En junio del pasado año, Bankia e Innsomnia anunciaban en Valencia la puesta en marcha de la primera incubadora y aceleradora fintech de España: Bankia Fintech by Innsomnia, que tendría su sede en la capital levantina. Una convocatoria en la que serían elegidas quince empresas considerando, fundamentalmente, nueve áreas de actividad prioritarias: soluciones de pago móvil y nuevos sistemas de pago; smart data; modelos de anticipación y predicción económica para autónomos, comercios y familias; biometría; escaparate digital; bot advisory; ratings alternativos y gestión del riesgo; agregadores y comparadores, y ciberseguridad.
El director corporativo de Estrategia e Innovación Tecnológica de Bankia, Ignacio Cea, explicaba en aquella presentación que con esta iniciativa pretendían conseguir que los emprendedores contaran con las herramientas y el entorno adecuado “como para no tener que irse al extranjero a desarrollar sus ideas”. En este contexto, el responsable de la entidad afirmaba que necesitaban “un vehículo que nos permitiera acercarnos al mundo fintech y trabajar con él de manera colaborativa, un vehículo en el que poder hacer crecer nuevas soluciones e ideas de manera conjunta con estas empresas”.
El imán para atraerlos era potente. Durante diez meses, los participantes elegidos recibirían formación que les ayudaría a desarrollar su plan de negocio -tanto específica del sector fintech y de los últimos avances de sus competidores a nivel internacional, como financiera-, además de formación transversal actualizada de innovación en otras áreas que pudieran contribuir a evolucionar sus productos.
Dos meses después de su puesta de largo, la iniciativa anunciaba la recepción de 47 candidaturas, en su mayoría con origen en Valencia (15) y Madrid (13), pero también procedentes de otras seis provincias españolas y del exterior (dos candidaturas de Reino Unido, una de Lituania y otra de Colombia). Finalmente, entre octubre de 2016 y junio de 2017, un total de 15 han sido las empresas que han desarrollado su incubación y aceleración en Valencia: ARM, Betterplace, Brickfunding, Chip-Chap, Declarando, Exportory, Handbe, Inespay, Marketpay, Pety Cash, Simple Advisor, Splitfy, The Logic Value, Transfer Zero y Zank.
En aquel momento, los proyectos o spin off presentados equivalían al 40% del sector fintech en España, englobado entonces por unas 120 firmas (que hoy aproximadamente se han duplicado), y la posibilidad de formar parte de Bankia Fintech by Innsomnia suponía, según la propia entidad, una oportunidad para que las startups pudieran “crear spin off fuera de sus países para ampliar su ámbito de actuación”. Un argumento reforzado por la preocupación declarada del sector en muchos países, que aboga por el desarrollo de una normativa legal propia que palíe tanto las limitaciones que se puedan establecer como la capacidad o no de operar en determinados mercados dependiendo de dónde tengan ubicadas sus sedes. Como explicaba Ignacio Cea, “nuestro programa no invierte en las startups, sino que usando su talento y su tecnología buscamos crear soluciones para los clientes de Bankia. Soluciones que, si triunfan, beneficien a nuestros clientes primero y, en consecuencia, a las fintechs con las que las hayamos construido y al resto de nuestros stakeholders”.
Consolidación
Tras poner en marcha una segunda edición de carácter internacional en la que participan desde junio startups de Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Israel o Australia, hace sólo unos días, el 4 de julio, el proyecto confirmaba su madurez y casi doblaba su apuesta tras anunciar que una tercera convocatoria busca 20 ideas nacionales o internacionales “para aportar soluciones y valor a los siete millones de clientes de la entidad bancaria”. Un buen momento para echar la vista hacia atrás y hacia adelante con el propio Ignacio Cea tras meses en los que el proyecto ha caminado en paralelo a la paulatina extensión de un nuevo modo de entender las finanzas y la relación del cliente con las entidades.
Hasta el momento, abrir la puerta a los emprendedores ha sido para el directivo una sorpresa constante, “bien por la tecnología, por su talento, por un profundo conocimiento del negocio o por todo ello junto”. En el último año, el proyecto ha encontrado su lugar. Dice Cea que, “desde la humildad”, han conseguido “no sólo que se nos vea y se nos tenga en cuenta, sino que hemos empezado a crear productos y servicios novedosos que ofrecer a nuestros clientes particulares y empresas, y hacerlo además con un modelo de colaboración con las fintechs que, hasta ese momento, nadie se había planteado en España”.
