “En el diseño de los sistemas, por ejemplo, he intentado que estos fuesen lo más estéticos posibles”.

También en el desarrollo del body tuvo que estudiar “distintas colocaciones del sensor del pulso para que le fuese lo más cómodo posible para el bebé”. Analizó en profundidad las posibles ubicaciones de los sensores “para que realizasen su función lo mejor posible”. Algo que aparentemente puede parecer fácil, resultó ser una de las labores más complicadas del proyecto.

Varios premios

Pero todo ese trabajo ha tenido su recompensa. Baby Safety ha conseguido el premio de los participantes en la Exporecerca Jove 2018 (Barcelona) y los máximos galardones de Festiciencia (Ponteceso), Open Science Cambre (Cambre) y Ciencia en Acción –en la categoría de Biomedicina y Salud– (Viladecans). El último reconocimiento, a mediados de marzo, ha sido el Premio Nacional Don Bosco. Además, este año ya tiene previsto presentar su proyecto a otros dos eventos científicos, la Zientzia Azoka, que se celebra en mayo en Bilbao, y el Science on Stage, que este año se celebrará en Cascais (Portugal) el próximo mes de octubre.

Iria Ollero Cadilla tras recibir el Premio Nacional Don Bosco.

La futura ingeniera biomédica reconoce que cada uno de estos galardones le hacen “mucha ilusión” porque reconocen “todo el trabajo que hay detrás del proyecto”. “Pero si me tengo que quedar con alguno, estos serían el primer premio en Ciencia en Acción, porque dejando el premio de lado, fueron muchas las felicitaciones recibidas, que me motivaron a seguir haciendo esto que me gusta; y la Open Science, porque me da acceso a la feria de Bilbao, en la que tenía muchas ganas de participar”.

También destaca el premio Don Bosco porque comprobó que diversas empresas e instituciones se interesaban por el proyecto.Afirma que aún no se ha planteado la opción de comercializar su sistema. “La verdad es que me gustaría hacerlo –dice–. En cada feria que vamos nos animan a que lo comercialicemos”.

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