Los arquitectos peruanos Sandra Barclay (Lima, 1967) y Jean Pierre Crousse (Lima, 1963) descubrieron las particularidades de su tierra natal estando en París. “Nos fuimos dando cuenta de lo específico que tiene nuestro país”, ha contado Crousse este martes durante un conversatorio con los arquitectos españoles Juan Carlos Sancho y Sol Madridejos en la Casa América de Madrid. Desde entonces el juego con las propiedades de su tierra natal ha sido uno de los principales sellos del estudio Barclay & Crousse.
El estudio se fundó en París en 1994 y, años más tarde, en 2006, abrió su sede en Lima. Pese a todo el tiempo que los arquitectos vivieron en Francia, donde se impregnaron del estilo de arquitectos como Le Corbusier, su obra alude siempre a referencias peruanas prehispánicas, ha asegurado Sancho. Han recibido varias distinciones internacionales, entre ellas, el Premio Mies Crown Hall Americas en octubre de 2018, otorgado por el Instituto de Tecnología de Illinois (Estados Unidos), por el edificio que construyeron para la Universidad de Piura, al norte de Perú.
Este centro educativo para jóvenes de medios rurales de bajos ingresos fue construido bajo encargo por Barclay y Crousse en medio del bosque seco tropical de Piura en solo 18 meses, donde consiguieron potenciar las propiedades naturales de este bosque seco, sembrando algarrobo, un árbol de la zona que se da en época de lluvias.
Los peruanos, ganadores del premio Oscar Niemeyer 2016 otorgado por la Red de Bienales de América Latina, jugaron también con el espacio al diseñar una zona intermedia, un lugar que se convirtió en un punto de encuentro entre los estudiantes más desfavorecidos y los estudiantes de medios urbanos y clase media o alta. “El único modo de tratar integrar estas dos poblaciones era en espacios no jerárquicos, donde se come, se conversa, se chatea, se descansa”, ha asegurado Crousse.
En la Reserva Natural de Paracas, otro desierto ubicado al sur de Lima, siguieron jugando con las características que brindaba el propio terreno, al construir un edificio que se integra al propio paisaje. Allí reconstruyeron el Museo de Sitio de la Cultura Paracas, que había sido destruído durante el terremoto de 2007, con el apoyo de la Agencia Española para la Cooperación Internacional (AECID). “El proyecto no debía aterrizar en este paisaje, sino ser una traza más de la naturaleza”, ha explicado Barclay.
Otra de sus obras más destacadas es el Lugar de la Memoria, un espacio que ha generado mucha polémica, ubicado en Lima, destinado a conmemorar a las víctimas de la violencia ocurrida en Perú entre los años 1980 y 2000, cuando los grupos terroristas Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru se enfrentaron con el Estado peruano. El museo fue inaugurado en diciembre de 2015 gracias a una donación del Gobierno alemán y sin el apoyo del Gobierno peruano.
En este encuentro, que forma parte del ciclo 'Miradas cruzadas: arquitectura iberoamericana', los cuatros arquitectos han puesto de manifiesto sus puntos de confluencia. Como los peruanos, los españoles, que vivieron en San Sebastián, también están influenciados por la cultura francesa. Para Sancho, ambos estudios han logrado “definir la materia, el espacio, desde lo divergente, desde situaciones y lugares concretos, culturas diferentes”, ligar lo universal, con lo particular.
Barclay y Crousse, graduados de la Universidad Ricardo Palma, en Lima, estudiaron y dieron clases en diversas universidades en el extranjero. Ella empezó sus estudios en la Escuela de Arquitectura de París-Belleville y, en 1993, ganó el premio Robert Camelot por la mejor tesis en arquitectura. Él estudió en el Politécnico de Milán y fue profesor de la misma escuela en París en la que Barclay estudió.
Los diseñadores del Museo Malraux en El Havre (Francia) explotan los vínculos entre el paisaje, el clima y la arquitectura, para desafiar las nociones de tecnología, uso y calidad de vida. La relación entre el lugar y el bienestar humano, así como el espacio y la luz son elementos centrales de su enfoque arquitectónico. Su trabajo ha sido reconocido también por varias Bienales internacionales, por el Comité Internacional de Críticos de Arquitectura (CICA) con el Premio América Latina 2013 y con el Premio Nacional de Arquitectura Peruana, Hexágono de Oro, en 2014 y 2018.