Beatriz Jacoste lleva años estudiando los retos y oportunidades de la alimentación. Sus viajes por diferentes países del mundo le han permitido conocer a los verdaderos revolucionarios del sector, de quienes se inspira cada día para intentar transformar la industria alimentaria española a través de la innovación. Y aunque la directora de KM ZERO Food Innovation Hub es una de las grandes líderes de opinión en cuanto a tendencias en alimentación, reconoce que "hablar de tendencias es un tanto injusto mientras no acabemos con el hambre".
Esta es una de sus grandes preocupaciones, pero no la única. "España está todavía muy arriba en los rankings de obesidad infantil, aunque nos pensemos que nuestra dieta mediterránea es ideal", avisa Jacoste. Una explicación a esta problemática está en el propio rol de la industria. "Al final comes lo que está disponible. Si una hamburguesa cuesta 2 euros y una ensalada 10, acabas comiendo hamburguesa. Pero además de los precios, la sociedad tiene que tener un criterio a la hora de elegir qué comer". De ahí la importancia, en su opinión, de "fomentar los programas educativos en torno a la alimentación".
En KM ZERO, Beatriz Jacoste ha hecho especial hincapié en este atípico 2020 en que las soluciones innovadoras lleguen a un público global. "No vale solo con proyectos disruptivos. El producto no puede ser consumido por una minoría de personas". Un mensaje que la directora no se ha cansado de repetir durante los Ftalks’20, evento anual organizado por el hub y que este año ha convivido de forma híbrida –presencial y online– debido a la pandemia.
Precisamente, gracias a este formato, la visión de los denominados food heroes de la red de KM ZERO han podido llegar a 40.000 personas en todo el mundo, cuando en ediciones anteriores tan solo rondaban las 1.000. "Nuestros ponentes nos aportan como hub el valor diferencial que buscamos. Ayudan a los emprendedores a que tengan proyección y no se queden en el camino, pero especialmente a que tengan un impacto positivo".
Jacoste lamenta que el 85% de los nuevos proyectos relacionados con innovación alimentaria fracasen. "Es muy importante que además de inyectar capital y ayudarles en su modelo de negocio les hagamos entrar en el mercado de manera exitosa", sostiene la directora, por cuyo hub han pasado alrededor de 40 proyectos.
Un sector en constante cambio
Desde el lunes pasado, el agua ya cotiza en bolsa en Wall Street. Una realidad que confirma que la alimentación ha entrado en un proceso de cambios sin precedentes. El debate está abierto: mientras algunas voces aseguran que esto provocará una gestión más eficiente, la otra cara de la opinión teme que el agua se convierta en motivo de especulación.
Es pronto para conocer el resultado. Pero algo parece claro. Comeremos y beberemos diferente. ¿Pero mejor? "No habrá tanta diferencia", asegura Beatriz Jacoste. "La base de la comida del futuro está en el sabor. Debemos avanzar hacia una alimentación saludable y sostenible. La nutrición será más personalizada, pero para ello debemos entender individualmente qué necesidades tenemos. Sobre todo el sector tiene que trabajar para lograr un objetivo esencial: que los alimentos sean accesibles para todos", apunta la experta.
El COVID-19, un impulso pese a la dificultad
2020 ha sido un año positivo para las startups del sector alimentario. Podrían alcanzar una cifra de inversión de 14.000 millones de dólares al finalizar el ejercicio, según Finisterre Ventures. Muchas de ellas se centran en dar respuesta a los principales retos derivados del COVID-19 y a los desafíos urgentes relacionados con la salud, el medio ambiente y el desperdicio alimentario. "La industria agroalimentaria ha demostrado que está muy bien tecnificada. Por eso no ha fallado durante la pandemia y hemos visto cómo ha acelerado su transformación digital", valora Jacoste.
El reciente informe 'Fooduristic ’21: Soluciones que nos acercan al futuro de la alimentación', elaborado por KM ZERO, destaca que las tendencias actuales y el interés creciente de los inversores gira principalmente en torno a proyectos basados en la inteligencia artificial y la robotización, en el desarrollo de proteínas alternativas, en la agricultura regenerativa y la edición genética, en cuidar la salud del microbioma, en una logística más sostenible, en frenar cuanto antes el desperdicio alimentario y en las innovaciones en el campo del food service como por ejemplo las cloud kitchens o restaurantes virtuales.
"Los emprendedores están demostrando que son portadores de soluciones para todos estos retos. Son más valientes y su visión es más global, más allá del retorno económico que tengan. Nuestro gran reto para este 2021 es aterrizarlos para que tengan un impacto real en una masa critica de la sociedad y todos nos beneficiemos de sus innovaciones", concluye Beatriz Jacoste.