Back Market es el primer market place del mundo 100 % dedicado a la venta de dispositivos electrónicos reacondicionados. La compañía, fundada por Thibaud Hug de Larauze, está presente en 16 países y España, donde llegó en 2016, es su tercer mercado, solo por detrás de Francia y Estados Unidos.
Hace unos días, Back Market presentaba en La Gatoteca de Madrid (un lugar destinado al refugio y la adopción de gatos) su nueva campaña, vinculada a los datos de un estudio elaborado junto a la ADEME, la agencia francesa para la transición ecológica. ¿El objetivo? Demostrar el impacto medioambiental que genera el hardware tecnológico y argumentar por qué apostar por los reacondicionados -que, como los gatos, tienen varias ‘vidas’- conlleva un beneficio para nuestro entorno (y nuestro bolsillo).
Nathanael Berbessou, director general de Back Market en España, explicaba que la voluntad de la empresa es darle la vuelta a la manera en la que hasta ahora hemos consumido la tecnología. “La naturaleza humana tiende a desear la última novedad. En el caso de la tecnología, es innegable que ha cambiado nuestras vidas y que hoy todos tenemos un móvil, una tablet o un portátil de los que no podemos prescindir. Ofrecemos una alternativa más responsable. Podremos seguir disfrutando de la tecnología con menos impacto”.
El peso de la novedad
Cuando Thibaud Hug de Larauze puso en marcha una plataforma íntegramente dedicada a la venta de reacondicionados, pero generando las condiciones óptimas de confianza para el consumidor, se trataba de una tipología de productos desconocida y casi despreciada.
“Si no te podías comprar el último iPhone, no tenías más remedio que renunciar a él”, apuntaba Berbessou. “Cuando hablamos de transición ecológica, muchas veces nos referimos a sacrificios y renuncias. Nosotros preferimos una revolución más alegre, donde bajar el ritmo de consumo implique vivir mejor”.
El directivo considera que la propuesta de valor de Back Market encaja bien con la filosofía del consumidor español. “Por una parte, le gustan las marcas y la tecnología, pero también le encanta poder hacerse con ello a mitad de precio. En España se da la tormenta perfecta para que podamos crecer. Normalmente, la opción más ecológica -en energía, moda, alimentación o transporte- es también la más cara. El reacondicionamiento alinea ambas variables”.
El estudio
Los datos desgranados por Nathanael Berbessou tienen en cuenta el ciclo de vida completo de un dispositivo electrónico para medir su impacto en el medio ambiente: extracción de materias primas, fabricación de componentes, ensamblaje, transporte, uso y -si no es reacondicionado- fin de vida.
Según detallaba el responsable de Back Market, el uso no es lo que más contamina (alrededor de un 25 % del total de la huella ambiental). El grueso de los efectos nocivos sobre el entorno se sitúa en los primeros eslabones de la cadena.
Para fabricar un teléfono móvil son necesarios 80 kg de CO2 (casi 500 km en coche), extraer 260 kg de materias primas para obtener una pequeña cantidad de oro y cobre o emplear más de 68.000 litros de agua, el equivalente al consumo de una persona a lo largo de 100 años. Con las tablets y los ordenadores las cifras asustan aún más.
Detrás del reacondicionado se ubica la lógica expresada por Berbessou. “En los dispositivos ya fabricados hay un porcentaje del daño que es irreversible. Pero si salimos de la economía lineal y confiamos en los reacondicionados evitaremos incurrir una y otra vez en la extracción y la fabricación y mitigaremos una parte importante del daño”.
Entre la obligación y la obsolescencia
“Queremos hacer ver a la gente que, si aún no han comprado un producto reacondicionado, se debe al peso de las costumbres”, continuaba Berbessou. Las grandes marcas como Samsung o Apple se han encargado de mantener viva la llama. Un caldo de cultivo donde cada dos años hay que cambiar de teléfono por muy bien que funcione. “Somos humildes. Sabemos que no vamos a salvar el mundo, pero si ayudamos a que cada vez más personas se lo piensen antes de comprar un dispositivo nuevo, habremos cumplido con nuestra misión”.
La potencia del movimiento que representa Back Market ha calado en los fabricantes, que ya toman nota. La propia Apple ha empezado a vender productos reacondicionados. “Las marcas tienen que involucrarse y, por ejemplo, poner a nuestra disposición las piezas de recambio. No olvidemos que no hace tanto que no era posible abrir un iPhone fuera de una tienda Apple. Que comiencen a vender reacondicionados, aunque sea en un porcentaje muy pequeño, es positivo. Envía un mensaje de fiabilidad general hacia los productos reacondicionados”.
El directivo opina que, ante la emergencia climática, los fabricantes deben cambiar de actitud desde el momento en que conciben un nuevo desarrollo. La obsolescencia programada está prohibida, pero sigue viva. Back Market forma parte del movimiento Right ro Repair, que lucha contra estas malas praxis. “Las cosas están cambiando gracias también a la presión de los consumidores, que exigen dispositivos más duraderos. Es cuestión de tiempo”.
Los reacondicionadores
La plataforma conecta reacondicionadores de todo el mundo -más de 1.700 están afiliados a Back Market- con los que ya han dado servicio a más de 6 millones de clientes. “Nuestro mercado toma mucha velocidad, cada vez más personas apuestan por el reacondicionado. Se han liberado de prejuicios”, agregaba Nathanael Berbessou.
Los productos vendidos a través de la compañía tienen dos años de garantía. Como intermediaria, Back Market gestiona cualquier problema que pueda surgir con el dispositivo. “Lo reparamos, lo sustituimos o reembolsamos el dinero. Somos muy estrictos con los reacondicionadores con los que trabajamos, que deben pasar varias auditorías previas y permanentes controles aleatorios”. “A diferencia del producto de segunda mano, el reacondicionado garantiza que los datos personales del dispositivo son eliminados por completo antes de ponerlo de nuevo en circulación”, añadía.
El perfil mayoritario del reacondicionador corresponde a una pyme de 10-15 trabajadores. Hay excepciones notables de otra envergadura, como una empresa instalada en Rivas Vaciamadrid que emplea a más de 200 personas.
La empresa no prevé abrir tiendas físicas, pero el siguiente paso de Back Market en España cubrirá algunos déficit de confianza aún arraigados. “Nos gusta ir a la tienda del barrio y poder hacer consultas en persona”, apuntaba Berbessou. De la mano de un partner con el que ya trabajan, en octubre la empresa prevé activar una red de 38 puntos donde no será posible comprar un dispositivo Back Market, pero sí acudir para que lo reparen.