Testigo de excepción de estos avances, entre las innovaciones llamadas a marcar el paso y a cambiar para siempre el panorama financiero, Cea se queda con la inteligencia artificial y el blockchain. “La primera debería ayudarnos tanto desde un punto de vista de eficiencia, reduciendo significativamente nuestros costes operativos, como de ingresos, mejorando la calidad de nuestros asesoramientos y/o generando productos y servicios nuevos. En cuanto al blockchain promete, de un lado, una mejora radical en los costes de operación, pero de otro, también puede ser el catalizador de nuevos modelos de negocio”- apunta el directivo, para quien en un entorno digital por definición como el financiero –“no producimos nada físico”- hay que mirar más allá de la pura tecnología, hacia los nuevos modelos de negocio que nacen de su utilización, ya sea de mano de las fintech o de otros jugadores de otros sectores.
“Modelos de negocio que incluso las modificaciones regulatorias (PSD2) se están encargando de propiciar y empujar”- añade Cea, que insiste en que la evolución tecnológica es parte “inseparable” del core de funcionamiento de la banca, y en que es posible “que los bancos necesitemos replantearnos los productos y servicios que ofrecemos a nuestros clientes, que tengamos que ir más allá del puro servicio financiero y que lo hagamos en alianza con otras empresas”.
Pese a lo positivo de la ‘trasgresión’ de algunos aspectos del modelo clásico, hace unas semanas, el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, aseguraba que la digitalización tendrá que convivir “necesariamente” con el negocio tradicional, también en la relación con los clientes. Una reflexión compartida por Cea. “Hay clientes que prefieren atención pura digital, los hay que prefieren la tradicional y los hay que la quieren mixta; física para unos temas y digital para otros. Cada cliente es un mundo. Lo que tenemos que hacer es estar con nuestros clientes allá dónde quieran y necesiten al banco. Eso es acompasar el negocio tradicional con la digitalización”. Y el directivo concreta que “digital no es igual y sólo igual a smartphone. Si nos vamos al extremo, se puede llegar a tener un modelo de interacción sólo basado en smartphone y no ser nada digital. Digital es experiencia, es calidad, es eficiencia, es omnicanalidad…”. El apunte gana interés porque, pese la globalización “de todo”, en el ámbito digital los aspectos culturales propios de cada mercado adquieren también gran importancia. “En un tiempo digital, las “hamburguesas”, el dónde se venden, cómo se venden o cómo se aderezan deben tener muchos matices domésticos que las hagan cercanas a quien las consume. Eso sí, nos debemos aprovechar de la tecnología disponible para que hacer todo eso no sea ni más caro ni más lento, sino todo lo contrario”- añade.
Ignacio Cea admite no saber si el Brexit, y cierto ‘trasvase’, puede condicionar que España se convierta en una de las ‘sedes’ por excelencia de las compañías fintech, pero sí considera que “sólo en momentos de cambio se generan oportunidades, y esa oportunidad la tenemos que aprovechar como país”. En cuanto a si la inteligencia financiera podrá evitar un nuevo crack mundial, el directivo responde con una recomendación: la lectura del libro “The singularity is near”, de Raymond Karzweil, donde se analizan el porvenir y el papel de la inteligencia artificial “desde un punto de vista digamos que inquietante”.
Interés también en el exterior
A caballo entre la primera convocatoria, ya concluida, y la que está en marcha, Bankia Fintech by Insomnia miró más allá de nuestras fronteras y lanzó una llamada para empresas internacionales (en principio cinco, finalmente ocho) para unirse a las ventajas de la iniciativa en su sede de la Marina de Valencia a partir de junio de este año. Fueron recibidas 37 propuestas de las que fueron seleccionadas empresas procedentes de Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Israel y Australia.
Como aseguraba en su presentación la directora del Observatorio de Innovación de Bankia, Mariel Vázquez, «para el talento no hay fronteras», y se declaraba convencida de la necesidad de una convocatoria como ésta. «La edición internacional permitirá a la entidad y a la aceleradora, en algunos casos, trabajar con empresas que ya tienen experiencia en el trabajo con entidades financieras en sus países de origen y que, además, aportarán diferentes formas de ver la relación con los clientes para implementar soluciones, productos y servicios de los que se beneficiarán los siete millones de clientes de Bankia», destacaba.